—Me encantaría—Me aventé a sus brazos, él solo sonrió mientras dejaba pequeños besos en toda mi cara, me sentía bien de estar junto a él, no podía creer que hubiéramos pasado por cosas tan raras.
—Entonces quédate, puedes estudiar aquí, solo quédate.
—No sé, esto me parece algo tan irreal que no creo que pueda terminar bien, oh Nash muchas veces creí que esto que me pasaba contigo era una película, pero es la vida real.
Recordaba cómo había comenzado todo, definitivamente era una historia que me gustaría contarles a mis nietos algún día, si los fuera a tener claro. Pero no estaba segura de si realmente esta es la vida que quiero tomar, siempre creí en la oportunidad de tener a alguien en mi vida, alguien con quien tener citas normales, escaparme de fin de semana con él, alguien a quien presentar le a mi hermana cuando ya tuviéramos un mes saliendo juntos. Por más que me engañara lo sabía, Nash no era esa persona, las cosas con él habían comenzado tan distintas.
— ¿En qué tanto piensas? —Dijo, bien había ignorado lo último que había dicho, quizá así era mejor. No quería problemas con él, no por ahora. No es que me guste discutir, si no que prefiero tener algunas diferencias para arreglarnos después.
—En nosotros.
— ¿Nosotros? Creí que había dejado de haber un nosotros, y apenas volvíamos. —Se burló, lo sabía por su cara. Solo bromeaba, él está más preocupado de que no lo deje. —Es una broma ¿Lo sabes?
—Claro, si no supiera que es una broma o estaría llorando por un rincón, o tu estarías en el suelo chillando del dolor...—Le giñe un ojo, pero el solo me miro mal.
—Ven vamos, quiero que hagas algo antes de que te vayas. Aunque dudo de que te vayas.
—No estés tan seguro.
—Sé que me amas.
—Aja claro, sigue soñando Grier.
—No te hagas ______, si no lo hicieras no estarías aquí conmigo—Paso una mano por mi cintura—Deja esa estúpida maleta y acompáñame.
—Solo te digo, no te queda hacerte el irónico descarado, prefiero mil veces a mi Nash tierno.
—Lo sé—Beso la comisura de mis labios.
— ¿A dónde iremos? —Arque una ceja, y me separe de él para poder ver su rostro.
—A hacer algo que nos una para siempre.
—Te estabas tardando—Sonreí, sentí arder mis mejillas. No podría hablar de otra cosa más que eso ¿o sí?
—No pequeña pervertida, no me refiero a eso. Pero si quieres podemos intentarlo—Se acercó aún más, estaba mirándome a los ojos. —Pero quiero hacer lo primero que te dije.
—Entonces...—Fruncí el ceño, ahora no entendía nada de lo que estaba hablando.
—Mira—Se levantó la camiseta dejándome ver su abdomen, apunto unas pequeñas iniciales N&__ — Me lo hice un tiempo después de que te fuiste, fue una noche loca. Bebí un poco en mi casa, tome las llaves del auto, y termine en BullCity—Oh no, había bebido solo y se había hecho un tatuaje, ni loca me pienso hacer uno. Primero muerta. —Aquí no conozco mucho, pero encontraremos algo.
—Ni loca.
—No duele nada, además yo tengo uno, es algo permanente nunca se ira a menos que yo quiera, me parece lindo.
—A mí me parece una locura.
—Como la clase de locuras que hacemos el uno por el otro—Puso ambas manos en mi rostro, bien no podía negar eso habíamos hecho tantas cosas.
El camino buscando una cosa de esas fue largo. Pero para mí mala suerte sí encontramos uno. Me abrió la puerta como todo un caballero—Es cosa de nada—Susurro a mi oído y al entrar vi a una mujer con todos los brazos llenos de diversos tatuajes.
—Hola ¿Les puedo ayudar en algo?
—No/Sí—Murmuramos al mismo tiempo, el me miro y sonrió.
—Veras mi novia quiere algo como esto—Se levantó la camiseta de nuevo. Escuche a la chica soltar un suspiro, claro mi novio aquí presente es un exhibicionista de buen cuerpo.
— ¿En dónde lo quieres niña?
Vamos _____ piensa, un lugar donde no se vea, la muñeca no, los brazos menos. Podría ser en mi cuello, la nuca. Pero dicen que duelen muchísimo.
— ¿Duele mucho en la nuca?
—Que no duele nada nena, tú relájate. ¿Me amas? Yo te amo, hagamos esto y sabes lo que ganaras—Acaricio mi cabello, oh dios quien es este Nash y que le hizo a mí no novio tierno. ¿Ganar? ¿Qué se supone que voy a ganar? Oh dios en donde me metí, y que quiere decir con eso de ganar algo, no puede referirse a eso. Porque eso no es algo que quiera hacer aún, digo primero me tengo que casar ¿no?
— ¿Ganar? —Balbuce.
—Sobre lo que hablamos hace un rato—Giño su ojo derecho, y me dio un empujoncito para entrar al cuarto donde supongo que los hacen.