No te conozco

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Llevaba tres días sin pegar ojo.

No podía permitir que pasara de nuevo, que Daniel reapareciera en mi vida cada cierto tiempo para arrasarla y dejarme destruida.

Está claro que ese es nuestro destino. Aunque esta vez sea diferente, la muerte de Coco es una herida irreparable entre nosotros y los dos hemos rehecho nuestras vidas.

Esa es otra, mi pobre ego no logra recuperarse de la patada en la boca del estómago que ha supuesto conocer a su "novia", al lado de esa mujer parezco un espantapájaros, me sentí tan poca cosa ante ellos que no sé cómo logré hacer unas fotos dignas. Sobre todo con el temblor de manos que se apoderó de mí cuando Dani bajó y se presentó como si nada. Casi vomito cuando me dio la mano como si no me conociera de nada. ¡Menudo cerdo!, a lo mejor es verdad que ni siquiera se acuerda de mí, tal vez esa pedazo de mujer causa amnesia selectiva.

Cuando aparece Mario llevo una hora mirando fijamente el café, como si pudiera ver el futuro en él. Me planta un cheque bastante jugoso delante de las narices que me devuelve a la realidad:

- Tus honorarios... no pongas esa cara, es por las fotos, la revista, ¡gracias a dios!, ha comprado la entrevista, va a ir en portada nada menos. El juicio del padre es esta semana así que no hemos podido ser más oportunos. Si no llegan a querer publicarla no sé qué explicación le hubiera dado a esa mujer.

- Acojona, ¿eh? – sonrío mirando mi cheque con una sensación agridulce.

- Pues sí, bastante. Como él, para ser tan joven impone bastante, me he puesto las pilas investigándole. Me sorprendió verlo el otro día en la casa, parece que están más unidos de lo que yo pensaba, creí que era simplemente un guardaespaldas, pero los guardaespaldas no se manejaban con la familiaridad que él lo hacía.

- Claro, son amantes, a eso le llamo yo familiaridad.

- No hay que dejarse llevar por los tópicos, cariño. A ella le gusta tontear, es su manera de controlar a los hombres, pero eso no implica que sean amantes, tal vez el chico tiene más importancia dentro de la organización de lo...

- Que no, coño, Mario, que son amantes, no es una teoría, lo sé. Subí al baño y me lo encontré desnudo, no creo que se desnude en casa de su jefa si no son amantes...

- Vaya, vaya – sonríe mi novio estudiándome detenidamente – si no supiera que no es tu tipo me preocuparía... pareces molesta e impresionada... ummmm

- No seas idiota, ¡impresionada y molesta, dice! Serás bobo... además, ¿cómo estás tan seguro de que no es mi tipo?

- Hombre, no es que nos parezcamos mucho... demasiado cachas, pinta de matón, un chulo de libro, a ti te va más el royo intelectual.

- No creo que sea ningún tonto.

- Yo no he dicho que sea tonto, pero sinceramente no me lo imagino leyendo a Jane Austen.

- Tú tampoco lees a Jane Austen.

- Como lo defiendes ¿no? Nunca creí que mi chica era de las que se prendan de una mirada atormentada y un cuerpo de gimnasio.

- A veces eres idiota, cielo. No le defiendo, de hecho creo que me impresionó más ella, son una pareja explosiva, parece que se han escapado de un anuncio de perfume de Dolce & Gabbana.

- Si, uno de esos de ambientación mafiosa, muy propio – se ríe sin darle mayor importancia. Qué suerte tengo con él, con uno de los dos que se coma la cabeza tenemos bastante.

Te encontré en el infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora