Reencuentro.

2.3K 120 4
                                    

(N/A. Para entender esta parte puedes leer "Wildest Dreams", o bien, leer "Destino" del primer libro de imaginas.) 


¿Cómo podría olvidar la sensación de aquellos labios sobre los suyos en la víspera de año nuevo? Habían pasado un par de meses desde aquel suceso y sus labios aún picaban por el basto reconocimiento que tenía desde entonces.

Su pasantía en la ciudad se había extendido tanto que estaba convencido de mudarse con su mejor amigo después de aquellos sucesos. Si bien en sus planes no estaba contemplado aquello, desde aquella noche muchas cosas cambiaron. 

Al día siguiente, y empezando el año, su mejor amigo lo había arrastrado por toda la ciudad para que la conociera, a pesar de la cruda y de los espasmos por la noche anterior, se encontraba de buena energía pero lo único que quería era volver a la plaza con la esperanza de volver a la misma persona que había besado en la bienvenida de año nuevo.

Pero por más que intentó, nunca pudo asistir. Ni al día siguiente, ni al que le seguía; Su primera semana estaba abarrotada por un paseo turístico hasta la esquina recóndita de la ciudad sin su consentimiento, pero, ¿Cómo le podría explicar a su amigo que quería volver a la plaza para volver a encontrarse con aquella chica desconocida que había besado? Ni siquiera era seguro que podría saber de ella. 

Para la segunda semana de enero había vuelto al lugar, pero sin oportunidad de encontrarle. Nunca desistió, pero cuando el invierno se volvió primavera y las personas parecían avanzar sin rastro alguno de aquella chica, pensó que podría darse por vencido.

Hasta que volvió a verte. 

Con el cabello atado en una simple coleta, con algunos mechones colándose en tu rostro y soplando con la leve brisa de la tarde, fue cuando pudo reconocer aquel rostro que tanto añoró por semanas. 

El libro que leías reposaba sobre una de tus piernas y con tu mano libre bebías de aquel café que habías pedido con anterioridad. Y cuando se percató de tu mirada, redujo su paso y fue como si un golpe le hayan propinado en la boca del estómago. 

Tanto tiempo buscando como para volver a encontrarte en la forma menos esperada. 

Sus amigos habían pasado de largo, y cuando él se dispuso hacer lo mismo pero vio aquel gesto de decepción arrumbando tus expresiones, se sintió mal por siquiera pensarlo.

Así que, sin dudarlo, volvió para plantarse delante tuyo y poder apreciar nuevamente aquel rostro con el que había soñado por mucho tiempo. 

—Te encontré.—Susurró con anhelo. 

Y es que, cuando apenas se estaba dando por vencido en su búsqueda, habías aparecido frente suyo sin siquiera intentarlo.

Y podría creer en el destino... Solo un poco.

La palma de su mano ardía por la calidez que desprendía al tomarte de la cintura, y tus manos sobre su pecho se sentía como si fueran moldeadas para estar en esa posición. Ahora, en plena luz del día, sin fiesta y la bruma de las personas a su alrededor, le permitía poder detallar cada gesto y detalle de tu rostro, apreciarte con tanta cercanía que anhelaba poder probar aquellos labios una vez más, solo una probada y sería su divina perdición.

—Yo-yo no sé a que te refieres.—Y aquellas palabras lo envolvieron en una sensación agridulce. 

—No me digas que me olvidas, ¿Aquella noche no fue tan memorable como para mi?—Su voz tenía una pizca de miedo, y si no fuera porque había visto tus expresiones anteriormente, ya se estaría atormentando que posiblemente te hubiera confundido. 

—No.—Tu respuesta fue su principal motivo para sonreír, eso y por el leve chillido que desprendiste ante él.

—Pensé que no volvería a encontrarte, y mi error fue no preguntar siquiera por tu número de teléfono, y no es como el tener tu nombre fuera muy fácil en la búsqueda.

—Bueno, pues es una lastima que haya pasado hace meses. Ahora, tengo que irme pero fue un gusto volver a verte.—Con un empujón, te alejaste de él. Observó como tomaste el libro y como te disponías a irte. 

—¿Tan pronto?

—Fue grato volver a verte pero fue en un momento inoportuno, ahora tengo que ir a... Tengo cosas que hacer.

Cuando entraste, observó aquel espacio donde antes te encontrabas y se cuestionó si su comportamiento había sido el correcto. ¿Se había precipitado? ¿Se acercó de la manera incorrecta? Posiblemente no debió de dar el primer paso a tomarte de esa manera, y simplemente su cabeza encaminó un hilo lleno de pensamientos frustrantes. 

Pero no se daría por vencido. 

—¿Por lo menos me darías tu número? No quiero cometer el mismo error.—Cuestionó una vez que te vio salir. 

—Me temo que no perdono el primer error, deberás ganártelo.—

—¿Y cómo podría ganármelo?—Arqueó una ceja, interesado en ello.

—Aquel día creí en el destino, sin embargo, cuando volví a ir jamás volví a saber de ti por meses hasta ahora, y no pienso darte algo mío como si todo este tiempo no hubiera pasado. Así que, como creí en el destino y sorpresivamente nos volvimos a encontrar sin siquiera planearlo, tengo fe que volverá a pasar, y cuando suceda, entonces tendrás mi número.

—¿Y si transcurren meses nuevamente?—Cuestionó angustiado, sin tan solo pudiera decirte que esperó y se mantuvo firme con la esperanza de volver a verte. 

—Bueno, el tiempo lo decidirá.

—¿Y si vengo aquí al día siguiente?

—Que pena, no vengo al mismo lugar dos veces.

—Entonces, si vengo aquí por un mes entero, ¿No volveré a encontrarte?—Sonrió con suficiencia, él ya deducido tus mentiras.

—No suelo venir mucho por aquí.

—Entonces, ¿Si vuelves a venir?—Cuando vio como frunciste el ceño, carcajeó.—Dijiste que no sueles venir mucho por acá, pero antes habías dicho que no pisabas el mismo lugar dos veces. ¿Acaso descubrí tu trampa?

—Bien, como sea. Simplemente gánalo, así como yo esperé todo este tiempo para volver a verte.

—Yo también estuve esperando por ti.

Vio como negabas y te marchabas de ahí, sin voltear a verle. —¡Entonces nos vemos mañana!—Gritó detrás tuyo con una sonrisa, sin duda volvería ahí con tal de volver a verte.

Porque, sin garantías, sabía que volverías ahí. 

Lo que no contaba es que sería más veces de las que él pudiera contar y esperar. 

✎ Imaginas (II) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora