En mi celda...

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Sueño todas las noches contigo desde que nos separamos.

En mis sueños apareces cubierto de sangre. Revivo una y otra vez la pelea, como ese desalmado te pateó sin compasión, como me miraste antes de recibir esa  maldita patada en la cabeza.

Porqué? Tenías que estar concentrado en tu rival, no en mi. Pero no te culpo, la culpa es sólo mía.

Fede ha venido a verme. No sé cómo lo ha conseguido pero aquí estaba, un soplo de aire fresco en este infierno. No te pongas celoso, lo primero que hice fue preguntarle por ti.

- No te voy a mentir, Cristina, sigue en la Clínica, estaba peor de lo que creían. Tenía una conmoción, el hueso del pómulo roto, varias costillas fracturadas, un hombro dislocado, en fin....

- Dios!- me tapo la boca- necesito salir de aquí.

- Por eso he venido también, mi padre se ha informado, tu padre te ha incapacitado en tu ausencia, dictaron sentencia sin la opinión de otro psiquiatra ni nada, no hay nada mejor que tener buenos contactos. A todos los efectos es como si siguieras siendo menor.

- Genial! Porque me odia tanto? Si mi padre me quisiera no se creería todo esto tan fácilmente... Fede...tienes que hablar con mi tía, quedan tres semanas para que venga y tengo miedo de que a Coco no la dejen ni entrar en la Galería...o que ella no la crea.

- Lo haré - me agarra la mano y  tengo ganas de llorar pero le sonrío- tú tienes que aguantar, Cristina, tienes mala cara y solo llevas unos días.

- Aquí los días son años... Dani, está consciente? Has ido a verlo?

- Si, está consciente, fui a verlo ayer aunque sólo accedió a verme para preguntarme por ti. Estaba furioso porque te dejamos hacer esto, ni siquiera le habla a su hermana... Creo que no se ha marchado ya porque casi no puede moverse.

De hecho no me pegó porque al intentarlo se mareó...

Hoy he vuelto a soñar contigo y esta vez no estabas cubierto de sangre, ni peleando.

He soñado con tu cuerpo pegado a mi espalda, con tus manos colándose por debajo de mi ropa y tu boca... He intentado no despertarme, solo para retener el sabor de tu boca, el calor de tu cuerpo.

Por eso cuando escuché tu voz creí que era parte de mi sueño, hasta que escuché gritos y golpes.

Entonces salí corriendo de mi celda, tienen el detalle de no encerrarme con llave para que no sienta que estoy en una cárcel.

Escucho tu voz enfurecida y sé que es real. Empujo a las enfermeras que salen a mi encuentro para llegar a ti.

Hasta que te veo esquivar a dos seguratas.

- Cristina!- gritas de nuevo y al fin me ves. Ni siquiera sé como llegamos a juntarnos si me tiré en tus brazos o tu subiste los escalones de una zancada, solo sé que no podía creer mi suerte, volver a tocarte, a sentirte.- Qué te han hecho?- gruñes en mi oído y te miro llorando, incapaz de hablar, tienes la cara amoratada y noto tu estremecimiento de dolor. Al tirarme a tus brazos no me acordé de tus costillas.

Ahí empieza lo difícil, gritos, empujones, parece que nos defendemos de una jauría de lobos.

Hasta que aparece mi querido psiquiatra, el amigo de la malvada madrastra.

- Caballero...si no se va inmediatamente llamaremos a la policía y no creo que sea lo que quiere.

- Me largo, pero ella se viene conmigo.

- Creo que eso no va a ser posible...

- Es mayor de edad, no pueden retenerla aquí si no quiere.

- Me temo que no es asunto suyo pero no, la Señorita necesita la autorización de su tutor para irse.

- Cómo..? - te vuelves hacia mi y no sé cómo explicarte lo que está pasando - Cris - susurras con impotencia.

- Vete - murmuro, te agarro la cara mirándote a los ojos, confiando en que mis ojos te expliquen lo que no pueden mis labios. No quiero que te destrocen la vida, mi padre seria muy capaz.- vete, no puedes ayudarme, Dani. Cuando venga mi tía - susurro en tu oído antes de que nos separen a la fuerza.- volveremos a estar juntos.

Veo como te llevan entre dos hacia la salida y me dejo arrastrar escaleras arriba, lo ultimo que escucho es a uno de los auxiliares decirte " no tienes ni idea de quién es la chica, verdad, chaval?"

Me miras una última vez antes de irte, cómo si no entendieras nada. Es este sitio, verdad? Tu también crees que si estoy aquí, que si no me dejan decidir sobre mi misma es por algo?

Podría soportar la desconfianza y la duda de cualquiera pero la tuya no.

Y si después de verme aquí ya no quieres saber nada de mi?

No, no puede ser, me conoces demasiado bien, me conoces mejor que nadie.

 

Te encontré en el infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora