"Creo que el destino le pidió ayuda al cielo para ayudarme a amarte como se debe".
Aquel día había llegado a tu departamento con la emoción recorriendo su cuerpo, y no era para más, ya que debido al proyecto que había presentado en su trabajo le había encantado a su jefe y había conseguido ascender al puesto que tanto había deseado por fin.
Así que en cuanto salió del horario laboral solo pudo pensar en ir hasta tu departamento para poder celebrarlo a tu lado. Sentía su cuerpo erizarse de anticipación y tuvo que morder sus labios para evitar que risa tonta saliera de su boca por la emoción que le albergaba.
Cuando llegó hasta las puertas del edificio, corrió hasta las escaleras porque el ascensor le parecía demasiado lento para la alegría que lo llenaba y agradecía que vivieras en el tercer piso, para no bofarse al llegar. Cuando se detuvo frente a tu puerta se aseguró de arreglar su abrigo y peinar su cabello hacia atrás para estar presentable y tocó la madera frente a él, agudizando su oír al escuchar movimiento adentro.
—¡Voy!—Gritaste desde adentro mientras corrías con tu copa de vino y sin percatarte de la ropa que llevabas puesta.
Debido a que era tu día de descanso, habías decidido limpiar tu departamento después de un gran lapso de tiempo de no hacerlo. Te había tomado toda la mañana y parte de la tarde, pero habías terminado y ahora te encontrabas preparando una rica pasta con un poco de vino para relajarte y terminar el día. Después de limpiar habías ido a ducharte y decidiste por usar una camisa de botones que tu novio había dejado un par de días antes y un short que te llevaba a mitad de tus muslos por lo grande que te quedaba.
Así que cuando abriste la puerta, habías pasado por alto todos aquellos detalles hasta que lo viste parado frente a ti.
—Oh, no te esperaba aquí.—Sonreíste aún un tanto cohibida por su presencia pero te apartaste para dejarlo pasar.—¿A qué se debe tu repentina visita? Disculpa por mis fachas, y por usar tu camisa, aproveché para limpiar y no hace mucho salí de ducharme y decidí usar algo ligero ya que no tengo planeado salir. Acabas de salir del trabajo, ¿No? Llegaste muy rápido.
—Sí, yo- uh, tenía necesidad de verte.—Murmuró al entrar y viste como se aferraba a la correa del maletín que llevaba en su hombro.
Te sorprendiste por su respuesta y un leve rubor se instaló en tus mejillas. —Entonces me alegro que vinieras, pasa. Preparé tu pasta favorita, no es como si esperaba que vinieras pero también me gusta así que decidí hacerla...—Cuando viste una expresión divertida en su rostro y como estabas hablando sin parar, soltaste un suspiro.—¿Quieres acompañarme a comer?
Asintió con euforia y se dirigieron a la cocina, donde te ayudó a poner la mesa mientras tu llevabas el sartén donde estaba la comida recién hecha y así poder servirse. Llevó el vino y una copa extra mientras tú te devolvías por los panecillos.
—¿Y por qué te siento tan emocionado hoy? Sé que no eres tan parlanchín como yo pero cuando estamos en tu departamento o en el mío hablas de tu día, de como te sientes o simplemente me das mimos pero ahora ni una ni otra.—Recriminaste con una sonrisa y viste como se sonrojó y desvió la mirada.
Terminó de servir el vino en las copas mientras que tú te encontrabas parada a un costado de la mesa. Sabías que era malo para expresarse y que le costaba, pero que te soltara el motivo del porqué se encontraba ahí casi te hizo atragantarte con el vino que habías ingerido mientras esperabas que hablara.
—Fui ascendido, ahora soy el jefe del área donde trabajo y mi superior dijo que inclusive sería como su mano derecha.—Soltó mientras se servía un poco de pasta.
ESTÁS LEYENDO
✎ Imaginas (II) ✓
RomanceSegundo libro lleno de imaginas. Fecha de inicio: 12-09-21. Fecha de terminación: 28-02-22.