Las palabras eran complicadas. Eso lo supo desde el primer día que vio un folleto entre la mugre y basura de la terrminal.
Ace no tenía exactamente el conocimiento de como leer o escribir, pero sabía que era algo importante y que necesitaba hacerlo en algún momento, pero ni Dadan ni el resto de los bandidos parecían estar interesados en enseñarle.
Recuerda ver las letras revueltas en oraciones complicadas y confusas que le hacían tener jaquecas y sentirse tan perdido como un animal en una ciudad.
Diariamente se preguntaba si realmente lo necesitaría algún día y si no eran puras burlas de los vagabundos de la zona.
Sin embargo, en ese momento no había podido evitar sentir una picazón en su orgullo y autoestima, porqué, si ni siquiera podía leer, entonces nunca podría superar al ingrato de su padre.
Entonces Ace se decidió por hacerlo.
Al inicio no podía reconocer las pronunciación de las palabras y mezclaba las letras de forma constante, pero con el tiempo comenzó a mejorar gradualmente.
Entonces llego Sabo a su vida.
Sabo era un niño con una vestimenta elegante que vagaba por la basura de la terminal y que una vez le retó a un combate por un brazalete de oro que ambos habían encontrado al mismo tiempo. Cabe decir que Ace fue el ganador del duelo y que aparte, regresó a casa con un nuevo amigo.
Sabo le enseño muchas nuevas palabras a su vocabulario, palabras que el jamás en su vida había escuchado, pero que agregaba más sustancia a la hora de hablar.
Entonces llego Luffy y ambos tenían clases particulares con Sabo acerca del abecedario y la formación de oraciones.
Ace puede decir con orgullo que aprendió con una gran eficiencia y si bien puede que no sea el mejor leyendo, todavía puede hacerlo a un nivel decente.
Luffy por su parte no se mantuvo tan entusiasmado y decidió dejarlo después de distraerse con un pedazo de carne en la segunda sesión del día.
Entonces Sabo murió y Ace ya no quiso pensar más en ello.
Las letras le recordaban a su fallecido hermano y le provocaba dolor en el pecho en tan solo pensar en él, por lo que no logró mejorar más.
Aunque eso no significaba que no leyera en un futuro, a veces lo hacía y recordaba algunos vagos consejos del rubio, solo que ahora normalmente evitaba relacionarse con todo lo relacionado a las letras.
Era un pirata y los piratas no tenían papeleo...
Al menos eso pensó, hasta que una gran pila de documentos se posaba en su escritorio.
"Marco ¿Qué es esto?" Preguntó con una expresión en blanco, a lo que el rubio resoplo.
"Papeleo."
Y Ace lo entendía, pero aun así...
"Lo se ¿Pero por qué está aquí?"
Marco se cruzó de brazos y lo miro divertido.
"Eso es lo que obtienes cuando tiras por accidente una resoltera gigante y rompes parte de la cubierta yoi."
Y Ace jamas lo admitiría, pero no pudo evitar que un pequeño puchero se asentará en su rostro.
"¡Pero eso fue culpa de Haruta!" Reclamó mientras miraba a Marco con traición. "El debería tener el papeleo, no yo."
"Y lo tiene, solo que también la persona que fue lanzada hacía al océano también es responsable del acto." Dijo Marco levantando las cejas levemente. "Aparte, no es únicamente la cubierta lo que viene incluido; también estan informes de desapariciones repentinas de comida de los almacenes, asi como de algunas telas naranja perdidas."
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Stay Gold
Fanfiction"Incluso si la vida es difícil, sigue viviendo." Tw: Menciones de ataques de panico, baja autoestima, suicidio y auto percepción erronea. Pareja: Marco x Ace [ Una serie de relatos y eventos enfocados específicamente entre Ace y los Whitebeards, p...