Oscuridad

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Solo porque alguien luce bueno, no significa que lo es.

Ace sintió como una montaña de cuervos rodeaban su pecho, no era una sensación agradable, casi como si se estuviera ahogando con el mismo aire. El frio ambiente le hacía sentir como si su cuerpo se estuviera quemando, lo cual era ironico considerando su fruta.

Sin embargo, la sensación de vértigo no desaparecía de su mente, como si fuera una alarma que constantemente estuviera avisando en su cara que algo malo iba a pasar, pero no sabía que, ni tampoco cuando. Sus sentidos ciertamente eran audaces, pero todavía carecían de validación propia.

"¿Ace?" Una voz rasposa lo llamo. Un hombre de rizos y con unos ojos tan negros como la noche apareció en su visión. Ace trató de tragarse el pánico que inundaba su pecho y simulo que no había sentido un escalofrío cuando la mano del moreno había tocado su hombro.

"Teach." Dijo. "¿Qué estás haciendo aquí?"

La noche había estado siendo agradable, con la luz de la luna a gran esplendor y los vientos calmados meciendo el barco, pero para Ace, quien había apenas regresado de su misión con Haruta justo en ese momento, la cocina había sido su primera estación.

No esperaba encontrarse a nadie, después de todo era de madrugada y lo más probable es que todos estuvieran durmiendo con excepción de quienes hacían guardia. Fue entonces justo cuando agarraba un par de uvas de un costal, cuando la sombría figura de alguien paso por su costado.

Cabe decir que casi se muere del susto.

La cuestión más allá de si era un enemigo o no, era que Ace normalmente dejaba su lado más vulnerable en el Moby Dick; claro, eso no significaba que no estuviera alerta, pero eran su familia y sus sentidos solían descansar alrededor de ellos. Es por ello que su haki nunca le advirtió que alguien estaba detrás de él, pero fueron su paranoia y ansiedad que sintieron como un par de ojos le miraban con intensidad desde las sombras.

Sin embargo, era absurdo tener ese miedo, Teach era parte de sus hermanos y no habría ningún sentido que lo mirara con tanta maldad y mucho menos no le avisará que estuviera ahí desde un inicio.

Aún así, mientras hablaba con Teach y reía nerviosamente tratando de excusar su hambre y a la falta de su sentido común, el tintineo en su cabeza no paraba de sonar.

Era una sensación angustiosa, casi revolviéndose con el ardor y el disgusto de algo que ni siquiera el sabía que, simplemente una sensación de rechazo y enojó que se tornaba alrededor del moreno. En todos los sentidos estaba mal, pero no había nada de lo que pudiera señalar.

Teach había sido de las primeras personas en aceptarlo del todo después de toda su persecución tratando de matar al emperador, es por ello que se encontraba agradecido y había tomado su presencia como algo positivo. Claro, estaba puesto que el mayor nunca fue la persona más limpia o más educada del lugar, pero Ace tampoco lo era, por lo que nunca fue de juzgarlo mucho.

Pero ahora, justo más allá de la noche, con el crujido de la madera sonando a sus pies y el silencio de las mareas. La apariencia del moreno se sentía mucho más intimidante de lo usual; sus ojos oscuros se veían casi perturbados, con grandes bolsas por debajo y una gran mirada de extrañeza.

Su cabello que normalmente era rizado y esponjado, ahora lucia alborotado y enredado con pelusas vagando entre si. Su camisa blanca estaba sucia y arrugada, pero lo que más le llamo la atención fueron las manchas oscuras que se pegaban en la ropa.

Con el pasar del tiempo, pudo sentir como la mirada de Teach cambiaba hacía el y un borde de ansiedad creció en su pecho.

"¿Pasa algo, Ace?" Preguntó con una gran sonrisa. No era la típica sonrisa que el moreno solía dirigirle cada vez que comía pay, no, está era más maliciosa casi llena de burla y de sarcasmo.

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