Capítulo#26

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Allecra

No, no puede ser, esto no puede ser, maldita sea.

Llamó a Isabella rápido, pero no responde y me envía al buzón.

¡Mierda, esto parece una maldita broma!, todo debía salir bien, no debía pasar esto.

Eso quiere decir que no solo va a matar a mis bebés me matará a mí también, no me creo eso de que me va a enviar a un lugar a descansar.

Salgo del baño y dejo la bata desechable en el tacho de basura cerca de la puerta, la doctora me da la receta, indicaciones de las  cosas que debo ingerir para llevar una dieta sana y me dice lo que puedo y no hacer, exámenes que debo realizarse sin falta y que debo traer en la siguiente consulta.

Apenas y le prestó atención, solo asiento un par de veces de manera mecánica, hasta que finalmente  me indica que me puedo ir pero que no olvide que debo venir sin falta el mes que viene con los resultados de mis exámenes, que mi embarazo es de riesgo y debo tener mucho cuidado.

Me despido y agarró las imágenes que Dante dejo botadas en el escritorio de la doctora.

Las guardo en mi bolso junto con los demás papeles, estoy por buscar una salida por la puerta de atrás.

Pero alguien me agarra del brazo, demasiado fuerte, voy a soltarme del agarre, cuando mi atacante pega mi espalda a su pecho y susurra muy cerca de mí oído.

—Huye y doy la orden de que Isabella sea entregada en el burdel que te comenté la otra vez, así que tu decides esposa lo hacemos por las buenas o por las malas, a mí cualquiera de las dos me da igual— besa mi cuello y después lo muerde juguetonamente, como si estuviéramos siendo cariñosos el uno con el otro.

No puedo evitar estremecerme de asco, ahora mismo su olor, su presencia, su voz, todo en él me provoca que lo rechace, no lo soporto cerca de mí ni un minuto más.

—Camina y será mejor que no hagas una escena, ahora date media vuelta y bésame, imagina que soy cualquiera de ellos si deseas, pero hazlo ahora antes de que pierda la paciencia— me gira para estar cara a cara y que haga lo que me ordenó.

¡Haz lo que debas para sobrevivir Allecra!

Me pongo de puntillas y levanto mi rostro para poder besar sus labios, pero antes de que pueda hacerlo, él acorta la distancia más rápido que yo, lo que debía ser un simple beso, rápidamente se vuelve algo muy intenso.

Mientras yo lo beso con odio él lo hace con lujuria, pero nunca es amor entre nosotros y jamás lo será.

Nos separamos para tomar aire y nuestras miradas se cruzan.

Él sabe que yo voy a escapar tarde o temprano y yo sé que él me va a matar por algo que no hice.

Toma mi mano y caminamos a la puerta de salida.

Me deja cerca de mí auto para él caminar al suyo, me subo rápido no soportando tenerlo más tiempo cerca de mí, agarró fuerte el volante con ambas manos hasta que siento un fuerte hormigueo y aún así no lo suelto, mientras el miedo, la ira y la impotencia se mezclan dentro de mí, no dejo que ninguna me domine, debo ser fuerte.

Debo encontrar a Isabella e irme con Gabriel, eso es lo que me dice mi cerebro que haga una y otra vez.

El viaje se me hizo largo y lento, casi me chocó dos veces por ir tan distraída en mis pensamientos, Dante no dejaba de pitar y hacerme señas de que me estacione a un lado de la carretera pero lo ignore, él era el culpable de que yo esté así.

Llegamos no pierdo tiempo en estacionar el auto y bajar rápido, camino decidida a la entrada de la mansión.

Si mi hermana no está aquí de lo que debe de preocuparse es que le queme la mansión con él adentro o que no dejé nada sin romper.

Me Compraste pero jamás seré tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora