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Mark empujó la puerta del baño con fuerza al entrar.

-¡Haechan!- gritó su nombre, sin importarle la mirada rara que le dedicó un estudiante.

Fue a los cubículos de los retretes, tocó rápidamente antes de abrir cada uno, pero no había nadie.

Se tomó un segundo para pensar.

Su madre no le haría nada en los pasillos, debía estar en los baños y pensó en que quizás había obligado a Haechan a entrar a los baños de mujeres, y salió del baño de hombres dispuestos a entrar sin dudarlo.

Escuchó sollozos detrás de la puerta para personas de movilidad reducida.

Abrió la puerta rápidamente.

Haechan estaba allí, presionaba su pecho con sus brazos, estaba sentado en posición fetal en un rincón.

-¡Haechan! Haechan...

Comenzó a agradecer mentalmente.

Mark se acercó a él, lo abrazó con fuerza, lágrimas se acumularon en sus ojos.

-¿Qué te hizo? ¿Qué pasó? Por favor, ¿Estás bien?

El pelirrojo se apartó del abrazo para alzar su rostro, buscando marcas de lastimaduras, encontró la forma de una mano en un lado de su rostro, de un color rojo, su boca se abrió un poco por la impresión.

Nadie golpeaba a su Haechan, no iba a permitirlo de nuevo.

Haechan no había dejado de llorar, su maquillaje se había corrido, rogaba con su mirada que su novio volviera a abrazarlo.

-Ho-honnie... - sollozó.

-Estoy aquí, bebé. - Mark tomó sus mejillas, mirando sus ojos, que le partieron el corazón. - ¿Qué te hizo, Haechangie?

Haechan sollozó un poco más y Mark comenzó a dejar caricias sobre sus mejillas y sus cabellos, lo abrazó con firmeza de nuevo.

-M-me di-jo c-cosas fe-as. - murmuró entre lágrimas. - Y-y due-le.

-¿Duele?- Mark se apartó para mirarlo con preocupación, Haechan apretó sobre su pecho un poco más, sobre su corazón.

Mark dejó una mano sobre la de Haechan, el menor las apartó, el pelirrojo acomodó sus manos sobre ese mismo punto, sin sentir nada irregular sobre su cuerpo, desabrochó unos botones de su camisa para ver su piel, no había nada.

Suspiró con alivio.

-Ay, Haechan... - dijo. - ... creí que te había golpeado o algo peor... - miró sus ojos. - No le hagas caso, olvida todo lo que te dijo... Ya estoy aquí, bebé, no dejaré que te haga algo.

Mark volvió a abrazarlo, dejando que descansara su rostro en su cuello, al cabo de un rato, los temblorosos brazos de Haechan lo abrazaron también.

LOUD «𝐌𝐚𝐫𝐤𝐇𝐲𝐮𝐜𝐤»²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora