Capítulo #35

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Dante

¡Mierda!, solo quería asustarla y que ella ceda pero es tan terca.

Toda una principessa de la mafia, es digna de ser mí esposa, con muchas más ganas no la dejaré, nunca tendrá su libertad.

—Jefe, nos vamos, dejó aquí a algunos de los hombres, dice que han visto a unos pocos hombres de Kray, rondando la clínica, quizás están viendo si Allecra está desprotegida o puede ser que planean algo— me hace saber Emilio.

—Está bien solo a los mejores los quiero aquí, Leo está con su hermana en su habitación, cuidándola hasta que se despierte, lo cual es irónico porque debo acabar con su vida, quiero a un hombre que ingresé como resguardo en  la habitación de mi esposa cada vez que entren las enfermeras o los médicos, no quiero arriesgarme que le hagan algo a ella o a los bebés—paso una mano por mi cabeza, cansado y cabreado de todo esto.

¡Entendido!, dejó a la Srta. Isabella instalada y luego regresó de nuevo acá jefe —se gira y se va con una Isabella desmayada en sus brazos.

Otro punto que debo aclarar ahora que estoy con un humor de mierda, ya que la vez pasada me dijeron que tenía que esperar unos días más a que ella esté más despierta y con menos drogas en su sistema.

Avanzó rápido al cuarto donde está Vanna, no me molestó en tocar, solo entro.

Leo se pone en guardia rápido y Vanna está despierta, bien eso es bueno, pero hay algo raro en ella, está con la mirada perdida, parece ser que aún está un poco sedada.

—Leo, tranquilo siéntate estoy aquí para hablar con tu hermana— agarró una silla y hago lo mismo quedando frente a frente con él.

—Lo siento es que no lo puedo evitar, ¿Qué deseas Dante?, que es eso tan importante que vas a hablar con ella que no puede esperar a que le den el alta, ella acaba de perder a la hija de ambos, debes ser un poco más considerado—me tomo mi tiempo y observó a Vanna, está pálida, como si su mente no estuviera aquí, ni siquiera ha tratado de lanzarme las típicas palabras que suele decirme cuando me ve.

—Leo, la bebé no era mía, y fui muy claro cuando deje entrar a Vanna a mi casa, lamento lo que pasó, pero si Allecra defendió a nuestros hijos yo la respaldo por completo, así que puedes quedarte a observar o puedes salir y dejarme hacerlo solo, tú decides— me cruzo de brazos y espero para saber que es lo que decide.

—¡Dante por favor perdió a la bebé!, perdónala, ella te ama con locura, solo por esta vez yo me encargo de ella, no te molestará nunca más lo juro, nunca te he pedido un favor, pero por nuestros años de amistad por favor—implora como nunca antes lo ha hecho mi mejor amigo en todos estos años que llevamos juntos de amistad.

—¿Sabías que estuvo filtrando información a Luciano? ¿Sabes que por culpa de ella, pude perderlo todo? Ella no está bien, elige la muerte o un psiquiátrico de por vida, pero no la quiero suelta por ahí en donde puede llegar a lastimar a mi familia—veo como sufre por su hermana, pero esto es así.

La lealtad y la familia lo es todo en nuestro mundo, una mierda lo segundo si me lo preguntan, ya que eso le da ventaja a tu enemigo de poder ponerte de rodillas si se lo propone.

—No lo sabía, de verdad pero te dije que iba a tomar mi decisión y la escojo a ella mi familia, haré los arreglos para internarla, además no creo poder manejar ver a tu esposa todos los días, hasta aquí te acompaño hermano, gracias por todo—me tiende la mano y la estrecho.

—Yo elijo el Hospital donde ella va estar, tú cuidarás de ella aquí hasta que le den el alta— me pongo de pie listo para irme cuando ella me habla.

Me Compraste pero jamás seré tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora