Ace se encontraba cansado, tan cansado y frustrado como cualquier adolescente de diecisiete años podía sentirse.
No solo fue su falta de sueño gratuito y la ansiedad que rodeaba su mente, si no que todo el mundo en ese barco lo trataba como un bebé incapaz de hacer nada y si bien puede que siga siendo joven, eso no significaba que no fuese un pirata que valía más trescientos millones.
¡Quería aventura! Pero todo el mundo lo veía como si fuese un espejo a punto de quebrarse y no era justo en lo absoluto. Ace era fuerte y quería hacerselo saber al mundo, sin embargo sus hermanos seguían insistiendo en que se quedara en el barco ayudando a lavar la cubierta mientras que otros se aventuraban a nuevas misiones.
No era justo, no le molestaba ayudar pero quería hacer más, ser de ayuda hacía sus otros compañeros y divertirse igualmente, compartir sus anécdotas y reírse con ellos. Se sentía excluido del grupo.
Todos los comandantes tenían una mesa especial para el desayuno y de igual forma cada división tenía su separador, Ace estaba en la segunda división y compartía mesa con el resto de sus hermanos, mientras que Marco Thatch, Izo y el resto de las demás personas con las que más se llevaba mejor estaban separadas de él.
No es que no le agradaran las personas de su división, lo hacía, pero se sentía solo e incomodo hablando con ellos. Cada vez que se sentaba en su mesa todo el mundo guardaba un silencio incomodo y cuando hablaban lo hacían para comentar bromas locales que Ace no entendía.
Se sentía como si no quisieran que él estuviese allí y se mostraban reacios a su presencia, por lo que el sentimiento de soledad sólo se hacía más grande y para su desgracia, el resto de los Spades parecía encajar muy bien en el lugar y él tampoco quería interrumpirlos en sus comidas.
Quería salir un poco a explorar el mundo, sentir el aire de una nueva isla y la libertad de caminar solo sin nadie cuidándolo, deshacerse de todos esos sentimientos maliciosos que siempre lo hacían sentir ansioso y compartir los mismos sentimientos que todos experimentaban al regresar de una misión.
Pero ahí estaba, sintiendose encerrado y aislado en el barco en vez de la usual calidez que debía sentir.
No se arrepintió de aceptar su lugar en el Moby dick, pero en esos momentos tan solo quería salir y despejarse del lugar.
Así que allí estaba, sintiéndose rebelde en el mirador del barco y tratando de acomodar sus sentimientos. Había ido en la mañana a recoger algo de comida en la cocina para su tarde de relajación y dejo una pequeña nota explicando que necesitaba espacio y que cualquiera que lo interrumpiera se ganaría su cabello en llamas por una semana.
Ace sabía que no a todos le agradaba, incluyendo a personas de su propia división, no era ciego para no ver las miradas de rechazo y falta de compañerismo que muchos le dirigían y si bien los comandantes trataban de animarlo diciéndole que solo era cuestión de tiempo para que se acostumbraran a él, Ace todavía podía ver la duda y nerviosismo en sus tonos.
Tampoco quería agobiar a nadie con su presencia y tenía miedo de molestarlos demasiado al punto de que se formara alguna pelea física en donde él fuera el principal afectado. Aunque puede que los puños de amor de su abuelo fueran quienes influyeran esa idea en particular.
No quería que se arrepintieran de elegirlo para ser su familia, quería ser tan fuertes como ellos y complacer sus expectativas, demostrarles que tenía un valor en ese equipo y que también podía aportar a su familia. Ace nunca había sentido tanto deseo por ser validado por alguien más y sentía vergüenza al pensarlo.
En su vida, siempre habían sido su hermano y él contra él mundo, traspasando obstáculos y viviendo en libertad. Ace era el escudo protector del equipo y Luffy su espalda que lo resguardaba.
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Stay Gold
Fanfiction"Incluso si la vida es difícil, sigue viviendo." Tw: Menciones de ataques de panico, baja autoestima, suicidio y auto percepción erronea. Pareja: Marco x Ace [ Una serie de relatos y eventos enfocados específicamente entre Ace y los Whitebeards, p...