Capítulo #20

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Allecra

Siento que estoy acostada sobre algo muy suave, me muevo rozando la superficie de dónde yazco, se siente bien, aunque no creo que sea mi cama.

Abro mis ojos poco a poco tratando de ubicarme en donde estoy, pero todo está oscuro y no puedo ver nada que me ayude a identificar el lugar.

Eso me hace sentar de golpe y no puedo evitar sentir miedo.

¿Dónde estoy? ¿Cómo fue que llegué aquí?

Tanteo cerca de la cama y mis manos sienten lo que parece ser una mesita de noche, y sobre ella está una pequeña lámpara, la enciendo y así me ayuda a ver mejor en donde estoy, es una habitación muy  bonita, el color de las sábanas en la cama que estoy son de color azul, las paredes son de color azul cielo con gris, los pocos muebles que hay, son está mesita de noche  que acabo de palpar, un armario sencillo pero elegante en un tono negro que está cerca de una ventana y una alfombra color gris, me siento un momento para estar segura que mis pies me pueden sostener, una  vez que estoy de pie algo ha captado mi atención, me acerco a eso que veo, parecen ser unas fotos en unos marcos pequeños en la mesita de noche.

¿Cómo es que no me di cuenta de esto están frente a mis narices?

En las fotos están Bellarosa y Gabriel, junto a sus padres.

Aunque ellos no han sufrido abuso a manos de sus padres, es como si no lo tuvieran, Los Señores Riina pasan más fuera del país que con ellos, más importante es el negocio de lavar dinero, traficar con armas y otras cosas más, que el pasar tiempo con sus hijos, siempre ha sido así que yo recuerde desde que los conozco, pero eso no quiere decir que estén en contacto o no los quieran, ellos no guardan resentimiento alguno hacia ellos, los adoran.

Tengo que encontrar a Gabriel, el saber que estoy en su casa me ayuda a estar más tranquila, aunque sea un poco, él dijo que le iba a pedir a su chófer que me lleve con él y cumplio con su palabra.

Me duele la cabeza del lado derecho, tocó con mi mano en ese lugar  y parece que tengo una pequeña protuberancia, eso no es posible, no recuerdo nada.

Quizás me pegue con la puerta o el vidrio de la ventana en el auto cuando me desmaye.

Camino hacia la puerta que está a la derecha y la abro solo para confirmar que es el baño, aprovecho para usarlo mi vejiga parece haber despertado en este momento.

Termino de usarlo, me lavo las manos y me salpico un poco de agua en el rostro, me doy un repaso rápido en el espejo, estoy algo pálida, con el maquillaje corrido, tengo aspecto de ser una adicta que está buscando su próxima dosis.

¡Doy asco en este momento!, pero eso lo voy a solucionar antes de ir por Gabriel.

Busco en el botiquín algo que me ayude a sacarme los restos de este maquillaje, encuentro una crema cualquiera creo que es de manos, pongo un poco en un pedazo de papel higiénico y frotó sacando el maquillaje, no es mi desmaquillante favorito pero no me puedo poner exigente en este momento.

Pero es eso o seguir con el look de adicta.. Entonces sigo con lo que estoy haciendo.

Lo hago dos veces más y contempló mi rostro, se ve mejor, abro el grifo y me lavo lo mejor que puedo con el jabón líquido que hay aquí.

Seco mi rostro con una toalla de manos que encontré y la vuelvo a dejar colgada, paso mis dedos en mi cabello tratando de ordenarlo un poco es un desastre también.

Sin poder evitarlo mis pensamientos van a lo que hice en aquella habitación de hotel.

¡Debes superarlo y seguir adelante!, eres una  Cavour hija del líder de los 'Ndrangheta, compórtate como tal, no debes sentir culpa por haber hecho justicia por mano propia.

Me Compraste pero jamás seré tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora