Te encontré en el infierno.

Decisiones...

A veces tomas decisiones que lo arrasan todo.

Decisiones que creías correctas y te abren una grieta en el pecho que nunca podrás cerrar...

Pero por mucho que quieras dar marcha atrás ya no es posible, esto es la vida, no una novela de ciencia ficción.

Dani me llamaba después de cada pelea para decirme que estaba bien y volvía a mí.

Por eso cuando vi que la que me llamaba era Coco se me cortó la respiración.

Me cuesta entender sus palabras alteradas, al fin logro que se tranquilice y me explique que es lo que ha pasado.

Va en una ambulancia acompañando a Dani, le han dado una paliza de muerte y van camino del hospital.

Cuando le saco el nombre del hospital salgo corriendo a la calle en busca de un taxi. Me pongo delante del primero que veo y no se ni como soy capaz de decirle a donde quiero ir. Solo puedo escuchar el latido desenfrenado de mi corazón.

Cuando atravieso el hall de Urgencias corriendo veo a Coco en la sala de espera con la mirada perdida. Cuando me ve corre hacia mi llorando como una niña pequeña.

El médico nos explica que tiene una conmoción cerebral y diversas lesiones, no solo en la cara sino en todo el cuerpo. No pueden decir si existe lesión cerebral irreversible hasta que no despierte, la primera noche es vital.

Dani es un superviviente, sé que saldrá de esta. Él jamás se da por vencido.

Se que se despertara y estará bien, que me mirará a los ojos y reconocere al Dani de siempre, a mi Dani.

Necesito creerlo para no morirme aquí mismo.

Ya no puedo imaginarme la vida sin él, no quiero hacerlo.

Mi tía, que le había conocido poco antes de que nos fuéramos a vivir juntos, nos lleva comida e insiste en que vayamos a ducharnos y a descansar, pero tanto Coco como yo  nos negamos, llevamos dos días aquí esperando a las dos veces al día que el médico habla con nosotras.

Hasta que al fin nos dan una buena noticia, por fin está consciente, estable y podemos verle solo cinco minutos cada una.

Cuando entro en la habitación me cuesta reconocerle, tiene la cara morada, casi negra y totalmente inflamada.

Solo puede abrir el ojo izquierdo y el verde, en el que le reconozco, destaca y brilla aún más entre el negro que lo rodea.

No puede hablar con la mascarilla intenta quitársela pero no se lo permito. Le agarro con delicadeza la mano magullada.

Intento sonreír, animarle aunque su aspecto me tiene tan impresionada  que me cuesta contener las lágrimas.

Cuando salgo de nuevo a la sala de espera Coco y yo nos abrazamos en silencio hasta que lo rompo:

- En cuanto tu hermano esté bien nos iremos, lo más lejos posible.

- Dani no querrá huir, aún le conozco mejor que tu, además esa gente no nos va a dejar en paz.

- No nos van a seguir fuera del país!

- Fuera del país???? Ya te digo que se va a negar! Irse de aquí? Vivir de tu pasta? Ni loco!

- No va a tener más opción! Debemos denunciar a esa gente, Coco, casi matan a tu hermano y van a querer que siga, crees que va a sobrevivir a otra paliza como esta?? Cómo puedes ser tan egoísta? Lo hace por ti y tu no puedes denunciar a esa gente por él?

- Me matarán! Y a él! No sabes quienes son...

- Pero tu si lo sabias y te mezclaste con ellos, verdad?