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Abril 2 semana - viernes

Habían concordado una pijamada para ese fin de semana, era la mejor fecha para evitar problemas respecto al horario del pelinegro en la escuela y su trabajo, así que el viernes era un buen día para realizar la actividad. Geno llegó al departamento del par de amigos poco antes que Reaper, por lo que cuando el pelinegro llegó tuvo la sorpresa de ver a Geno y Blard en la cocina preparando algo con un aroma muy dulce y exquisito.

— ¿Pastel? ¿Galletas? ¿Flan?

— Se dice "ya llegué, buenas tardes". —Aclaró Blard desde la cocina, Reaper rió apenado mientras dejaba su mochila a un lado del sofá.

— Perdón, es que huele muy bien.

Geno apenas tuvo oportunidad se acercó hasta el mayor, ambos se dieron un beso de saludo.

— Hola, Reaper. 

— Hola, ¿todo bien de camino acá?

— Sí, no viven tan lejos del paradero. ¿Y a ti en la escuela?

— Bueeeno, la exposición grupal no fue tan mala.

— Eso te pasa por hacerlo a última hora. —Bromeó Blard.

— ¿Cómo que última hora? —Dijo Geno.

— Ehh, cosas que pasan.

Reaper  y Geno se acercaron hasta la cocina, más que nada guiado por Reaper por su curiosidad aún no respondida. El castaño estaba limpiando los muebles de la cocina, hace poco habían terminado de preparar lo que sea que estuvieron cocinando.

— Y... ¿Me dirán lo que hicieron?

— Galletas, estarán listas en un rato. —Respondió el castaño, retirándose del área de cocina. Estaba con una remera blanca poco holgada y arremangada, era difícil verlo con los antebrazos descubiertos por ser friolento, pronto se fue al baño.

El par al quedar solos quedaron en silencio unos segundos antes de reanudar la conversación, Reaper ya se había quitado los accesorios contra el frio, dentro del departamento estaba muy tibio.

— Llegué bastante temprano, así que aprovechamos de preparar algo para la cena.

— ¿No es la receta que hiciste con tu tía? Esas con chispitas.

— Es otra.

— Seguro quedarán deliciosas, más si las hicieron ustedes dos.

Reaper se acuclilló frente al horno, por la luz que irradiaba podía notar fácilmente las galletas, se relamió los labios con deseos de probarlas. Geno al estar a su lado negó con la cabeza y solo estiró la mano hasta su cabellera oscura, acarició un poco.

— ¿Vas a quedarte mirándolas mientras se preparan?

— Sí.

— ¿Hablas en serio?

— Tan en serio como me llamo Reaper y tú Genito.

Los mimos pasaron a ser un pequeño empujón que lo desequilibró, Reaper terminó sentado en el suelo mientras Geno soltaba una risa. Reaper quiso quejarse, pero su risa lo atrapó por completo. El albino ofreció ambas manos para ayudarlo a levantarse, el ojiazul aceptó la ayuda y una vez de pie suspiró risueño. 

— Hace unos días compré una baraja de cartas para jugar, así que podremos pasar una tarde divertida.

— Algo me estaba contando Blard, ¿Uno se llama?

— Sí... pero no son originales, así que se llaman Dos.

— Pff... Qué nombre.

— Descuida, revisé y no tienen nada distinto. Aunque quizáaas haya que decir "dos" en vez de "uno" cuando nos quede una carta.

INCLEMENCIA | BLANCO Y NEGRO #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora