¿Alguna vez te haz topado con alguien que entienda todo tu sufrimiento?
Alguien que entiende tus penas y tus peores momentos , que los sana y los convierte en tu motor para seguir.
Ella definitivamente era eso para mí.
Ojalá hubiera sabido eso an...
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— Parece que haz mejorado, aún están un poco irritados pero casi vuelven a la normalidad— decía la doctora mientras sacaba de mi oído un aparato de metal.
— Cada vez que vengo tiene nuevos artilugios— dije señalando una mesita, algunos parecían instrumentos de tortura.
— Te sorprendería cuanto ha avanzado la medicina en estos años— tomo el utensilio que me había introducido— se llama otoscopio y lo conseguí en mi última visita a la ciudad industrial— me lo paso y comencé a examinarlo.
— ¿Podría pedirle un favor?— ella asintió— ¿tendrá algo así como un analgésico fuerte? Un compañero se lastimo pero se reúsa a recibir atención médica.
Ella pensó por un momento y comenzó a preparar una mezcla dentro de un frasco marrón tomando diferentes botellas que tenían nombres impronunciables para mí.
— Creo que con esto podría bastar pero si es una lesión muscular lo mejor será guardar reposo, aplicar compresas y masajear la zona con algún ungüento— me levanté de la camilla mientras olfateaba la botella que me había entregado, parecía que no se había medido en potencia pues el olor era penetrante —recuerda seguir aplicando tus gotas ... Oh cierto lo olvidaba — sacó de un cajón un frasco con pastillas — aquí tienes tú ración mensual, espero que estés siendo responsable con esto, si la olvidas un día podría causar un desajuste.
— Claro, la verdad me gustaría evitar alguna crisis en el futuro— me pasó un papel y comencé a guardar todo en mi bolso.
—Ahí tienes los horarios del analgésico, si necesitas algo puedes venir de inmediato— le agradecí y después de despedirme salí de aquel pequeño dispensario, Armin me esperaba recargado a un lado de la puerta con una canasta llena de verduras.
Habían pasado unos días después de nuestro regreso, estábamos en veda total y todas nuestras actividades habían parado. Fue difícil para los reclutas regresar de una expedición tan dura y los ánimos por el cuartel estaban por los suelos.
Al no tener mucho que hacer le pedí a Armin que me acompañará al pueblo a comprar algunas cosas y por supuesto a mí cita médica. Durante el trayecto hablamos de todo un poco, me contó cómo conoció a Eren y Mikasa, también de todo lo que pasó después del ataque a su distrito y como él y el abuelo apenas escaparon con vida, sobre los campos de trabajo y algunas anécdotas que vivió en el cuerpo de cadetes. Básicamente nos pusimos al tanto con nuestras vidas.
— Pensé que te demorarías más— me dijo mientras comenzábamos a ponernos en marcha.
—Oh para nada, solo era un chequeo de rutina.
Desatamos a los caballos y comenzamos nuestro viaje de regreso a la base, manteníamos el trote lento pues seguíamos con nuestra conversación.
—Y entonces te juro que sentí que me partiría en dos la cabeza, le provocó una contusión a dos chicos— reí ante su anécdota.
