Si se atrevieran

Capítulo 16

Narra Alicia
Estaba más nerviosa de lo habitual, literal estaria todos nuestros hijos y familia en general en esta cena. Sé que no hemos hecho nada malo y quiero creer  que mis hijos no se molestarán por el simple hecho que tengamos al mini Martín con nosotros.
Un recuerdo viene a mi mente, Julieta.
Después del daño que hizo ahora está inconsciente en el hospital, ¿Qué le habrá pasado? ¿Por qué terminó así?
Llamó a Yaya y me dice que tiene todo listo, a lo que me apresuro a decirle que ella también debe estar en la cena.
Llamó a la puerta de Miranda y veo que sonríe.

—pasa algo— preguntó
—nada, es sólo culebra— dice ella.
—algo positivo supongo— digo.
—si claro, ¿Ya nos vamos?—dice Miranda.
—si, ya tengo listo al pequeño Martín y Martin grande ya nos espera. Asi que vámonos que se nos hace tarde.
—má, no se te hace raro que Martín bebé y Martín Grande se parezcan un poquito.
— es sólo los rulos y ya. Sólo una coincidencia.

No esperamos nada más, tomamos las cosas de Martín bebé y nos fuimos a la ex casa Carranza. Estaba nerviosa y sé que Martín se da cuenta ya qué colocó su mano en mi rodilla, le da un leve apretón y me sonríe para que me tranquilicé.

—¿Sabían que hay miles de habitaciones en la casa, no?— dice miranda .

—¿Por qué lo dices, Miranda?—pregunta Martín.

—No hay que ser mi sabio para darse cuenta que te quieres comer a mi mamá— ríe.

—¡MIRANDA!— grita levemente Alicia.

—¿Qué tiene de malo? Son una pareja que se ama y ya, oye eso si Martín cuando quieran estar solos ustedes me dicen y me llevo a mi hermano para que tengan uno de sus momentos de pareja—. golpea sutilmente el hombro de Martín y este ríe ante las declaraciones de su hijastra.

—Me sorprendiste, Miranda.— ríe— pero tranquila que si quiero sorprender a tu mamá te lo diré y ya.— le coloca su mano para sellar el pacto.

—no lo puedo creer— digo.

¿Ahora me creen que la relación de Miranda y Martin cambió bastante? Antes Miranda no lo podía ver y ahora hacen este tipo de bromas. Al llegar a la mansión, Martín se encarga de la pañalera y yo del bebé. Miranda se apresuró y tocó el timbre, al abrir salió a recibirme mi mamá junto a Yaya.
Yaya me sonrió y estiró las manos para ver al pequeño, mientras que mi mamá sólo miro y repetía "válgame dios".

—asi que tu debes ser el pequeño milagro—dice yaya

— ¿Pequeño milagro?— preguntó.

—una de las veces que llamé a yaya, le conté sobre este milagro. Por qué no pudo caer en las mejores manos que en las tuyas má—dice Miranda.

—mi niña—la abrazo.

— válgame dios, ¿De dónde sacaste esta criatura, Alicia?— preguntá mi mamá.

— hace unos días, dejaron a este pequeño en la fundación. Lo cual pedimos al DIF ser su casa adoptiva. Llevamos unos días con él y claramente es un angelito.— digo orgullosa.

—no puedo creerlo, tu a tu edad deberías estar malcriado a tus nietos en vez de estar criando.— dice

— mamá — la detuve— si tuve muchísimo amor para amar a tres, tengo suficiente para amar a uno más. Ahora si me disculpas, quiero ver que todo este bien para nuestros invitados.

Mi mamá y sus prejuicios. Estoy firme en que estamos haciendo lo correcto, Yaya me dice discretamente que si algún momento necesito ayuda, ella también se apunta para ayudarme con el pequeño Martín.
Martín junto con el bebé y Miranda comenzaron a dar un paseo en el jardín. Mientras que yo y yaya afinamos lo últimos detalles.
No hay nada ni nadie que me hará cambiar de opinión.