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Diciembre 4 semana - Martes

Lo que Geno no sabía, era que Reaper no estaba incómodo al tenerlo cerca, más bien en él se acumulaba los nervios y las mariposas en el estómago cada vez que el albino pedía sentarse en sus piernas. En esos días había sido costumbre por lo menos una vez por día en tenerlo sobre su regazo sin hacer nada más, cosa que al principio le hizo querer chillar pero poco a poco solo se dejaba hacer, descubriendo lo cómodo que podía ser abrazarle por la cintura mientras descansaba.

Al contrario de lo que pensaba en un principio, aquella situación no le provocaba esa tentación que quería evitar, no era lo mismo que las primeras veces al conocerse, no sentía ninguna urgencia lujuriosa ni escalofríos peligrosos, era una sensación grata. Por desgracia, que Geno hiciese eso con él cada vez más seguido le hacía creer que era más necesidad propia para saciar los deseos de abstenerse a tener relaciones.

En teoría, si Geno le estuviese haciendo caso en evitar el sexo con otras personas, la única oportunidad que el albino tenía contacto era con él, Geno solo sufría las consecuencias, él era un escape y por eso era víctima de sus abrazos y posibles deseos.

 Debía ser fuerte, debía ser fuerte en no decaerse por solo ser un calmante para su amigo.

¿Pero si en realidad era él el que estaba cayendo en la tentación? ¿Se sentía cómodo en sus brazos porque poco a poco deseaba también tocarle? No quería que sus pensamientos se cubrieran con eso, debía pensar bien de sí mismo, pues solo quería el bienestar de su amigo... ¿Pero si Geno le pedía más, él aceptaría?

No lo sabía, y se maldecía por estar dudando de su propia sanidad.

Era difícil controlarse, debían ambos tranquilizarse y evitar que las peticiones subieran a más.

Es por ello que tras una ojeada en internet se le ocurrió algo que podían hacer ese día, no había trabajado por lo que se sentía preparado para no dormirse si se iban a la biblioteca, tenía un plan del cual sería espléndido para que Geno se distrajera con otras cosas.

— Hola, Geno~.

Se encontraron en el pasillo techado que unía los edificios, solo debían caminar un poco para llegar al destino.

— ¿Ganaste la lotería?

— ¿Por qué?

— Te ves feliz.

— Ojalá ganar la lotería, la verdad. Compraría una casa para cada uno, para mí, para ti, para Blard, y una mansión para mis futuras mascotas.

— ¿Te gustan las mascotas?

— Los gatos y perros. Siempre que veo uno puedo pasar horas dándoles cariño.

El albino alzó las cejas.

— Eso explica los pelos de gatos en el abrigo.

— Ay, ahora que lo dices... —Era por eso que Blard le insistía que lavara su ropa, dejaba todo el departamento con pelusas. Sonrió apenado— Bueno, vamos a la biblioteca y allí te cuento lo que tengo planeado.

Geno asintió, agarrando el borde de la manga de su amigo por mero gusto, Reaper al estar a unos pasos al frente sonrió algo atontado, aquel gesto le había causado mucha ternura. Al llegar al sector de almohadas preferidos por muchos, Reaper extendió el brazo para que el menor se sentara y colocara cómodo; este apenas entendió y se le quedó mirando queriendo saber qué significaba tanto preparamiento y silencio.

— Verás, hay algunas plataformas en internet muy interesantes para el pasar el rato, ¿conoces Netflix?

— Sí.

— ¿Tienes alguna cuenta?

— Sí pero poco veo de ahí, en realidad... —Lentamente formó una o con sus labios— ¿Vamos a ver algo?

— Síp, desde celular se puede ver y he buscado las más interesantes para que podamos ver en los recesos.

— Pero los recesos no duran hora y media...

— Tranquilo, hay series que no duran más de veinte minutos, así que entra en nuestro tiempo. ¿Qué te parece?

Recibió respuesta un breve silencio, parecía que no estaba seguro. Reaper se preparó para aquella vacilación, sonriendo orgulloso de sus logros tras horas de búsqueda.

— Tengo muchas opciones, y como solo tenemos mi celular para esto, vamos a estar acá en las almohadas acurrucados. ¿Ahora qué te parece, eh, eeh?

— ...¿Acurrucados? ¿De verdad me dejas?

Sonrió comprensivo ante esa súbita emoción, sacó el celular del bolsillo para sentarse a su lado, acomodando una almohada detrás de sí para estar cómodo, así sacó audífonos de cable y le pasó uno de los auriculares a su amigo. Geno tomó esto lentamente, y algo cohibido acercó su cabeza para tener campo visual del celular.

Entre las opciones se eligió algo animado y de comedia, en los primeros minutos para Reaper fue extraño, estaban en silencio observando su celular -pagado en muchas cuotas- y su corazón seguía latiendo como loco, Geno tenía un aroma dulce y fresco, su brazo cerca del propio brindaba un calor agradable y su respiración era audible con su oreja destapada; mas mientras más pasaba el rato, más se soltaba, lentamente envolviéndose en la serie mientras la tranquilidad afloraba.

Geno era cómodo también.

Así, el albino pudo acomodarse para acurrucarse, y Reaper para reafirmarle usó uno de sus brazos por encima de sus hombros, abrazándole. Era una cercanía que le quitó los nervios, solo regocijándose por por fin disfrutar con calma la cercanía de su querido amigo. 

INCLEMENCIA | BLANCO Y NEGRO #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora