Cocinar sale mal

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Haruta no le gustaba Ace, no entendía la obsesión de su padre por conseguir que el pecoso se uniera a la familia ni tampoco el entusiasmo de Marco para alegrar al menor.

Pero eso no significaba que no tuviera una pizca de decencia humana y supiera agachar la cabeza cuando fuera necesario, especialmente cuando alguien resultaba herido.

"¡Te lo dije Thatch, estoy bien así!" Exclamó nervioso.

"Claro y Kotatsu no muerde las sabanas de Vista." Resopló con sarcasmo el pompaudor.

Haruta hizo un puchero. "¿Por qué tenemos que hacer esto?"

"Dijiste que te sentías culpable por ocurrido con Ace el otro día, por eso te estoy dando otra oportunidad."

"¡Esa vez estaba emocional!" Replicó Haruta. "¡No puedes tomarlo en serio!"

"Vamos, vamos, todo saldrá bien." Sonrió Thatch arrastrándolo por el cuello hacía la cocina.

"Thatch~"

Pronto el olor a comida y aceite inundo su olfato, algunos de los chefs se encontraban cocinando lo que sería la cena de ese día y otros estaban lavando los platos del fregadero. Thatch arrastró a Haruta hacía una pequeña mesita ubicada al lado de una estufa.

"Quédate aquí." Dijo Thatch mientras reducía su vista en rendijas observándolo con sospecha. "Sabré donde encontrarte si te vas."

Haruta suspiró y frunció los labios mientras Thatch salía de la cocina.

El sonido del fuego arrastrándose debajo de la sartén resonaba en el ambiente en conjunto del sonar de los platos. Una punzada de nerviosismo le recorrió por el estómago.

No pudo evitar sentirse algo cohibido después de todo, especialmente sabiendo que Ace tenía noción de su disgusto.

Pasaron algunos minutos antes de que entrara Thatch arrastrando a un Ace confundido como si fuera un gato recién mojado, luciendo con la misma bola de escepticismo que sentía Haruta en ese momento.

"¡Aquí está!" Exclamó Thatch. "¡La perfecta oportunidad de convivió entre dos hermanos!"

Ace ladeo la cabeza. "¿Cocina?" Preguntó extrañado.

"La cocina une corazones." Tarareo." Aparte de que podemos aprovechar para alimentarte bien." Sonrió Thatch.

Haruta suspiró. "¿Tenemos que hacer esto?" A lo que Ace desvió su mirada hacía sus manos.

"La última vez que cocine algo, fue un cocodrilo en mi isla natal." Ace hizo una mueca. "Dudo que tenga las habilidades para siquiera sostener bien un cuchillo."

"¿No tienes una daga contigo?" Thatch alzó una ceja.

"Sí, pero eso es solo para apuñalar, no para cocinar." Resopló Ace.

Haruta no quería pensar en las palabras del pecoso en ese momento.

"Tampoco creó que pueda cocinar." Murmuró Haruta. "Mis manos probablemente terminen con muchas quemaduras y tendré que ir a la enfermería después de todo."

"¿No habías hecho un pastel para el cumpleaños de Izo el año pasado?" Preguntó Thatch, a lo que Ace se animo ante la mención de comida.

"Izo me estuvo vigilando durante todo el tiempo y casi quemo la cocina ese día ¡Incluso me terminaste regañando!" Reclamó Haruta.

"Bien, ya entiendo." Dijo Thatch haciendo un puchero."¡Aún así, Nunca es tarde para una primera vez!"

Haruta resopló.

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