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Más días pasaron igual, con Haechan quedándose horas extra en la escuela para aprender su solo, Mark yendo a trabajar y regresando muy tarde y agotado para hacer otra cosa a demás de dormir.               

Haechan se entristecía por cada hora que le robaban a su Mark, aunque volvía a la normalidad en cuanto lo abrazaba en las noches.              

Pero donde peor se sentía era cuando la clase de baile de terminaba, y él quedaba sólo estirando un poco sus músculos, al pensar que las horas que quedaban eran para morir de aburrimiento hasta la medianoche.           

Mientras estiraba sus piernas en el suelo, la puerta de la sala de baile fue tocada dos veces, haciendo que alzara su vista, encontrándose con su querido director.            

Taeyong le dedicó una sonrisa.                 

— Todavía no tuve el placer de ver tu baile— dijo, acercándose a él, se sentó junto al castaño, quien aún estaba algo agitado por la clase, sus mejillas estaban rojas y sólo respondió con una sonrisa cansada—. ¿Te está gustando?              

Haechan asintió con ganas.                

— Lo harás genial— lo animó el mayor—. Hace mucho que no estoy con ustedes, ¿Pasó algo interesante?               

Haechan pensó un momento, se acomodó en el suelo, para sentarse mejor y ver a su director.              

— Junnie— dijo—. Se pu-so de pié, el otro día.                 

Taeyong abrió los ojos de más, antes de sonreír con alegría.                 

— ¡Qué bien! Y todavía no lo felicité— se sintió un poco mal, e hizo nota mental para hablar con el chico al día siguiente.                

— Y... ¿Tú? — preguntó Haechan, con sutileza.                

Taeyong no dejó de sonreír.               

— ¿Recuerdas en tu cumpleaños? ¿Que tuve que ir con Taeil? — Haechan asintió—. Pues fuí, sin ganas, pero las cosas resultaron bastante bien.           

>>Se supone que debía consolarlo, pero terminamos discutiendo y se podría decir que me declaré— dijo—. No fue tan romántico y bonito como hubiera querido, pero le dije... Y también todo lo que pensaba de su estúpida relación con Johnny— añadió, en tono casi de asco.            

Haechan sonría ampliamente al ver a su director tan feliz.            

— Fue muy raro, Haechanie, pero me correspondió— dijo, sonriendo—. Me dijo que yo le gustaba también, pero que creía que yo era como "demasiado" para él... ¡Ja!                  

>> También me confesó que sí sentía algo por Johnny, pero que se debía más a todo lo que habían hecho, toda su historia... Y que conmigo era diferente, porque me quería exactamente igual que a él, pero sin que hubiéramos hecho nada... Y eso lo confundía un poco.                 

>> Esa noche sólo nos besamos, no nos malinterpretes— aclaró Taeyong, hablando rápido, haciendo que una risa escapara de los labios de Haechan—. Todavía no le pedí ser mi novio, si fuera por mí, nos casaríamos, pero debo ir lento.                    

Haechan rió más fuerte por las palabras del mayor.                

— Estoy muy feliz, Haechan— confesó Taeyong, su sonrisa sólo lo reafirmaba—, realmente feliz.              

Haechan sonrió por él, de alguna forma, se sentía orgulloso por su mayor.                      

— Oh, tu madre me pidió que te llevara hasta tu casa— dijo—, estaba haciendo unas compras, ¿Quieres ir?                     

Haechan asintió, levantándose rápidamente para tomar sus cosas.                  

En su mente, quería apurarse, la idea de que mientras más rápido llegara a casa para que más rápido llegara Mark lo llenaba de energía.

LOUD «𝐌𝐚𝐫𝐤𝐇𝐲𝐮𝐜𝐤»²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora