Capítulo#3

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DANTE:

Estoy  tan cabreado hasta más no poder, creo que las venas en mi cabeza van a reventar en cualquier momento, ese maldito gusano de Stefano como se atreve a presionarme con el tema de la boda frente al consejo de líderes que tuve hoy en la mañana.

Él muy astuto de un momento a otro saco a relucir sus supuestas jodidas “buenas intenciones”, ya que asegura que la ofrenda de paz que está ofreciendo es hecha con todas las ganas de solucionar el mal entendido que hubo con respecto a los negocios míos que saboteo, juro por lo más sagrado que me vengaré de esae gusano, le voy a dar justo donde más le duele,  no me detendré por nada ni por nadie en la tarea de romper a su hija, le quitaré en sus narices su territorio, pero para él viejo bastardo tengo reservado otra cosa, quizás me deshaga de él muy lentamente para que se arrepienta de haberse metido con la persona equivocada, aún no estoy seguro.

Pero de lo que sí estoy seguro es que servirá de ejemplo para los demás que quieran joderme, que sí se llegan a atrever nadie vivirá para contarlo.

Tomo unas cuantas respiraciones profundas necesito concentrarme y mantener la calma, tengo que pensar mejor sobre la maldita boda, es en unas pocas semanas, mañana conoceré a mi futura esposa, deben venir a mi mansión no me fío de esa serpiente traicionera, así que mejor aquí en mi casa que en su territorio.

Le hago una rápida llamada a Emilio para hacerle saber que debe añadir seguridad extra para el día de mañana y que no vamos a ser hospitalarios en nada con ellos, que se jodan él y su tonta princesa si piensan que me van a tener en sus manos.

Apenas he terminado la llamada con Emilio, aprovecho y marco a una boutique de lujo para hacer un pedido especial de un vestido con la talla que me dio su padre para hacer mi tonto regalo de “cortejo”, no debo dejar que sospechen de mis verdaderas intenciones, le doy el color que deseo y las especificaciones de como lo quiero con sus zapatos a juego.

Una vez que termino la llamada con la boutique, llamo  a uno de mis clubes, me responde Ramiro el administrador—¡Buenas tardes, jefe!, ¿En qué lo puedo servir hoy?—sonrió malvadamente, con el plan que tengo en mi cabeza.

—Para mañana quiero que me envíes a una de las chicas más guapa que haya, vístela elegantemente, la quiero aquí a las 6:00 pm tengo una cena con unos futuros socios y quiero dar una buena impresión—La sola idea de imaginarme cual será su reacción me provoca mucha gracia.

Me responde muy servicial—¡Entendido jefe!, ¿Alguna especificación más en especial?, o confía en la elección que haga—pienso unos segundos más y la verdad es que no, me da igual a quien me envíe.

—No, ninguna, cualquiera servirá no son tan importantes estás personas, se conformarán con observar a cualquiera que esté bien guapa eso y exijo que tenga buenos modales, no quiero pasar vergüenza porque no sepa como comportarse, adiós—cierro la llamada sin esperar una respuesta, lo que digo se hace y punto.

Me giro de frente para observar al jardín, desde el ventanal de mi oficina, Allecra Cavour haré de tu vida un infierno que lo único que querrás es irte tú misma corriendo de regreso a los brazos de tu papi, pero no sin antes dejarte totalmente arruinada para cualquier otro hombre, así aprenderás a no ser tan servicial con tu padre y sus caprichos.

Allecra:

Me despierto con un dolor de cabeza fatal, estoy acostada en mi cama de 3 plazas mi hermana Isabella se encuentra hecha un ovillo cerca de la pared, en el centro duerme Bellarosa y yo que caí exhausta en el filo de la cama, moverme parece una mala idea en esté momento.

Pero debo levantarme así que lo hago muy lentamente, porque parece que sí lo hago más rápido el tambor que hay en mi cabeza sonará con más fuerza, cuando logro estar en pie doy pasos lentos hasta entrar en el baño, me desvisto con dificultad, enciendo la ducha y cuando dejo que el agua caliente moje mi cuerpo, para que  se lleve el sudor y las lágrimas que brotan suavemente, al recordar lo que vi ayer antes en el taxi.

Me Compraste pero jamás seré tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora