—¿Por qué me besaste? –pregunte sin pensarlo y entre cerré los ojos.
Estaba tardando en responder, seguramente pensaba lo que tenía que decir. Abrió la boca pero la cerro, lo había puesto en una situación incómoda. Igual quería saber que decía, esta vez no le diría ‘’Olvida el tema Nash’’ –¿Y bien?- pregunte presionándolo para que respondiera.
—Mira la hora que es. – dijo mirando su teléfono celular.—tenemos que ir a clases.
Decidí dejar el tema por la paz, pero no se quedaría así. Algún día me tendría que responder
—Vamos entonces – dije como si me interesara tanto estar en un salón de clases. —Entremos al salón.
Nadie molesto a Nash el resto del día, solo veía como Erick le hacía bromas a Ian de como un ‘’Mariquita’’ lo había golpeado. Ian solo me miraba feo y a Nash lo fulminaba con la mirada, mientras que Nash ignoraba a los demás como siempre.
Cuando por fin terminaron las clases, camine para dejar mis cosas en el casillero. Sentía los pasos de Nash tras de mí, un par de minutos después él fue a donde estaba su casillero, bastante lejos del mío de hecho. Mi teléfono comenzó a sonar era un mensaje de texto.
‘’Te espero en mi auto afuera de la escuela
—Nash.
No recordaba haberle dicho que Jess hoy tampoco pasaría por mí. Entonces ¿para que me esperaría en su auto? Cállate y camina dijo otra parte de mí que últimamente me decía que hacer. Salí de la escuela y ahí estaba Nash parado afuera de su auto esperándome;
—Sube – esta vez sí me abrió la puerta, después el subió al asiento de al lado.
—¿A dónde vamos? – Pregunte ya que había prendido el motor del auto.
—A mi casa— Me sonrió. —Hay alguien a quien quiero presentarte.
—¿A t-tu casa? – dije confundida.
¿Presentarme a alguien? ¿Quién? A sus padres? Si no somos nada.
Unos veinte minutos más tarde, estamos frente a una linda casa color blanco de dos pisos, con dos ventanas grandes. Nash salió del auto e imite su acto, estaba nerviosa demasiado diría yo. ¿Para que me llevaba a su casa?
—Nash… -dije mientras dejaba de caminar hacia la puerta.
—¿Si? – Pregunto mientras se giraba para verme.
—¿A quién me vas a presentar?
—Ya lo veras, ¿vamos? – dijo tendiéndome su mano.
Entramos a la casa, era aún más bonita por dentro. La sala era grande,sillones negros y una gran television una mesita en el centro. Una chica venia caminando con un iPod en las manos. Traía la cabeza agachada mirando eso. Levanto la vista.
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-karencereza
