42

474 112 58
                                    

Enero 4 semanas - miércoles.

La escuela era un espacio donde Geno podía ver en persona cómo los jóvenes se comportaban entre sí, había sido una actividad secundaria a lo largo de los días y momentos donde no podía estar con Reaper, ya tenía a varios estudiantes identificados e incluso a varias parejas bastante estables, no los perseguía, solo concordaba con esas personas al quedarse en sitios donde el resto no se agrupaba en grandes cantidades.

Ver a las parejas le hizo notar varias cosas, ellos a veces ni parecían estar en una relación, eran como un par de amigos o conocidos al hablar temas que desde su posición no escuchaba, jugaban deportes o nada más caminaban. Le sorprendía la diversidad de formas de expresión, tan complejas y tan simples a la vez, se le era complicado comprender cada una, pero mientras más lo reflexionaba, más comprendía que no era necesario estar apegado a alguien a cada rato para demostrar el cariño que le tenía, no era una obligación.

Personalmente, le gustaba estar apegado a Reaper, en cada recreo en el que estaba ya no había vuelto a despegarse, abrazando su brazo o solamente sentándose rozando los brazos o piernas y cuando podía se acurrucaba en él; evitaba sus deseos de sentarse en su regazo por cuestión de comodidad, no podían estar siempre tan cerca y menos ahora que los lugares donde frecuentaban iban más personas además de ellos. No obstante, el albino recordaba que a Reaper no le gustaba que las personas pasaran a llevar su espacio personal, varias veces lo había mencionado, ¿eso significaba que aceptaba estar apegados solo por Geno? No rehuía a sus acciones únicamente para cumplir sus propios caprichos.

Pensar eso le hizo tomar una decisión, un reto personal. Iba a rehusarse a estar hombro con hombro el mayor tiempo posible, no podía depender de su tacto para sentirse mejor, debía respetar el espacio de su compañero y comportarse como alguien normal y de ese modo encajar con el resto.

Al principio se le hizo difícil, no tenía idea cómo comportarse ahora que debía evitar el contacto, y parecía que lo estaba haciendo mal porque Reaper desde el minuto uno ya tenía una expresión inefable al momento de sentarse frente a él en vez de a su lado. Incluso el de bufanda tuvo que alejarse un par de centímetros cuando Reaper "casualmente" se volvió a sentar junto a él, se lo estaba haciendo difícil.

— Geno.

— ¿Ah?

— ¿Estás bien?

— Sí.

Reaper no comprendía el por qué Geno no le saludó con un beso en la mejilla o por qué se había sentado lejos de él, estuvo confundido y mayormente preocupado de lo que pudo haber pasado, pero cuando el menor técnicamente se apartó de él al sentarse en el mismo banco lo había asustado al completo. ¿Se había enojado con él? No tenía ninguna expresión de molestia, su tono era igual, había entrado en una desesperación mental.

— ¿No te duele nada?

— No.

— ¿Te hicieron algo?

— No.

— ¿¡Te pegaron!?

Llevó sus manos hasta las mejillas pálidas del albino, obligándole a ver su cara de alarmado. Geno hizo una mueca algo graciosa al tener las mejillas algo aplastadas en sus palmas.

— No, Reaper, no exageres. Solo estoy... probándome.

— ¿Cómo que probándote? —Ante eso, soltó su agarre aunque notó que Geno titubeó en volver a tomar sus manos para que no se alejase, en vez de eso, desvió el rostro cerrando los ojos sin ningún toque de malos sentimientos.

— Quiero abrazarte.

— Pero puedes hacerl-

— No, abrazarte y no despegarme como siempre. Pero no veo a nadie haciendo eso, entonces quizás es incorrecto y no es normal, nada más lo aceptas por cortesía.

INCLEMENCIA | BLANCO Y NEGRO #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora