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Haechan movía su pié con nerviosismo, apoyando su mejilla en su puño mientras miraba hacia afuera, aunque su mente estaba muy perdida en otro lado.

Era viernes, faltaba una semana para su cumpleaños e irían por todo el fin de semana a Busán para hacer unos cuantos estudios y tener una fría cena familiar por su cumpleaños con todo un montón de gente con la que compartía sangre pero que vagamente conocía o se trataba.

Se podría decir que, a pesar de que no la soportaba mucho, su tía Loon era la única de su familia que sentía como tal.

Sintió una cálida mano en su rodilla, que dejó un par de caricias con su pulgar sobre esta.

Bajó la vista a la mano de Mark, grande y venosa, más comparada a sus pequeñas y rellenas manos.

Con una leve sonrisa, apoyó su mano sobre la de su novio, girándose un poco para mirarlo.

— No estés nervioso, no pasará nada— lo tranquilizó Mark, se obligó a asentir por más que no se alivió del todo.

El rubio dejó un pequeño beso en su mejilla y ofreció un auricular a Haechan, quién no dudó en tomarlo, acomodándolo en su oreja.

—¿Quieres escuchar algo un poco diferente? — preguntó el mayor, Haechan sólo se encogió de hombros, mirando la pantalla del celular del chico, con un montón de canciones nuevas que él no conocía—. Últimamente he estado escuchando muchas canciones tranquilas, esta es mí favorita— habló, mientras ponía play a una canción que Haechan no conocía.

Una canción lenta, en inglés, con el título de "Let me down slowly", cantada por un chico con voz más bien aguda, aunque dulce y melodiosa.

Notó a Mark sonreír.

— Me recuerda a tu voz— dijo el rubio—. Es muy linda.

Las mejillas de Haechan se enrojecieron, no supo bien por qué.

— Quizás puedas empezar a cantar, Haechanie.

El pelinegro negó varias veces, sintiendo vergüenza.

— ¿Por qué no? Tú voz es muy bonita con sólo hablar, ¿Imaginas lo hermoso que sería que cantes?

Haechan sé sintió avergonzado, volvió a negar, bajando la vista.

— Haechan, si yo voy a esa clase de canto y me va bien tú también lo harás.

Pero... Hablo mal— quiso excusarse —. No puedo cantar.

— No hablas mal, sólo eres adorable— dijo Mark, atrapó la mejilla de Haechan entre sus dedos, haciendo que el chico se echara hacia atrás para escapar—. Aprenderás, en serio, inténtalo.

Haechan supo que su novio no iba a ceder, soltó un suspiro cansado, apoyó su cabeza sobre el hombro de Mark, al menos intentaría dormir durante el viaje, así no pensaría en médicos, ni en estudios, ni nada de lo que le esperaba.

LOUD «𝐌𝐚𝐫𝐤𝐇𝐲𝐮𝐜𝐤»²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora