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Marzo 1 semana - sábado.

En todos los siguientes días Fresh estuvo bastante pendiente de todas las cosas necesarias causando en ambos jóvenes una gran tranquilidad al saber que podían aliviarse un momento y dejárselo al adverso; el pelirrosa era alguien de confiar y lo había demostrado de muchas maneras, era difícil que estuviese conspirando junto a los padres de Geno cuando este mandaba un mensaje de texto diciendo sus avances.

Lo que sí había causado desconcierto en Reaper fue el aviso de que se llevaría a Geno a su hogar el lunes, debido a que era necesario continuar con varios procedimientos judiciales y legales, si Geno se mantenía en el departamento sería un obstáculo de hacer todo lo más rápido posible, si el juicio terminaba bien, no requerían de la firma de los padres para que Fresh se convirtiera en su tutor legal.

Considerando que era fin de semana, Reaper quería hacer algo bueno para Geno, no pudo llevarlo al centro comercial debido a que los resultados de las revisiones en el hospital fueron algo críticas, debido al movimiento brusco sus músculos interiores se habían rasgado y tenía varias lesiones internas, pero no profundas, con únicamente descanso y un par de antibióticos bastaría para que en dos semanas estuviese como nuevo. De hecho, para que pudiese salir la siguiente semana Fresh se había conseguido una silla de ruedas con tal que no se esforzase, a pesar de todo, el pelinegro sabía que Geno estaría muy estresado por la situación y por tener que vivir lo que vivió él en el juicio: ver a sus padres tratando de hacerle perder su oportunidad de ser libre.

Abrió la puerta del departamento a duras penas, tenía varias bolsas en sus manos tras haber ido a muchas tiendas; lo primero que vio fue un gran vacío en el comedor, pero no se preocupó pues solo tuvo que avanzar hasta la habitación para encontrarse con Geno en la cama recostado junto a Blard quien yacía sentado en una silla a su lado, en medio del colchón había un tablero de un juego de mesa, el conocido parchis.

— ¿Cómo va la partida?

Geno había alzado la cabeza apenas la puerta se abrió, se notaba que en sus facciones tenía un mejor aspecto, sus ojeras habían disminuido bastante dejando solo una estela de lo que fue, el color de su piel seguía siendo pálida pero adornado de un hermoso color en sus pómulos, su cabello volvía estar como lo recordaba, pues Geno se lo había cortado con lo poco que había aprendido de su madre; al verse se dedicaron una sonrisa única entre ambos, un saludo silencioso.

— Pues tengo atrapado a Blard en un puente y dos de mis casillas están ya en la meta.

— Pff, Blard, ¿en serio eres tan malo?

El castaño tenía la mano hecha pucho sobre su mentón, un gesto de estar pensando su partida. Parecía que estuviese jugando ajedrez en vez de parchis. Ante la pregunta, frunció el ceño, cambiando de tema.

— ¿Cómo te fue en la salida? —Giró sus ojos verdes hasta él, abandonando su anterior postura al verle las manos— ¿Compraste una tienda?

— Hehe... Me fue bastante bien, todo un éxito, como ya me pagaron la pensión aproveché de traerte cositas, Geno.

— ¿Para mí...?

Reaper asintió dejando las bolsas a la orilla inferior de la cama, poco a poco empezó a sacar las prendas de vestir, dos pares de pantalones remeras, un par de zapatillas y un abrigo de varios colores; todos eran de la talla correcta, ya que mientras lavaba la ropa se las había memorizado.

— Claro, no puedes llevar esos pantalones por siempre. —Hizo énfasis a la ropa blanca que tenía, la idea era dejar atrás todo lo de ellos— Eres libre de usar colores, aunque soy malo combinando, por lo que tomé varias camisetas de distinto color. 

Mientras Blard dejaba el tablón a un lado, Geno agarraba estas prendas totalmente desconcertado, tomaba cada una con cuidado como si se rompieran con cualquier movimiento. Su mandíbula se abrió, no salió nada más que un resuello, volvió a cerrarlo, pasándose una mano por la frente.

— No era necesario que me compraras ropa, Reaper... —Dijo a duras penas.

— Es lo menos que puedo hacer, Blard —Lo indicó— es quien te está dando techo y comida, ¡mis mimos no son suficientes!

— Con eso soy feliz.

Reaper casi se muerde la lengua, fue un ataque directo en su corazón y solo hubiese sonreído enternecido si no fuese que Blard estaba ahí y se estaba riendo por el rostro que se le enrojecía.

— Qué adorable. —Molestó el castaño al ojiazul.

— ¡Geno! —Chilló— ¡No digas eso frente a Blard! ¡Me pone rojo!

— Creo que igual estarías rojo incluso a solas.

Reaper suspiró derrotado, terminando por acompañar al par en la risa, el ambiente era muy agradable. Blard también revisó todo junto al albino y cuando el azabache se dio cuenta de su intención ya era demasiado tarde.

— Reaper, esto son casi cinco mil coronas. ¿Cuánto dinero te sobró?

— E-Eh...

— ¿Acabas de quedar sin dinero?

— Únicamente para el alquiler, las cuentas y la matricula, el bus... Y un poco de comida.

— Reaper...

El castaño suspiró, Reaper se sobó la nuca apenado, pero era porque quería mimar a Geno con todo lo que tenía, si eso significaba tener que trabajar turnos extras lo haría, de todos modos Geno se iba a ir la siguiente semana y no lo podría ver hasta que estuviese libre.

El albino por su lado se quedó mirando el abrigo, tenía los hombros algo encogidos por saber lo que significaba haber gastado todo ese dineral solo para él. Su siguiente acción fue acercar la prenda hasta su nariz, aspirando el olor a nuevo.

— Gracias, Reaper... No sé qué decir.

Apenas escuchó su voz agradeciendo, Reaper se animó nuevamente, riendo para acercarse a él desde el otro lado de la cama. Geno se había cambiado a la habitación de Blard debido a que no era cómodo tener el sofácama siempre abierto, quitaba el poco espacio que había, Blard no tuvo problemas de dormir esos días en el comedor.

Antes de que Geno pudiese alzar la mirada hasta el azabache, este evitó que se moviese colocándole una nueva prenda que tenía oculta en el bolsillo de su abrigo, se trataba de una bufanda mucho más almidonada y de un color rojo oscuro. El ojiceleste soltó el abrigo por la sorpresa, anonadado por la sorpresa.

— No es igual a la anterior porque no quiero que asocies esto a lo sucedido. —Explicó Reaper, arreglando su cabello. En ese momento parecía que solo ambos estaban, en esa burbuja podían expresarse mucho mejor, sin importarles si aquellas miradas que se daban eran muy empalagosas por lo dulces que eran— Así que por favor, espero este esté bien.

Sus ojos ya no estaban apagados, estaban húmedos y brillando. Reaper le abrazó con un brazo, apegando su propia frente en la sien de Geno con tal de acercarse a él y brindar cariño.

— Gracias...

Reaper agradeció que Blard no se riera otra vez de sus momentos de mimos, aunque tampoco era la idea apartarlo, menos si era un gran amigo para ambos y disfrutaban de pasar un rato los tres.

Dejó de abrazarle, sacándose el abrigo debido a que la estufa le estaba provocando calor.

— Ahora, ¿me puedo unir a la partida?

— Si quieres perder, claro. —Agregó Geno.

— Gracias, ese puente me estaba aburriendo. —Secuenció el castaño, colocando el tablero de tal forma que los tres pudiesen estar cómodos.


INCLEMENCIA | BLANCO Y NEGRO #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora