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La tía Loon recibió a Haechan con un cálido abrazo, lo llenó de besos y piropos, como que era el sobrino más lindo y el más fuerte, y el hijo que nunca había tenido.

— Lele se ofendería— comentó la señora Lee, con una pequeña risita.

— Chenle es un cobarde— dijo la rubia—. Cree que no me doy cuenta que está saliendo con su "mejor amigo" Jisung y en vez de salir del armario hace bromas homosexuales— Loon rodó los ojos.

Deseaba que su hijo tuviera la valentía para ser tan feliz y tan libre como Mark y Haechan.

En la cena hablaron de todos los temas, menos de su salud, y eso alivió bastante a Haechan, quien no podía evitar reír por las anécdotas de su tía.

Fue a la cama con una sonrisa, y estaba decidido a cambiarse su ropa por el pijama para dormir de una vez por todas, pero el toque en la puerta lo tomó por sorpresa, aún con su remera pero con sus bóxers a la vista.

Se ruborizó completamente cuando los gatunos ojos de Mark lo examinaron de arriba a abajo.

Maaaaaaaark— se quejó.

— Bien, bien, privacidad— dijo el pelirrojo, entrando rápido al dormitorio y cerrando la puerta detrás de sí.

No~, tú tam-bién a-fuera— se quejó el castaño, quien no quería que ni su novio viera su cuerpo.

Era algo que Mark nunca había entendido, el cuerpo de Haechan era más que atractivo, bien trabajando pero delicado gracias a la danza, con músculos bien definidos y unas curvas que podían volver loco a cualquiera.

Pero aún así, Haechan tenía vergüenza de mostrarlo.

Ignoró completamente las quejas del castaño, se acercó a él para tomar su cintura, pegando sus cuerpos, haciendo que un pequeño suspiro surgiera de los labios de Haechan.

Mark sonrió de lado, antes de juntar su rostro con el del castaño, besando sus labios de forma lenta y profunda.

El pelirrojo avanzó lentamente, sin hacerlo totalmente a propósito, hasta que la cama trabó su pasos.

Haechan separó el beso para sentarse sobre las sábanas, tomó la remera de Mark para tirarlo hacia él, el pelirrojo se acomodó sobre su cuerpo.

— E-Está tu familia— murmuró Mark, sintiendo su entrepierna comenzar a doler.

Lo había iniciado, pero no creía que llegarían a eso.

En si-lencio— murmuró Haechan, su pequeña y pícara sonrisa hizo a Mark preguntarse dónde había quedado el inocente chico que minutos atrás le había pedido que se vaya para poder cambiarse.

Y es que Haechan ya se sentía más despierto.

Necesitaba una distracción, un desahogo, y al última vez que había tenido al chico dentro suyo la había pasado más que bien, y en serio se había olvidado de sus problemas.

Esperaba que funcionara de nuevo.

LOUD «𝐌𝐚𝐫𝐤𝐇𝐲𝐮𝐜𝐤»²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora