Tw: Menciones de ataques de panico, pensamientos suicidas, depresión.
Era un poco curioso como funcionaba la vida. Algunas veces se sentía demasiado ligero y a veces era tan pesado que sentía que en cualquier momento se hundiría en la tierra.
¿Cómo era posible que todos vivieran de esta manera?
Ace ni siquiera podía recordar cuando fue la última vez que se sintió libre de cualquier ansiedad en su vida. La depresión nunca le ayudo en lo absoluto, era como si fuera una pegatina en su cerebro que en cualquier momento se activaría y rondaría en su mente por semanas.
El tenía en cuenta que su forma de vida tampoco le ayudaba en su situación, pero no había mucho que hacer cuando estaba tratando de hacerse sentir menos miserable y su único mecanismo de defensa menos dañino era el aislamiento.
De todas formas, el espiral de odio a si mismo seguía vigente y girando, una y otra ves en su cabeza, funcionando como una maquinaria pesada que llevaba años trabajando, pero eficiente a la hora de hacerle pensar cosas que le terminarían dañando.
Siempre fue así desde que tiene recuerdos, con esa nube ansiosa y voluminosa asomándose en su mente y susurrandole que no se merecía nada y que tan solo debería dejarse morir en el oceano, que nadie le extrañaría incluso si desapareciera en silencio y que el mundo estaría mucho mejor sin el.
La constante sensación que su persona valia menos que una planta podrida del bosque solo incrementaba con el tiempo. Era como un agujero negro en su pecho que absorbía cada pensamiento levemente positivo que tuviera.
Tan solo una alta sensación de auto desprecio y odio que ocultaba atraves de humor y sonrisas.
Sí, puede que Ace no se encontrará bien en ese momento, también puede que haya estado bebiendo mientras tenía un ataque de ansiedad a las tres de la mañana y con una alarmante cantidad de helado a su lado. Pero no pueden culparlo, sentirse miserable le provocaba hambre.
Y que estuviera temblando y llorando como si se acabará de morir alguien en el sucio y frío suelo de su habitación, pensando en como ha desaprovechado su vida y como sería su carta de suicidio en caso de que algo le pasará.
Ha pasado por esto una y otra vez, y todavía sigue en el mismo ciclo sin fin. Si tan solo los demas lo vieran ¿Qué pensarían de él? ¿Se reirían de lo patético que lucia en ese momento o se quedarían en un silencio incomodo que haría que todos lo ignoraran durante las próximas dos semanas?
Ace no lo sabía y no quería saber la respuesta.
Tan solo quería irse a dormir y olvidar cada maldito pensamiento que aparecía en su mente. Cada punzada de dolor que recorría su espalda al pensar en lo mucho que otros parecían quererle y el saber que no se lo merecía y que deberían de haberle pateado el trasero justo cuando había intentado matar por primera vez al que ahora llamaba su padre.
Sus compañeros de su división tenían razón, los rumores por el Moby también lo hacían y aún así, todavía dolían como si hubiera sido una espada clavada en su pecho.
"¿Qué hace un mocoso tan descarado por aquí? Oyaji debió haberlo matado."
"Solo provoca problemas ¿Por qué siquiera le permitieron unirse?"
"¡Ja! De seguro le tuvieran pena, no los culpo en lo absoluto, tiene unas pecas adorables que lo hacen lucir como un angel incluso si actua como un demonio."
Como un demonio. Como un demonio.
¿Realmente había actuado así? ¿Era realmente un demonio? ¿Un demonio merecía vivir? ¿Él merecía vivir?
Y justo antes de que su mente siguiera recordando una y otra vez lo que había escuchado en la mañana, un sonido sono detrás de su puerta.
"¿Hola?" Una voz suave habló. Ace no pudo evitar ponerse en guardia y trató de alejar sus lágrimas con sus brazos antes de esconderse debajo de sus sabanas.
"¿Sí?" Respondió con la voz temblorosa. Puede que se haya delatado un poco, pero siempre podía culpar al sueño.
"¿Esta todo bien?" Volvió a preguntar la voz, que según Ace, sonaba bastante como Izo. "Escuche algunos ruidos extraños y pensé que había ocurrido algo malo."
"¡No te preocupes! Estoy bien, solo me caí de la cama mientras dormía."
"¿Puedo entrar?" Preguntó Izo con preocupación. Ace dudo por un segundo antes de dejarse caer en su almohada y suspirar.
"Esta bien."
Se sentía humillado y derrotado, pero por alguna razón sintió que podía confiar en Izo en que no se burlara de él o de sus sentimientos.
La puerta se abrió lentamente y una cabeza se asomo por la rejilla.
"Hey." Susurro el hombre con maquillaje. "¿Todo bien?"
Izo entró cerrando la puerta por detrás y se sentó en su cama a lado suyo.
Ace se preguntaba si Izo lo habría escuchado llorar o tal vez lo haya visto escabullirse en la cocina de Thatch. Había tantas personas en el barco que no le extrañaría que más de uno lo haya visto, sin embargo, de cierta forma se sentía aliviado que fuera Izo quien decidiera visitarlo.
Algo tenía en su vibra que le hacía querer contar cada uno de sus problemas hacía al mayor, aunque no de la misma forma como Marco, nadie era como Marco.
"Me gustaría decir que sí pero sabrías que estaría mintiendo ¿No es así?" Dijo inclinándose hacía un costado. Izo le sonrió con lastima.
"¿Es por lo qué dijieron el otro día?" Pregunto el mayor. "Ya fui hablar con ellos acerca de eso."
"Izo..."
"No aceptare ninguna queja tuya, Ace. Somos tu familia, se supone que tenemos que apoyarte, no al contrario."
Ace suspiró y desvió su mirada.
"Es solo ¿Qué pasa si ellos tienen razón?"
"¿Que quieres decir con ello?" Preguntó Izo con el ceño fruncido.
"Mira, llegue aquí y solo provocó molestias y acaparó personas." Ace se hundió en si mismo mientras hablaba. "Técnicamente me lo merezco. No necesitó tú lástima, se que probablementete te he molestado más que nadie."
Izo le miraba con preocupación.
"Ace, eso no es cierto." Ace se encogió ante el tono duro del comandante. "Mirame, no importa nada de lo que hayan dicho, nada de esto es tu culpa. Ninguno de nosotros fue reclutado de manera normal, todos tuvimos nuestros pecados en algún momento, no somos nadie para juzgarte por tus acciones."
Un sentimiento de calidez se extendió por su pecho.
"Volveré hablar con ellos y esta vez sere más claro, disculpa a tus hermanos mayores esta vez, probablemente un paseo con los peces les recordará lo que se siente ser aislado." Izo le sonrió y le alborotó su cabello. "Ahora ve a dormir, lo necesitaras para mañana."
Izo se levantó y se dirigió hacía la puerta, antes de detenerse y devolverse hacía él.
"Y Ace, puede que no sea Marco, pero eso no significa que no puedas hablar conmigo." Dijo provocando que Ace se sonrojara levemente ante la mención del rubio. Una pequeño risa sacudió al geisha antes de finalmente devolverse y salir de su cuarto.
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Stay Gold
Fanfiction"Incluso si la vida es difícil, sigue viviendo." Tw: Menciones de ataques de panico, baja autoestima, suicidio y auto percepción erronea. Pareja: Marco x Ace [ Una serie de relatos y eventos enfocados específicamente entre Ace y los Whitebeards, p...