Habían transcurrido un par de años desde su separación, y aunque tomar caminos distintos había sido doloroso, se acoplaron a ello y pensaron que había sido lo mejor, aún y cuando extrañaron la presencia del otro no se permitieron ceder y respetaron la distancia.
Habían sido tiempos difíciles para él, desde su retiro obligatorio y teniendo que entregar su placa, vivía en la soledad de su departamento mientras torturaba su memoria con viejos recuerdos que marcaban una pesadez en su pecho. El sabor amargo de la pérdida y la desolación lo acompañaban a todas horas, ni en sus sueños más profundos podía dejar de sentirse de esa manera.
Checó su celular como cada mañana y comprobó las nuevas novedades en redes, percatándose que habías posteado una historia en una de las cafeterías que tanto él conocía porque fue donde sus primeras citas se llevaron a cabo. Sonrió sin ser consciente de la acción y bebió de su café para caminar por el comedor y reposar ahí, admirando la foto que habías posteado con detalle.
No era novedad que él siguiera al pendiente de ti, y es que la sensación de protegerte aún estaba persistente a pesar de la distancia y del tiempo, además de querer saber como te encontrabas, aunque nunca se atrevió a contactarte por miedo al rechazo.
Oh, I can't call ya, I can't hol' ya
Oh, I can't
And, yes, you know, yes, you know
Oh, I can't call ya, I can't touch ya
Oh, I can't
Bloqueó su celular y dejó la taza en el fregadero antes de dirigirse a su habitación en busca del conjunto que usaría aquel día; Tenía pensado ir a pasear a su perro por los alrededores y distraerse un rato, porque sí, al poco tiempo había adoptado una mascota según recomendaciones para no sentir tanta soledad y en parte era bueno, era un lindo perro mestizo que rescató de la calle cuando lo vio malherido, después de estar en todos los cuidados para su recuperación y cuando presenció que querían mandarlo a adopción, él decidió adoptarlo.
—Holly, ¿Quieres salir? Apuesto a que quieres ir a pasear, vamos muchacho.—Habló enseñando la correa al perro que yacía en su propia cama y movió la cola en cuanto escuchó la voz de su dueño.
Cuando se estiró y caminó hasta sentarse delante suyo para dejarse poner a correa, su dueño sonrió en modo de satisfacción y dio una última mirada al espejo antes de salir del lugar y dirigirse a la calzada con su perro totalmente emocionado por dar un paseo.
Cada fin de semana se aseguraba de sacarlo a pasear, ahora disponía de mucho tiempo libre y rara vez sabía como aprovecharlo, por lo que prefería pasarlo mientras jugaba y paseaba a su perro o simplemente ver alguna serie o documental.
Estaba tan sumido en sus pensamientos y solo enfocarse en que su perro estuviera tranquilo con las personas alrededor que no se percató de la persona que iba del lado contrario igual de distraída hasta que sus hombros chocaron, haciéndolos retroceder.
—Oh, perdón por mi distracción, ¿Se encuentra bien?—Habló con tono preocupado al ver a la persona retroceder al perder el equilibrio pero se recompuso rápidamente.
—Estoy bien, no te preocupes.—Cuando levantó la mirada para responderle con una sonrisa, se sorprendió al verlo.
Habían pasado un par de meses desde la última vez que se vieron pero no habían tenido la oportunidad de estar tan cerca del otro. Te encontrabas atónita al verlo frente a ti después del largo lapso de tiempo, y olvidaste cualquier pensamiento ajeno a ese momento porque solo podías pensar en que no había cambiado mucho.
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✎ Imaginas (II) ✓
RomanceSegundo libro lleno de imaginas. Fecha de inicio: 12-09-21. Fecha de terminación: 28-02-22.