Había llegado a su departamento después de un largo día de trabajo en la oficina; Se encontraba estresado por la montaña de pendientes que a cada día iba sumándose más y parecía jamás terminar. Tenía días sin poder dormir bien por salir tarde de la oficina y quedarse un rato más en casa para continuar lo más que pudiera antes de irse a descansar y volver a iniciar su rutina que hace unas semanas se había convertido en su delirio.
Pero cuando llegó a su departamento se percató de un peculiar aroma a comida recién hecha viniendo desde la cocina. Dejó su saco en el perchero y su maletín sobre el esquinero junto a las llaves del departamento y de su auto para quitarse los zapatos porque se sentía harto de tenerlos y se encaminó hasta donde se hallaba la fuente del olor.
Con su corbata desabrochada y los primeros dos botones de su camisa totalmente abiertos, esa fue la imagen que te recibió al incorporarte después de haberte agachado al ver el pollo al horno y sonreíste al verlo.
—Hola, cariño. ¿Cómo te fue en el trabajo? Decidí sorprenderte ya que ayer me dijiste que llegabas muy cansado del trabajo y no sabía si te alimentabas bien por el cansancio y decidí venir a prepararte tu comida favorita.—Te acercaste hasta donde se encontraba y te levantaste de puntitas para alcanzar su rostro y plantar un beso sobre sus labios.
El contacto fue corto pero lleno de amor, pasando tu mano por detrás de su cabello y otra apoyada sobre su pecho. Sus manos se plantaron en tu cintura y sonreíste al apartarte, misma sonrisa que se borró al ver las grandes ojeras que traía consigo y lo demacrado que se veía.
—Por dios, no has dormido nada, ¿No es así? Apuesto a que tampoco has comido bien, o siquiera probado un bocado.—Reprochaste con gesto preocupado y pasaste tus manos sobre sus mejillas, propinando leves caricias a su rostro.
Cerró los ojos y soltó un suspiro de satisfacción, y casi un ronroneo cuando sintió una de tus manos dar leves caricias a su cabello; Tu tacto contra su piel siempre era suave y delicado, y una de sus mayores fijaciones era cuando le caricias su cabello para calmarlo. Esa no era la excepción.
Agarró una de tus manos y la acerco a sus labios para depositar un beso en el dorso de esta. —Solo es el trabajo que me está consumiendo demasiado, pero en un par de días seré libre de tantos pendientes.
—Me preocupa que no estés durmiendo bien, te ves demasiado mal.—Hiciste un leve puchero con tus labios por la forma tan mal en que se veía pero a él solo le pareció tierno el gesto.
—¿Por qué no te quedas esta noche? Así consigo dormir bien y de paso cenamos juntos, y también supervisar que esté bien durante el resto del día.—Sonrió en grande cuando asentiste contenta por su propuesta y luego como te retiraste para checar la pasta que tenías en la lumbre.
—¿Prefieres ir a cambiarte ahora o ya que cenemos? Porque aún le falta para que esté y no quiero hacerte esperar mientras.
—Me iré a cambiar rápido y vuelvo.—Caminó hasta donde te encontrabas y se inclinó hasta quedar a la altura de tu rostro y depositar otro pequeño beso sobre tus labios.—Gracias, no esperaba tu visita pero te extrañaba.
Te ruborizaste ante su comentario y golpeaste su pecho. —Ya, ve a cambiarte o no comerás de esto, recuerda que te hice tu comida favorita.
—Y es por eso que te amo demasiado.—Gritó mientras salía de la cocina y se dirigía a su habitación.
Buscó algo de ropa casual para estar en su hogar y se dirigió al baño para ducharse rápidamente; Y mientras el agua caía sobre su espalda, solo pudo pensar que estabas en la cocina, preparando su platillo favorito y consintiéndolo, haciendo sentir su pecho cálido.
¿Qué había hecho para merecer a una persona como tú en su vida? Recordaba los días pasados antes de conocerte como se vivía trabajando en exceso, hasta tal punto de sentir más allá del estrés y consumiéndolo desde afuera para perforarlo, haciendo de su rutina casi asfixiante y pendiendo de una fina línea antes de consumir su vida por completo.
Su vida había sido monótona, tan superficial para sus amistades y tan aburrida para sus relaciones anteriores, pero cuando te conoció en aquella fiesta de fin de año y por una y otra razón terminaron hablando de temas sin fin, algo dentro de él se removió.
Habías pintado de colores su vida grisácea.
No se percató de todo el rato que estuvo bajo el chorro de agua hasta que tocaste la puerta del baño para avisarle que ya se encontraba lista la comida y que saliera antes de que se enfriara. Se cambió rápidamente y dejó su cabello secar al natural, por lo que salió apurado hasta el comedor y te vio sirviendo la comida en dos platos mientras la radio sonaba por lo bajo. Echó los mechones húmedos de su cabello hacia atrás y se acomodó en una de las sillas viendo con una sonrisa la comida colocada en su plato.
—Se ve delicioso.—Comentó cuando tomaste asiento a su lado y serviste en dos vasos de vidrio el jugo que habías preparado.
—Espero que te guste, y que no te haya molestado que haya entrado sin avisarte, quería darte una sorpresa.—Murmuraste con un gesto preocupado pero extendió su mano hasta colocarla sobre la tuya y sonreírte con ternura.
—Por supuesto que no me molestó, eres bienvenida a entrar siempre y cuándo quieras, no tienes que pedir permiso porque también es tu hogar.
Te sentiste cálida ante sus palabras y besaste su mejilla en forma de agradecimiento, viendo como sus mejillas se coloreaban de un lindo tono carmesí.
—Me alegro de tenerte en mi vida, realmente llegaste en el momento que más te necesitaba.
—Llegamos a nuestras vidas en el momento adecuado, porque así como tú dices que te salvé, realmente tú me salvaste, así que es un agradecimiento mutuo.
—Te amo.—Aquellas dos palabras te hacían sonreír bobamente y también sonrojarte, por lo que hiciste un gesto con tu mano.
—Te amo más, pero ahora comamos antes de que se enfríe la comida y me esforcé por hacerla.—Declaraste tomando el primer bocado y disimular tu nerviosismo, lo que provocó una carcajada de su parte.
Ambos se complementaban a su manera, y se entendían a su manera, porque al final del día podían quitarse aquellas máscaras que le mostraban a las demás personas y confiar en que del otro no saldría ninguna palabra que los hiciera sentir mal.
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✎ Imaginas (II) ✓
RomantikSegundo libro lleno de imaginas. Fecha de inicio: 12-09-21. Fecha de terminación: 28-02-22.