82

109 10 0
                                    

-Haechanie, no es necesario que lleves esa gorra.

El castaño negó, haciendo un puchero en sus labios, mientras seguía acomodando un estúpido gorro de lana para intentar esconder las vendas alrededor de su cabeza.

Ese día volvería a la escuela y el castaño tenía miedo de que se burlaran de su vendaje, o quizás no quería que le preguntaran a cada rato, o llamar la atención.

Todas eran suposiciones de Mark, pero lo que tenía asegurado era que sería más raro verlo con un gorro de lana en su cabeza cuando hacía bastante calor afuera.

-¿Por qué no llevas tu bandana?

-No sé dón-de está.

-Creo que debo tener una por aquí. - murmuró Mark, recordando haber comprado una bandana negra tiempo atrás.

Apartó un poco a Haechan, quién se miraba en el espejo sobre el guardarropa que compartían, para poder buscar en los cajones que él tenía asignados, rebuscó entre sus calcetines y calzoncillos hasta encontrar la susodicha bandana negra, algo arrugada, se la entregó a su novio, quien la miró con una pequeña y bonita sonrisa, dejando de lado el gorro.

Mark tuvo que acomodarla y atarla mientras Haechan se veía en el espejo con una sonrisa satisfactoria en el rostro, que se amplió cuando el pelirrojo terminó de acomodar sus mechones castaños que cubrían parte de la bandana pero que descansaban a los lados de su frente.

-Margarie dijo que vendría a buscarnos. - dijo el mayor. - Sólo por si las dudas, ¿todavía te quedan faltas?

Haechan asintió, inseguro.

-¿Por qué?

-La última vez que dijo que vendría por mí, tardó cuarenta minutos. - dijo. - Y seguro también vendrá con Jungwoo.

-Y el bebé. - Haechan aplaudió con emoción.

-El bebé todavía está dentro de ella, sí, también estará.

Haechan lo golpeó, frunciendo el ceño, le molestaba que su novio lo tratara como un niño pequeño.

Mark soltó una risa, los golpes de Haechan siempre eran suaves, por más que el castaño tuviera fuerza -incluso más que él- nunca la usaba, así que no podía evitar encontrarlos adorables.

-Está bien, está bien. - Mark alzó las manos al ver que Haechan lo seguiría golpeando. - Estás muy violento, lindo. - comentó, se acercó a él, tomando su rostro con cariño, sus miradas se conectaron. - ¿Pasa algo? ¿Estás muy nervioso?

Haechan pensó un segundo en si contestar o no, fue lo suficiente para que un ligero mohín apareciera en sus labios, Mark lo besó rápidamente y el gesto desapareció por una pequeña sonrisa.

-No quiero que me mi-ren mucho. - murmuró el castaño. - Las ven-das llamas mucho la a-tención.

-Haechan, que te miren un segundo por tener un vendaje no es nada, eso nunca le hizo daño a nadie y muchas veces es inconsciente porque es más especial que los demás. - Mark se encogió de hombros. - No pienses en eso y no tendrá importancia. - vió a Haechan asentir un poco. - Si te incomoda mírame a mí, si te dicen algo puedes decírmelo... Y los golpearé si es necesario.

La última frase hizo reír a Haechan.

Mark besó su frente, su nariz y por último sus labios, antes de hacer un pequeño asentimiento, como si le preguntara si estaba listo, seguido, tomó su mochila y la de Haechan, saliendo de la habitación para esperar a su hermana en la entrada de la casa.

LOUD «𝐌𝐚𝐫𝐤𝐇𝐲𝐮𝐜𝐤»²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora