¿Alguna vez te haz topado con alguien que entienda todo tu sufrimiento?
Alguien que entiende tus penas y tus peores momentos , que los sana y los convierte en tu motor para seguir.
Ella definitivamente era eso para mí.
Ojalá hubiera sabido eso an...
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Después de la innecesaria presentación de los nuevos, me dispuse a caminar hacia los dormitorios pues ahora sabia que tenia la terrible misión de informarle a Anna que sería removida de sus "aposentos", como ella se refería al sucio colchón de paja. Sabía que sería todo un fastidio y que probablemente escucharía quejas hasta el anochecer.
Sentí que había transcurrido una eternidad desde que toque mi cama por ultima vez pues hace solo unas horas estaba luchando en el subterráneo, definitivamente me había ganado un trago y pensé en ir en busca de Moblit a robarle un poco de su reserva.
Un grito me saco de mis pensamientos y sin darme cuenta, de cierta manera termine pasando a un lado del Capitán Flagon y de lo que sería su nuevo escuadrón, grandísimo error.
—¡Oye tú!— estaba casi segura de que se refería a mí, pero había más personas en el pasillo así que podia intentar disimular y con suerte lograr una huida perfecta. Normalmente yo nunca me atrevería a ignorar a algún Capitán, pero en estas circunstancias me permitiría ser un poco rebelde; él volvió a gritar —¿Acaso estás sorda? Tú la de la trenza, necesito que vengas aquí ahora mismo— se expreso con menos paciencia.
Durante la reunión que tuvieron con el Comandante, logré escuchar su inconformidad ante lo humillante que era tener "criminales entre nuestras filas",como él los llamó; así que no me quería ni imaginar como se sintió al enterarse que su primer escuadra estaría conformada por ellos. Escuche también que insistió en que, al ser todo esto idea de Erwin, él debía de hacerse cargo de ellos, si iba a vengarse de mi Capitan, había conseguido su oportunidad.
Resignada y con un leve temblor, giré sobre mis talones y me acerque, estaba en el marco de la puerta mientras su equipo inspeccionaba uno de los dormitorios más sucios y viejos de la legión; existen algunos que ni siquiera han sido ocupados en al menos tres años ya que, debido al pobre ingreso de reclutas y con el gran índice de muertes, cada vez hay más camas vacías.
—¿Eres la subordinada de Erwin cierto? ¿De la que se quejan las del dormitorio seis por ser demasiado mandona con la limpieza?— no había necesidad de exponerme así, menos aun frente a esos.
—Estoy en el escuadrón del Capitan Smith ¿me necesita para algo en especial?— contesté después de soltar un pequeño suspiró de resignación, había otras cuatro chicas más en nuestro dormitorio y no pensé que me consideraban "mandona" ya que nunca se habían quejado, al menos no en mi cara. Anna era la unica que solía decir algo al respecto, aunque bueno, eso era más que suficiente para hacerme de una reputación pero mi alergia hacia el polvo no era precisamente algo que yo hubiese elegido y con lo descuidadas que eran esas mujeres me harían la vida insufrible.
—Necesito que te asegures que ellos dejen la habitación como si el mismísimo rey viniera a dormir aquí, en caso de que no sea así te encargaras de los baños de hombres por 3 meses— mierda, esto era culpa de Erwin y su "estaré ayudando en la formación con el comandante", ese maldito cejon me las pagaría.
