Lover.

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Cerraste los ojos mientras te deleitabas con la melodía que sonaba al fondo del salón, sonriendo inconscientemente sintiendo la letra impregnarse en tu pecho y hacer danzar a tu corazón hasta colapsar. 

Te encontrabas en una boda junto a tu novio, habían sido invitados al ser buenos amigos de los novios y ahora se encontraban disfrutando de la recepción mientras los principales protagonistas daban su primer baile de casados. No negabas que te hacía añorar algo similar, pero preferías vivirlo como una persona secundaria mientras tratabas de convencerte si realmente podías verte con vestido blanco a lado de tu novio. 

Sonreíste cuando terminaron de bailar y los novios se abrazaron dejando un casto beso sobre sus labios mientras se dirigían a su mesa después de su baile. Sentiste una mano sobre tu muslo y volteaste para encontrarte con la mirada de tu novio mientras alzaba la copa.

—¿Crees que debería de subir a dar un discurso?—Cuestionó con una sonrisa socarrona y entrecerraste los ojos en su dirección.

—Oh, no. Sé lo que harás si subes y me niego a quedar en burla por tu culpa, prometiste comportarte.

Y es que él podría ser una persona amigable y simpática, pero cuando se trataba de momentos serios o afortunados para su mejor amigo, era su momento perfecto para sacar todos los trapos sucios que escondían juntos.

Y que mejor que hacerlo el día de su boda y contar sus aventuras más divertidas y trágicas. 

—Prometo no decir nada que haga que se divorcien al segundo.—Levantó su dedo meñique y solo negaste.

—No, nada de eso, sé tus sucias intenciones y sé que harías de todo mejor no ridiculizarlo. 

Se acercó hasta pegar sus labios contra tu lóbulo y sonrió de forma feroz.—También tengo sucias intenciones para ti.

Golpeaste su mano, la cual aún se encontraba sobre tu muslo y te sentiste abochornada, abanicando tu rostro con tu mano mientras tratabas de disimular el sonrojo en tus mejillas. Cuando el micrófono fue tomado por uno de los invitados, todos colocaron su atención en la persona mientras iniciaba su discurso. 

Fueron extensos pero llenos de nostalgia, causando risas y ternura entre los invitados, aplaudiendo conforme cada uno pasaba. No te diste cuenta que tu novio se había apartado hasta que lo viste subir al escenario y te alarmaste por lo que podría decir, pero él te hizo un gesto de todo estaría bien y te guiñó el ojo; Decidiste confiar, no era como si pudieras armar una escena al querer bajarlo por miedo de lo que podría decir.

Pero ahí estaba, iniciando su discurso con una divertida anécdota cuando recién se conocieron, provocando abucheos por parte de su mejor amigo enfatizando que él le había salvado la vida y que fuera justo con su narración. Todos rieron por la divertida pelea entre los amigos pero hubo un punto en que sus palabras se tornaron serias, provocando el silencio de los invitados y toda la atención por parte de los novios.

—Sólo puedo desear que sean felices, a lo largo de su camino me tocó ver como sufrieron para llegar a la pareja que son hoy en día; Fui el hombro en el cual podía llorar para él y el mensajero cuando ambos querían saber del otro. Cada obstáculo los hizo fuertes, son una pareja a la cual admirar y tienen mis respetos, no podía estar más emocionado que todos los de esta sala por presenciar como consumieron su amor en el altar, porque ustedes siempre se pertenecieron aunque en ocasiones pensaran lo contrario. Les deseo mucha felicidad y salud, y cuando requieran de una niñera no me miren a mi porque no pienso hacerlo, pero si seré el tío rico y envidiable que los consentirá.—Finalizó con una sonrisa y levantó su copa.—¡Felicidades a los novios!

Cuando bajó y abrazó a su mejor amigo mientras que se reían con emoción, pudiste presenciar ese momento en los cuales te cuestionabas si realmente merecías estar con una persona como él; Sus circunstancias al conocerse no habían sido las mejores, pero cuando se dieron una oportunidad todo había cambiado para mejor.

I've loved you three summers now, honey, but I want 'em all

Cuando tuvieron que alejarse y vivir en diferentes lugares del país, había sido demasiado difícil para los dos pero supieron afrontarlo con visitas inesperadas por parte del otro y quedándose en pequeñas rachas hasta que pudieron instalarse en su propio hogar.

Can we always be this close forever and ever?

Cada vez que se abrazaban, se besaban y se tocaba, se sentía estar en su hogar. Tan cálido y hogareño que no querían apartarse del otro, porque no importaba en donde se instalaran para vivir juntos, su hogar pertenecía donde estuviera el otro.

Ladies and gentlemen, will you please stand?

Había cicatrices del pasado, heridas sin haber cerrado pero que, con la ayuda del otro, supieron sanar y afrontarlas. Tus ojos siempre estaban puestos en él, y solo podías pensar en su bienestar, como si de un imán se tratara porque tus pensamientos y sentimientos solo estaban para él, como si de una fuerza magnética se tratara, y probablemente era de esa manera, porque juntos trabajaban mejor.

Cuando se acercó hasta a ti y volvió a tomar asiento, tomaste su mano y entrelazaste tus dedos con los suyos, amando la diferencia entre sus manos y sonriendo ante el gesto.

—¿Podemos estar siempre así de cerca?

—Tanto como quieras, amor.—Besó la unión de sus manos y sonrió en grande.

—¿Y si salimos de aquí y vamos a casa?

—Bueno, ya vimos el baile y escuchamos los discursos, supongo que podríamos irnos.—Se levantó para acomodar su saco y te tendió la mano para ayudarte a levantarte y agarrar tu bolsa para colgarla sobre su hombro y ayudarte a ponerte tu propio abrigo, una vez que ya estaban listos, emprendieron hacia la salida de forma sigilosa para que nadie los viera. 

Y cuando estuvieron fuera del salón, rieron como niños escapando de sus mayores cuando corrieron hacía el automóvil con tus zapatillas en tu mano para que fuera más fácil y él tratando de sostener tu mano y evitar que ambos cayeran. 

Soltaron grandes carcajadas como si jamás lo hubieran hecho, disfrutando de sus corazones latiendo desbocadamente y de sus respiraciones agitadas mientras se aferraban al agarre del otro cuando llegaron al auto y se recargaron en este para recuperarse y retomar el aire.

—Eso... eso fue genial.—Bufó entre exhalaciones mientras pasaba su mano libre por su cabello.

Asentiste de acuerdo, y cuando te sentiste lo suficientemente recuperada sonreíste cuando te acercaste hasta quedar frente suyo y acariciar su mejilla con ternura. No dudaste más y besaste con anhelo y devoción sus labios mientras su mano caía sobre la costura de tu vestido a la altura de tu cintura y te atraía a su cuerpo tanto como pudiera.

Y con un suspiro de por medio, se alejaron para entrar al auto y seguir con su noche, porque el día aún no concluía y eran dos almas enamoradas en busca de nuevas experiencias en la compañía del otro.

Darling, you're my, my, my, my

Lover.

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Está a nada de llegar a las 100k lecturas, estoy delirando. 

✎ Imaginas (II) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora