¿Alguna vez te haz topado con alguien que entienda todo tu sufrimiento?
Alguien que entiende tus penas y tus peores momentos , que los sana y los convierte en tu motor para seguir.
Ella definitivamente era eso para mí.
Ojalá hubiera sabido eso an...
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Veía con atención a la mujer que estaba a unos metros de mi, el bebe que yacía en sus brazos se alimentaba con desesperación, el a su vez aun estaba envuelto en la capa que hacia el papel de manta. Me encontraba sentada en el piso de la sala de armas en una de las sedes de las tropas estacionarias en Klorva; en el sur de la muralla no había tantas comunidades así que el distrito no estaba tan atiborrado como lo podían estar algunos lugares de Sina en estos momentos. Los refugiados se mantenían con incertidumbre sobre el futuro que teníamos por delante y la pesadez en el ambiente era asfixiante.
Llevábamos casi una hora ahí esperando a que algún mensajero llegara con noticias sobre el supuesto agujero en la muralla pero al parecer los reportes seguían igual, no había fisura alguna y los avistamientos de titanes eran casi nulos concentrándose principalmente en el sector suroeste del territorio. Mi hermano se mantenía a mi lado con la cabeza escondida entre las piernas y de vez en cuando algunos sollozos de su parte se hacían presentes, como si de alguna manera volviera a ser ese pequeño indefenso que conocía y no el honorable soldado Becker del que tanto se regodeaban sus superiores.
Habían pasado casi 27 horas desde la última vez que pude dormir, no había ingerido mas que un poco de agua en quien sabe cuanto tiempo y en mi cuerpo se notaban los estragos, sentía una presión sobre la frente e incluso la cara casi entumecida, percibía los colores mas nítidos que de costumbre y el parpadear me dolía hasta el alma.
—Disculpe General— llegó el capitán Hannes hasta donde estábamos, los dos lo miramos— El mensajero nos informo que un escuadrón de la legión está sobre la muralla Rose, partiremos dentro de unos minutos para informar sobre la situación, no se si usted se encuentre en condiciones de viajar pero ...
—Iré con ustedes—dije sin pensarlo—¿Podría pedirle un favor?— el asintió—Espero que no sea mucha molestia solicitarle un repuesto de gas para el equipo y tal vez algo de comida.
—Claro, lo que usted necesite. Mandaré a un oficial para informarle cuando sea hora de partir— le agradecí y luego se marcho.
—¿Qué piensas hacer con el?—dijo Jules señalando al bebé y yo suspiré.
—Ella me dijo que estuvo embarazada hace poco pero el bebé venia sin vida, se ofreció a cuidar de el. Su esposo trabaja en la policía militar así que tendrá una vida cómoda.
—Oh vaya pues que bien por el-guardo silencio unos minutos y de nuevo unas lágrimas rodaron por sus mejillas— _________, deja de hacerte la dura conmigo por favor.
—No me hago la dura Jules, aún no lo proceso eso es todo.
—Mientes.
—Tal vez, pero déjame lidiar con esto a mí manera.
Un soldado nos entrego agua y una hogaza de pan junto con un cuenco de sopa que solo sabía a agua caliente con sal. Después de terminar aquello sentí como mi cuerpo se recuperaba de a poco.
