- No os soporto! - bufa Coco poniéndose en pie de un salto.
-Cómo?- Dani se atraganta.
- Os creéis que no me entero? No dejáis de miraros como dos gilipollas y de meteros mano a la que me doy la vuelta! Me voy a pirar a vivir con unos amigos...así podréis estar todo el día haciendo guarradas!
- Que dices!- balbuceo como una boba, no sé que decir porque tiene razón, a la que se descuida le meto mano a su hermano.- tu no sobras, de acuerdo?
- Ya, claro. Cuando decías que viene tu tía?
- Coco!!!- grita Dani.- aquí no sobra nadie.
- Ahora, hermano, pero en cuanto vuelva a su vida, qué vamos a pintar nosotros? NADA! Y a mi me la pela, la verdad, pero tú? Tu te vas a quedar hecho una puta mierda cuando te deje tirado...
- Cállate!- le grito, no soporto escucharla más - no voy a dejarle tirado porque le quiero.- me quedo muda, vaya manera de declararme, nunca le he dicho que le quiero y se lo grito a su hermana delante de él que se ha quedado pálido como la muerte, sé que es demasiado pronto, él tampoco me lo ha dicho, ni siquiera sé si siente lo mismo que yo y no parece muy dispuesto a declararse, en realidad parece que le he dado un rodillazo en el estómago.
Qué vergüenza! Salgo corriendo de la habitación, esperando que él salga detrás de mi.
Me apoyo en la puerta y cuento, uno, dos, tres.... Nada, me queda claro que no va a salir, entre su hermana y yo tiene clara la elección y es normal, claro.
Se me llenan los ojos de lágrimas y bajo corriendo las escaleras hasta la calle sin ver siquiera los escalones.
Me siento en el portal, a donde voy a ir? Y cómo voy a volver a la habitación y le voy a mirar a la cara?
- Porque lloras, idiota?- me susurra al oído, ni siquiera había notado su presencia y no me atrevo a darme la vuelta para mirarle a la cara.
- Necesito estar sola, Dani, por favor...- se sienta detrás de mi rodeándome con sus piernas, apoyando su barbilla en mi cabeza.
- Y porque necesitas estar sola?
- No sé! Tu que crees?
- A parte de porque estás loca?
- Vete a la mierda Dani, ya te circula la sangre después del susto?
- Qué susto?- al escucharle me pongo en pie bufando y le miro indignada.
- Lo último que necesito es que te rías de mi - no se quita esa sonrisa de sobrado de la cara y me dan ganas de abofetearle.
- No me río de ti! Es que no puedo ponerme serio, lo siento!
- Pues no es que la situación sea para reírse.
- Es increíble lo guapa que estas cuando te mueres de vergüenza y te enfadas para disimular.
- Vete a la mierda!- intento pasar por encima de su pierna, creo que la mejor opción es encerrarme en el baño durante los próximos... veinte años! Pero me hace la zancadilla y justo antes de que clave los dientes en el suelo me tira sobre él.
- Otra vez esa boca!!
- Tienes razón, soy una bocazas- intento incorporarme apoyando las manos en su pecho pero me aprieta contra él inmovilizándome.
- Por suerte!
- No te asustes...osea...no me he declarado ni espero nada, a ver que no quiero que te sientas obligado a nada ni...
- Te vas a callar alguna vez?- pone los ojos en blanco- así que me quieres pero como a un amigo...con derecho a roce, no?- asiento y abro la boca pero no sé que decir así que sigue él.- pues tenemos un problema de amor no correspondido... No pongas esa cara! Tu me quieres para aprovecharte de mi y yo estoy enamorado como un idiota- le doy un bofetón, eso si que no lo esperaba, yo tampoco! Pero para compensarle le devoro la boca- Genial! Estoy enamorado como un imbécil de una loca que me pega cuando me declaro!
- Maldito seas! Que mal me lo has hecho pasar?
- Yo? El que lo va a pasar mal soy yo después de todo esto teniéndote en la misma habitación sin poder tocarte!
- Ya se nos ocurrirá algo! - murmuro.
- Dímelo, no?
- El què?
- Se lo has gritado a mi hermana pero a mi que soy el interesado no...
- Pero cómo puedes ser tan sobrado? No pienso decirtelo! Ya lo sabes...
- Que me quieres? Que no puedes vivir sin mi?
- Eres un gilip- y me cierra la boca con un beso, tiene razón, no sé cómo sobreviviremos a esta noche!
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Te encontré en el infierno.
RomanceSiempre pensé que mi vida era perfecta. Tenía todo lo que el dinero podía comprar y creía que en ello residía la felicidad. Estaba encantada siendo la niña mimada de papá, como si eso me hiciera invulnerable. No sabia lo equivocada que estaba y me...