47

411 97 57
                                    

Febrero 3 semanas - Lunes

Su garganta parecía haberse congelado después de inhalar exasperadamente el aire de Noruega, había corrido demasiado y tardó varios minutos en dar con la localización de Geno: la azotea. Era un sector prohibido para los estudiantes, podía ser peligroso caerse por lo que siempre estaba cerrado, es por eso que no había decidido ir allá porque no creía que por casualidad se pudiese acceder aquel día. Para colmo, lo estaba, la puerta estaba entreabierta.

Si prestaba atención podía escuchar ruidos, intentó ahogar sus propios jadeos por la carrera pero no resultó complicado pues se quedó sin aliento al ver a Geno acuclillado en una pared, con las manos en la cabeza y soltando sollozos temblorosos.

No pudo decir nada en ese instante, al verle en el suelo, perdido y llorando, le causó un malestar en el estómago. Algo no tenía sentido, si se suponía que Geno fue quien "engañó" al chico, ¿por qué estaba llorando como si fuese la víctima? ¿Qué era lo que ocurrió en realidad?

— G...Geno.

Apenas pudo pronunciar su nombre, su garganta se sentía áspera y seca. El aludido al escuchar su nombre alzó la cabeza y al reconocerle se sobresaltó más y retrocedió a rastras hasta toparse con la pared, su rostro se veía destrozado emocionalmente, sus ojos, nariz y mejillas rojas, y marcas de lágrimas.

— N-No te acerques... —Dijo en un hilo de voz el menor— ¡S-Sé que estás decepcionado...! ¡N-No vas a creer l-lo que pasó!

Reaper se arrodilló, sus propias cejas se tensaron renegando la situación, no podía tener sus propias conclusiones hasta escuchar a Geno, tenía que comprenderlo, él veía el mundo de una forma distinta, su visión era primordial... ¿Qué había hecho mal para que esto ocurriera?

— Puedes contarme. —Esbozó un intento de sonrisa para causarle paz, pero pareció lograr lo contrario— Dime qué ocurrió.

Con cuidado estiró su mano hasta la cabellera albina del menor, Geno se encogió de hombros, pero después se permitió acariciar, se secó los ojos con la manga, soltando varios hipos por el llanto que tuvo antes de encontrarse.

— Hace semanas... conocí a ese chico... —Se sorbió la nariz, sus pómulos estaban tan levantados y sus cejas tan fruncidas que sus ojos parecían estar aplastados, sus iris celestes y opacas estaban desviadas hasta el suelo— Fue muy amable conmigo, nunca tuvo malas intenciones conmigo, nunca me tocaba, yo creí que podría tener un amigo normal, porque p-parecía interesado en solo eso, ser un amigo... Siempre fue amable conmigo, me caía bien, d-de verdad suponía que todo era así, no te lo conté porque n-no lo vi necesario, nunca pareció alguien malo... La semana pasada se a-acercó más a mí y un día de esos se confesó, me dijo muchas cosas lindas, me d-daba cariños en la cabeza... Él no me gustaba, él nunca me g-gustó, yo... yo no dije nada... después se confesó de nuevo y s-solo me besó y... t-todo pasó tan rapi...sniff... ¡N-Nunca supe que tenía pareja y-y me engañó! M-Me dejé, creí que estaría bien si yo l-le gustaba... D-Después llegó su novia... Él se hizo la víctima... F-Fui grabado... Fui grabado por ellos, y cuando... y cuando ella se fue... él se fue también.

Con cada palabra que salía de los labios del menor, Reaper se sentía cada vez más preso de mil y un pensamientos contradictorios. Geno le estaba contando básicamente que fue parte de un engaño, que tras haber sido besado llegaron hasta tener relaciones sin ningún problema, eso no era normal, no podría haber ninguna excusa que justificase lo que le ocurrió, ninguna excusa normal. Pero ahí estaba el tema, Geno no era normal, él hace años veía normal tener relaciones con plenos desconocidos, ¿qué le evitaría no hacer lo mismo con alguien que fue amable con él por tanto tiempo para ganarse su confianza?

Sí había una razón, y era él mismo. Se suponía que se gustaban, que todo era claro y le había enseñado todo lo necesario para que no cayera en manipulaciones ajenas.

Sintió sus propios ojos arder y rostro tensar, al no saber cómo actuar, pronto vio todo borroso y nuevamente llantos que venían de Geno. Había vuelto a llorar y Reaper tenía unas ganas inmensas de ponerse a su lado y llorar también.

— P-Perdón por decepcionarte... —Jadeó Geno, se estaba abrazando a las piernas— L-Lo siento mucho por errar... S-Solo me g-gustas tú... S-Solo te amo a ti, Reaper, lo siento... lo siento...

De pronto sintió su mejilla algo caliente, dos, a tres veces. Era una sensación que hace tiempo no ocurría, pero estaba tan familiarizado con ese pesar en su pecho que solo pudo suspirar mientras sus lágrimas caían hasta su mentón. También quería a Geno, le gustaba mucho y debía perdonarlo, con todos los meses que se conocían debía comprender que Geno no estaría haciendo un escenario para engatusarlo, Geno fue el manipulado; y aun así, le dolía.

Estiró los brazos y acercó el cuerpo del albino a él, lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en la nuca del adverso, no pudo decir ni un balbuceo, ninguno de los dos dijo nada más por un largo rato.

— Créeme... —Susurró Geno nuevamente, estaban tan juntos que era difícil no escucharse, sus respiraciones eran el único ambiente— Por favor... te lo suplico.

— ...Eso intento.

— Reaper... No me dejes solo...

— No lo haré... —Geno se quedó en silencio, soltando un suspiro tembloroso— ¿Cuándo se te confesó por segunda vez?

— Hoy... en la mañana. Quería verte para felicitarte sobre tu denuncia... Pero él me encontró y me llevó a los baños para confesarse...

— Lo quiero matar.

— No...

— ¿Por qué no me contaste todo esto?

— Te lo iba a contar hoy. De verdad... El viernes se confesó y no le di ninguna respuesta, quería tu consejo pero estabas tan feliz con tu celebración que no supe qué hacer más que posponerlo... Después ocurrió esto...

— ¿No me estás mintiendo...?

— No...

Su voz sonó tan temblorosa que parecía que iba a volver a llorar, Reaper apretó los labios con fuerza, la frustración, el miedo, la decepción, la furia lo agolpaba, pero se estaba repitiendo muchas veces que Geno no tenía culpa, no tenía culpa. 

No tenía culpa.

— Está bien. —Respondió Reaper, dejando de abrazarle dejándose caer para sentarse en el suelo, a su lado— Te creo.

Geno alzó la cabeza, Reaper se asustó por verle los ojos tan rojos, se notaba que se estaba aguantando más lágrimas.

— ...Perdón por ser un problema.

— No eres un problema.

— Me grabaron... Todo el mundo sabrá lo que hice... ¿Qué hago ahora?

— Será mejor que te mantengas conmigo, Geno.

— No me dejes solo. —Volvió a decir.

— No lo haré. —Volvió a responder.

INCLEMENCIA | BLANCO Y NEGRO #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora