Capítulo #22

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Dante

¡Cómo pude ser tan tonto y haber bajado la guardia!, está bruja mentirosa es como todas las demás.

Solo quieren dinero, poder y que te entierres en ellas profundamente para que puedan gritar como unas locas y algunas hasta fingir que te van a dar un hijo.

Zorras oportunistas si no andan en busca de dinero no son ellas, pero la que está frente a mí es la peor de todas, ella solo quiere acabar conmigo, porque si tiene dinero, solo quiere llevar a cabo la tarea que le dejó su padre, no dejo que eso se me olvide.

Puedo apostar a que está fingiendo que se desmayó, no la llevaré a ningún hospital, no le daré oportunidad para que pueda escapar como de seguro lo tiene planeado, por eso es que hizo ese acto en la sala cuando la estaba confrontando, ella sabía que había descubierto algo.

Llame a un médico de confianza e hice que la revisara, antes de que pueda golpearse la agarre en mis brazos y la subí a su habitación, aunque pensándolo hubiera dejado que caiga con fuerza en el suelo para que su acto caiga.

Ella sigue con los ojos cerrados mientras él la está revisando, no me gusta nada que la esté tocando y no me gusta más sentir está rabia que me da al ver que otro hombre la toca, así sea esté un simple doctor que solo está haciendo su trabajo.

Es absurdo si esta mujer es solo un objeto más como las demás, porque despierta estás cosas en mí.

Él doctor pone un poco de alcohol en un algodón y lo pasa varias veces bajo su nariz, una vez que la ha revisado y no ha encontrado nada grave, dice que quizás se le bajó el azúcar ya que estaba haciendo ejercicio.

Ella empieza a reaccionar poco a poco, arpía mentirosa debe ser experta fingiendo desmayos en lugar de enfrentar la realidad.

La encare para esperar una aclaración de las evidencias que tngo en su contra,  ahora debo esperar a que me diga el doctor si tiene algo serio o no, para poder arrastrarla a mi despacho y darle su merecido por mentirosa.

—Doctor que es lo que sucede.¿Por qué mi esposa se desmayó convenientemente?— pregunto perdiendo la paciencia por completo.

Este me lanza una mirada indescifrable y vuelve a seguir revisando  a Allecra, eso me hace que apriete los dientes conteniendo las ganas de golpearlo, por no darme una respuesta.

¿Qué pasó? ¿Quién es usted y por qué me está tocando?, yo estaba en la sala y de un momento a otro me...me empecé a sentir muy mal, ¿Donde estoy?—  escucho que pregunta algo aturdida.

— Te desmayaste Allecra, coopera con el doctor aquí presente para que pueda decirnos que es lo que te sucede y pueda irse, tenemos temas muy importante que tratar— controlo lo mejor que puedo mi voz, y que no salga como un gruñido producto de la rabia que siento en este momento

El doctor se aclara la garganta y con voz firme me dice—Necesito revisarla bien, por favor salga de la habitación un momento, ella debe de estar tranquila, no me deja hacer mi trabajo— sin más se voltea y empieza hacerle preguntas a ella.

Me voy o golpearé al Dr. Thompson solo porque lleva años sirviéndome y es muy bueno, lo pasó por alto está vez.

Bajo las escaleras y me dirijo hacia mi despacho, veo a Leo afuera rondando por la sala y este en cuanto me ve se acerca a mí— ¿La enfrentaste? ¿Dónde está?, ya dijo algo — tomo un gran respiro, no quiero tener que desquitarme con él.

— Está arriba fingiendo estar enferma, ve y espera fuera de su puerta hasta que salga el médico, después de que te diga que tiene, la traes aquí así sea de los pelos. ¿Entendiste?, ella no sé va a volver a escapar está vez— no espero una respuesta y entro a mi despacho.

Me Compraste pero jamás seré tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora