Estaba completamente segura de que los aeropuertos de noche daban miedo, por ejemplo en las películas siempre secuestraban personas o el avión se caía.
.-Pasajeros del vuelo 734 con destino a Boston, favor de pasar a revisión de equipaje.
Logre escuchar, lo decía el altoparlante que estaba en una esquina frente a una pequeña sucursal de una cafetería que estaba adentro del aeropuerto. Bien en unas horas, estaría en Boston. Siempre había hablado mal de las chicas que se van de viaje con sus ''novios'' quienes solo lo aprovechan para no salir de la habitación del chico, pero ahora yo estaba a punto de viajar con...¿Mi novio?
.-______-Escuche la voz ronca de Nash, quién justo después de mencionar mi nombre se aclaró la garganta
-¿nos vamos?.-
-Vale – tome mi maleta color rosa, la cual estaba en el suelo. Seguí a Nash, iba unos cuantos pasos atrás
-¿Cómo fue que consiguió un vuelo tan tarde?- Lo pronuncie en apenas un susurro, ya que era una de las muchas preguntas que me rondaban la cabeza.
-Mi padre...- soltó en un tono frió, me había escuchado. Notaba por la manera de hablar, que no le gustaba hablar sobre el.-Como te dije él está encantado con la noticia, quiere conocerte.
-Por supuesto- suspire, claro me hacía tanta ilusión conocer al hombre que había desterrado a su hijo, por tener gustos diferentes...Si yo tuviera un hijo nunca le haría eso.
-¿No me digas que eres de esos chicos multimillonarios y atractivos, que suelen seducir a las chicas con solo sonreír? – esto se lo pregunte en un tono más alto, quería que no estuviera incomodo de volver a ver a su padre -¿como los de las películas y libros?
-No, yo no. Ese es mi padre - su voz tenía un tono de recelo, con una mano en los bolsillos continuo caminando- _____- se giró lo suficiente como para lograr ver su perfil. -Necesito hablar contigo sobre algo importante- ¿Qué podría ser importante? Esperaba que continuara hablando, pero sus palabras se perdieron en el espacio imaginario.
No había notado que se había cambiado de ropa, llevaba puestos unos vaqueros, con una camiseta color azul marino, unos converse negros. Si no fuera él podría reírme al ver como estaba vestido, pero se miraba bastante atractivo su cabello castaño claro, estaba un poco largo, parecía como si se acabara de levantar, después de dormir.
-¿Cómo pudo tu padre conseguir un vuelo tan rápido?
– acelere el paso, para lograr estar a su lado, caminaba rápidamente pero su paso era firme.-Nash...- pronuncié como si le rogara que me escuchara.
-Mi padre hablo con el encargado- paso una mano por su cabello. Después se acomodó la camiseta y continúo caminando un poco más despacio, supongo que lo hacía para lograr escucharme- De hecho todo estaba planeado.
-¿Planeado?- le pregunte incrédula, mi voz debió sonar extraña, tanto como para hacer que me sonriera burlonamente
¿Qué era lo divertido? De estar serio, incómodo y podría jurar que molesto. Pasaba a sonreírme como si esto fuera un chiste.
-Por eso te fui a buscar, pero estabas con Ethan – soltó un pequeño bufido, eso me recordó a lo molesto que estaba cuando lo vi de lejos mirándome.
Su voz volvía a ser un poco ronca y baja, pero su sonrisa seguía pegada a su cara. Me miraba entre divertido y como si le preocupara lo que le fuera a decir.
-¿Y, si no aceptaba venir?.- su sonrisa se borró de inmediato, lo cual me causo gracia a mí, pero evite reír. Nash cero, ____ uno ¡Ja!.-
-Bueno...-dejo de hablar causando una pequeña pausa, por un momento desvió la mirada hacia el suelo, logre notar que se mordía el labio. -No había pensado en esa posibilidad. ¿Lista para Boston?- su mirada divertida regreso, aunque me había cambiado el tema.
-Sobre qué es lo que me quieres hablar? – deje mi maleta sobre un tipo de mesa, que pasaba por unos rayos X, Nash imito el acto, pero seguía sin responderme. -¿Y, bien? – dije rompiendo el silencio que se había hecho presente entre ambos.
-No creo que debamos hablar sobre esto aquí – saco ambas maletas de la mesa, no me dio la mía y en cambió continuo caminando. Lo seguí en silencio, ¿como podía hacer que me respondiera?. Camine por el corto pasillo y me quede sorprendida, desde aquí se podía ver el gran avión a través de las puertas de cristal que daban a la pista de aterrizaje. La luz tenue de los focos blancos lograban iluminar, pero no se comparaba a viajar de día.-
-¿Tan malo es?- Deje de caminar y vi como él seguía hasta las puertas de cristal, sin detenerse. ¿Por qué estaba tan diferente? Quizás ver a su padre no era tan buena idea, ¿que podría ser tan importante, como para no hablarlo en un aeropuerto? Quisiera o no me diría, igual tendríamos varias horas hasta llegar a Boston.
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-karencereza