24

477 112 26
                                    

Diciembre 2 semanas - Martes.

En un principio, Reaper pensaba que sería mucho más difícil de lo que creía controlar al menor respecto a sus acciones imprudentes, creía que cada vez que lo vería iba a ser besado o algo peor y tendría que tomar medidas más extremas; no obstante, Geno seguía siendo una persona con un mínimo de sentido común y los siguientes días solo se sentaba a su lado rozando pierna y pierna y no pasaba a más.

Aunque muy dentro de sí creía que solamente se estaba aguantando.

Mientras trataba de no dormirse parado, esperaba al de bufanda en el pasillo exterior techado como siempre, era la mejor forma para irse a algún lugar y no demorarse en encontrarse, la escuela era bastante grande. Cuando apareció, algo extraño hizo el más bajo, que fue mirarle directamente más abajo de los ojos y después desviar la mirada, todo fue más raro sabiendo que su expresión seguía siendo la neutral de siempre.

— Hola. —Saludó entonces, Reaper volvió a la realidad, debían aprovechar el receso.

— Hey.

— Parecía que ibas a desmayarte otra vez.

— Oh, no no, solo tengo sueño.

— Verdad, es sobre tu trabajo nocturno.

— Sí.

Así como quería ayudar a Geno sobre sus problemas, tampoco podían estar todo el tiempo hablando de lo mismo, ambos querían ser amigos del otro así que lo mejor era irse conociendo. En esos pocos días le contó un poco su situación actual y en cambio pudo saber mejor sobre la personalidad adversa, tenía su carácter, era reservado. A Geno le gustaba mucho leer novelas de misterio y terror, curiosamente no le había dado oportunidad a las novelas románticas.

Una vez estando en un lugar cómodo, Reaper quiso despejar la duda respecto el extraño saludo de hace un rato, quizás iba a besarle pero se había acordado que eso no se podía hacer, eso le hizo también dudar si seguía besando a otras personas, no le había dicho que no lo hiciera para no ser precipitado, pero a veces le daba ganas de llevárselo y evitar que esa gente se le acercara.

— Oye, Geno.

— ¿Mh?

— ¿Por qué en el pasillo me miraste tan raro?

— ...No recuerdo haberte mirado de forma extraña.

— Me miraste los labios.

— Oh, eeso. —Ese tono había sido tan falso que hizo como si se creyera la mentira— Solo fue que antes vi a dos chicas besarse, en la boca, pero no sé si eso es bueno o malo.

— ¿Será este mi momento de demostrar mis habilidades de docente?

— Inténtalo.

— Bueno, las parejas se pueden besar en la boca, entre novios es una forma de afecto que incluso puede ser casual, como saludos o despedidas. Así que quizás se estaban saludando o solo dándose un beso porque sí.

— ¿Solo entre parejas?

— Es lo lógi-, sí.

Geno hizo una mueca mientras fruncía el ceño por tal ataque no intencional, solo suspiró.

— Pero también he visto grupos dándose besos en las mejillas como saludo.

— Mmm, en primer lugar, ¿sabes qué es una pareja?

— No soy un idiota, sé lo que es. Mis padres lo son.

— Sí, pero no creo que sean el mejor ejemplo.

Por más que fuese algo brusco con los progenitores del albino, era difícil morderse la lengua cuando, sin conocerlos en persona, ya los odiaba con toda su alma, no les tenía ni una pizca de agrado y si fuese posible les daría una patada voladora, siempre había querido hacer eso. No obstante debía intentar ser paciente para no hacer enojar al adverso.

— Mejilla con mejilla, o mejilla boca suele ser un saludo entre amistades. 

— ¿Con todas las amistades? ¿Es como muestra de amistad máxima? No todos se saludan así. —Lo siguiente fue tan bajo que Reaper creyó que solo suspiraba— No nos saludamos así. 

— Ya depende del gusto de la persona si saluda así. Hay gente que hasta a los desconocidos saluda de ese modo. Es tema de preferencia pero personalmente prefiero saludar sin nada o por lo menos la mano.

— Oh. Creo que lo entiendo... Mis ami... mis compañeros me saludan así.

Reaper no pudo evitar arrugar el rostro al oír eso.

— No te lo recomiendo por tu condición, pero... Ya es tu decisión.

— No te ves contento.

— ¿¡E-Eh!? Me veo fresco, estoy bien, solo con sueño, quizás eso sea.

— Eres pésimo mintiendo.

— Nnh. No me mires que me avergüenzo.

— Pf. Eres tonto.

— ¡Oye...!

Mas se calló, pues al girar la cabeza hasta él, vio cómo Geno alzaba la mano hasta su cabello oscuro, pasando sus dedos por sus hebras peinándole con suavidad, claramente no pudo rechazar algo así, era parte del trato pero también gran parte de él deseaba esos mimos, la última vez que le peinó fue muy relajante.

Mientras no se pasara estaba bien.

— Para haberte autodenominado vagabundo, tienes el pelo bonito.

— ¿Eso crees? Está largo pero es que nunca me di la oportunidad de cortarlo, no me alcanzaba...

— Oh, a mí me corta el cabello mamá.

— Algo que haga bien, te ves lindo.

Geno se ruborizó, pero no reaccionó a más.

— Gracias, pero tú no te salvas.

— ¿¡Me estás diciendo feo!?

— Estás descuidado, pero estás mejor que la primera vez que te conocí.

— Bueno, me conociste con un pie en la tumba, ahora me siento mucho mejor.

— La verdad... Me alegra mucho, que bueno que puedas comer y descansar.

Sus labios pálidos pero ligeramente gruesos se estiraron formando una suave sonrisa, cosa que a Reaper le dio algo en su interior, de verdad Geno era muy atractivo, quería lo mejor para él.

El timbre sonó, haciendo que Geno separara sus manos de su cabellera, Reaper algo triste por sentir algo de frío se volvió a colocar la capucha caída, levantándose a su pesar. Geno tardaba un poco en levantarse, siempre se decaía cuando tenía que irse a su salón, separar caminos.

— Después de almorzar te veo acá, ¿te parece?

— Sí...

Le dolía mucho darle la espalda y seguir su camino.

INCLEMENCIA | BLANCO Y NEGRO #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora