Dudas

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No es que haya sido algo malo de preguntar, en todo caso había sido algo lógico de hacerlo. Marco lo sabía, no debería sentirse complicado al escucharlo.

"¿Entonces tienes novia?"

Preguntó la mujer en frente suyo; era rubia, con grandes ojos marrones y tez pálida. Cualquiera podría decir que era hermosa y amable desde a simple vista, pero para Marco no había nada que le atrajera de esta persona.

No es que no estuviera acostumbrado al coqueteo, de hecho, podría decir que si hubiera sido hace un par de meses atrás aceptaría cualquier proposición que le ofrecieran. Hombres o mujeres, nunca fue del tipo en tener muchas quejas en el sexo mientras fuera bueno y ambos lo disfrutaran, entonces estaba en ello y tampoco es que fuera exigente en sus estándares a la hora de salir con alguien.

Durante su adolescencia tuvo algunas parejas, unos dudaron más y otro menos, pero la vida seguía y su foco principal siempre estuvo en su familia.

Tal vez por eso es que se sorprendió ante la cantidad de rechazo en sus sentimientos, no tenía novia y tampoco estaba interesado, pero había una parte de él que le empujaba a pensar que había algo más que le provocaba rechazarla.

Sus ojos se enfocaron al otro lado de la barra, justo al lado del bartender que seguía ordenándole a cierto pecoso ingenuo que seguía asintiendo ante cada bebida que le ofrecían. Marco sintió una picazón en el interior de su pecho, pero decidió ignorarlo mientras veía a Ace asentir ante algún licor que le haya convencido del todo.

La rubia seguía insistiendo a su lado, moviéndose hacía y él y sonriendo tímidamente, Marco la observó por un momento antes de levantar la mano y hacer un gesto de alto. "Disculpe señorita, no estoy interesado". Dijo perezoso observando como Ace sonreía agradecido cuando le entregaban su bebida. La rubia se desanimo y asintió con vergüenza para después marcharse.

Marco se levantó de su asiento y se acerco al pelinegro. "¿Pasándola bien?" Ace se sonrojo levemente pero asintió por debajo.

"No es que nunca haya ido a un bar, pero esta es la primera vez que vengo con más personas." Dijo señalando al resto de sus hermanos en la esquina de una mesa.

Namur e Izo estaban conversando por un lado, mientras que en la otra parte, Thatch, Haruta y Rakuyo seguían jugando a lanzarse uvas mientras bebían ruidosamente. Marco resopló viendo la imagen, estaban en una isla protegida por Barbablanca, por lo que podían relajarse un poco más de lo normal y decidió dejarlo pasar.

"Me sorprende que todavía no hayan empezado a jugar el juego de la crema." Dijo negando con diversión.

"¿El juego de la crema?" Preguntó Ace.

"No querrás saberlo."

"Oh."

Marco soltó una risita y alborotó el cabello del pecoso. "No te preocupes, no es tan malo." A lo que Ace le miró con sospecha, pero asintió levemente.

"¿Y tú? ¿Te la estas pasando bien?" Ace le miró con curiosidad. Esa noche, el más joven tenía una camisa negra en vez de su casual amarilla, resaltando su piel blanca y su rostro joven.

Marco se encogió de hombros y sonrió. "No está mal." Hubo un pequeño silencio entre los dos por un momento, casi como si el azabache estuviera dudando en hablar, hasta que finalmente lo hizo.

Ace tarareo. "¿Entonces...?"

"¿Entonces?"

"¿Aquella mujer?" Dijo mordiéndose los labios nerviosamente. "¿Es alguna amiga tuya?"

Marco alzo una ceja con duda. "No lo es. Solo es alguien que buscaba una sola noche." El sonrojo de Ace se intensificó ante esa última parte y Marco sintió cosquillas en su corazón al verlo.

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