✎ Imaginas (II) ✓

Preocupación.

—Bueno, les paso las carpetas donde viene la información de la reunión, si tienen alguna duda pueden hacérmela saber. Para nuestra empresa, sería un placer aliarnos con ustedes y poder exportar a más lugares en el mundo, teniendo la oportunidad de expandirnos y mejorar la calidad de nuestro producto y su producción.—Hablaste mientras pasabas por los respectivos lugares de los socios, tendiendo la carpeta a cada uno.

Estabas encabezando una de las mayores reuniones importantes de la empresa donde trabajabas; Después de haberle insistido a tu jefa de poder participar activamente en dicha reunión y poder mostrarle tu capacidad de convencimiento y tu facilidad de palabra, a última hora te ordenó tener lista la presentación para el día siguiente y ahora estabas terminando con gran satisfacción. 

Cuando terminaste de repartir las carpetas y volviste a tu lugar, te percataste como tu amiga te llamaba desde el otro lado del vidrio que daba vista al pasillo. Frunciste el ceño al ver que tenía tu celular en su mano y su mirada reflejaba molestia.

—Si me permiten, necesito salir un segundo pero volviendo respondo cualquier duda que les surja.—Disculpándote, saliste de la sala sin antes darle una mirada apenada a tu jefa la cual asintió en comprensión y cerraste la puerta detrás tuyo. 

—¡Por fin volteas! Estoy como loca haciendo gestos.—Reprochó con el ceño fruncido.

—Estoy a punto de terminar la reunión, ¿Qué ocurre?—Te pareció extraño ver que te hablaba a pesar de la importancia de la reunión, sabías que ella nunca te hablaba a menos de que fuera algo muy importante o de situación crítica y eso te hacía poner nerviosa. 

—Sé que esta reunión es todo para ti, pero también la llamada que recibiste me inquietó y creo que deberías de saber.—Tomó una bocanada de aire y simplemente lo soltó.—Acaban de hablar del hospital, tu novio sufrió un desmayo en medio del entrenamiento y cuando vieron que no reaccionaba y que desde antes se le miraba débil decidieron llevarlo de urgencia. Se encuentra bien y despertó, pero está siendo monitoreado para saber la razón. Estoy tratando de comunicarme con sus padres o su hermano pero nadie contesta.

Por un momento sentiste el pavor recorriendo tu cuerpo, el miedo con tan solo escuchar que él se encontraba en el hospital y siendo monitoreado fueron las palabras suficientes para volver a la reunión, disculparte pero tenías que salir de urgencia al hospital y sin siquiera tomar el resto de tus cosas fuiste a tu auto te dirigiste directo hacia allá. 

Cuando llegaste a recepción para pedir informes, te encontraste con el doctor que se encontraba atendiendo a tu novio. 

—No hay razón para alarmarse, probablemente suene aterrador el escuchar que está siendo monitoreado y todo lo que conlleva, pero puedo asegurarle que no tiene porqué preocuparse antes de tiempo.—Sus palabras causando un leve efecto de tranquilidad, pero hasta no verlo no podías evitar los nervios y tu expresión de horror.—Solo quería comentarle que debe a cerciorarse que cumpla con las tres comidas en el día y que duerma mejor. El que no se alimente, no duerma y evite cualquier bocadillo le hace mal para sus grandes jornadas de entrenamiento, si sigue a ese ritmo podría enfermar y la situación sería mayor.

Frunciste el ceño ante lo dicho, ¿Acaso no se alimentaba bien? Te asegurabas de prepararle bocadillos para cuando fuera a trabajar o, cuando te quedabas en su casa, asegurarte que comiera algo mientras estuvieras ahí. ¿Todo este tiempo no había comido en absoluto? En tu ausencia, ¿Simplemente evitaba comer? Realmente nunca cuestionabas si su refrigerador disponía de una gran cantidad de alimento, ya que siempre te aseguraba que iría al día siguiente, y en algunas ocasiones, le acompañabas. 

Pero, ¿Te habría mentido todo este tiempo? 

—Gracias por cuidarlo y mantenerlo estable, yo me aseguraré del resto.—Sonreíste apenada y cuando llegaron a la habitación, te dejó sola en el pasillo mientras te mentalizabas de que lo verías.