Capítulo#24

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Allecra

Ayer desperté a Isabella y le dije que salga como un día normal a la escuela y que ingrese, pero que cuando observe que el chófer y los guardaespaldas se retiran de la escuela, llame a Gabriel, él le enviará un auto para que la lleve hasta donde si Dios quiere, estaré yo esperando por ella.

Le dije que meta solo lo esencial en su mochila de la escuela, y actúe normal frente a Dante si lo veía en el desayuno o antes de salir de casa.

Yo por otro lado lo tengo más difícil ojalá y ese animal no quiera acompañarme a la visita que voy a sacar con la ginecologa, eso me recuerda que aún no me he decidido a que clinica voy a ir, pero nuevamente pensando en él, yo lo dudo que lo haga o que esté despierto, ayer hasta tarde se escuchó como follaba con esas fulanas.

Tomo lo necesario y lo guardo en mi cartera, joyas que pueda vender, mis documentos, las tarjetas que él me dio las dejo escondidas en los cajones de la mesita de noche, no necesito nada de él, tampoco es que me sirvan de mucho si las uso lo más probable es que dé con mi paradero.

Termino de vestirme con ropa cómoda tengo que convencerlo de que la prueba casera que me hice dio negativo y que voy a corroborarlo con exámenes de sangre para estar más segura y ya.

Me pongo un jean deshilachado en los muslos, un poco ajustado aunque sufrí en el momento que tenía que cerrarlo por qué me aprieta solo un poco más de lo normal.

Una crop top blanca sin mangas y una chaqueta jean entre beige y crema, no lo sé muy bien pero tampoco es que me importe, me pongo zapatillas blancas de deporte, unas gafas y me agarro el cabello en un moño desordenado.

Tomo las llaves de mi auto y me dirijo a la salida de la mansión.

Voy bajando el último tramo de escaleras y aparece a quién menos tengo ganas de ver.

Leo el perro fiel de mi esposo, reviso mi bolso como si realmente tuviera algo importante que encontrar para poder pasar junto a él sin tener que cruzar palabra o tan siquiera tener que ver su horrible rostro.

¿A dónde vas? ¿Dante sabe que vas a salir?, no me han notificado de que ibas a salir hoy —se cruza de brazos tapándome el paso.

Si no fuera por qué lo he visto enrollándose con chicas antes , podría asegurar que este hombre también es víctima de la polla mágica de Dante.

—¿Siempre te metes dónde no te llaman o solo lo haces conmigo?, porque puedo llegar a pensar que tienes alguna extraña obsesión conmigo — hago un intento por sacar su mano y poder pasar pero no sé mueve ni un poquito.

—Soy así solo con las personas que no me inspiran confianza en lo más mínimo y tú eres una de ellas no eres digna de confianza eres una rastrera, como todos los de tu familia—este hombre es impresionante no solo es metido también es un atrevido.

Lo abofeteo sin sentir remordimiento alguno.

—¿Quién te crees que eres para hablarme así?, que no se te olvide quién es mi Padre y de qué familia provengo, así que dirígete a mí de la manera correcta, mostrandome el debido respeto, tú solo eres un peón más—tengo tanto enojo que no pensé para nada en lo que acabo de hacer.

Claro Jefa, ¿Por cierto, hace cuánto que no ves a tu padre?, pienso que deberías ir a visitarlo—dicho eso se da media vuelta y se va con una sonrisa arrogante en su rostro de que él sabe algo que yo no.

¿Visitar a mi padre?, sí cómo no, que vaya él si está tan interesado, yo he estado muy bien sin saber nada de ellos.

Salgo antes de que alguien más quiera frenar, hasta que lo veo afuera apoyado muy casual en mi auto.

Me Compraste pero jamás seré tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora