Capítulo 32

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Narra Alicia:
¿Es encerio que esto está pasando? Veo la emoción de mis familiares y de mis amigos arriba esperando mi respuesta. No puedo creer que esto está pasando.

— ¿Qué dices, te casas conmigo?—dijo nuevamente mi amado.

¿Por qué estoy esperando tanto? ¡Vamos Alicia ya dile!

—Claro qué si me casó contigo—dije en un susurro.

Puedo escuchar desde arriba la emoción de mis hijas y de mis amigas sobre mi respuesta. Veo como Martín suspira y se le caen las lágrimas. ¡Pobre! Con el mismo nerviosismo que aún sigue trayendo, saca la sortija y la desliza en mi dedo que al finalizar le da un beso en mi mano. No puedo creer que esto está pasando, como pude me levanto y le doy un beso al amor de mi vida a lo cual este me responde de la misma manera. Un beso lento pero con muchísimo amor. Ya cuando nos miramos ambos estábamos con ganas de llorar, pero las aguantamos por qué la gente que amamos nos estaban abrazando para darnos las felicitaciones.

—felicitaciones mami—grita miranda con Yuri mientras me abrazan.

—hasta que al fin, tu príncipe se digno a darte la sortija—dijo Fedora.

— otro matrimonio a la vista y que alegría estar presenciando este acontecimiento—dijo Rebeca.

—felicitaciones mamá, yo sabía que Martín era el indicado—dijo Gonzalo.

—felicitaciones Alicia, me alegra muchísimo estar aquí en este acontecimiento—dice yaya.

—Bienvenida a la familia, nuera— dijo Facundo al abrazarme.

No podía creer que casi mis 52 años estaría otra vez casandome por segunda vez y espero que sea hasta que la muerte nos separe.
Veo como Gonzalo con Lorena les entregan copas de champagne y jugo a los invitados, mientras que Martin me entrega la copa de vino para hacer un salud por nosotros.

— Quiero hacer un salud por está gran pareja, que a pesar de todas las adversidades nos han demostrado a todos que el amor todo lo puede y que no hay edad para el amor—dice Gonzalo.— y Martín Bienvenido a la familia.

—Yo también quiero hacer un salud por la pareja, quizás no partimos con el pie derecho. Quizás si en el pasado hice cosas que ahora no me enorgullecen pero me demostraste Alicia que eres una increíble persona y eso me basta para saber que eres la pareja ideal para mi mamá, gracias a ustedes—mira a mis hijos— por aceptarme y ser parte de ustedes.—dice Sofía.

—Eres una más y ya —dice Miranda mientras la abraza.

—¡Qué hable el novio! —dice Fabián.

Todos pidieron que hablará el futuro novio.

—debo admitir que estaba muy nervioso, yo quería hacerlo hace tiempo atrás—dice mirándome— pero ocurrió lo de Rebeca y yo sabía que tanto como ella como Fedora son importantes en tu vida junto a nuestros hijos. Después llegó nuestro hijo y todo se volvió un caos, por eso mismo les doy gracias a todos ustedes por ayudarme. Hijos esto les quedó increíble—dijo mirándolos con orgullo— y mi hada madrina gracias por el atuendo—dice apuntando a Fedora y esta hace una reverencia. — yo ahora soy un hombre completo, gracias a esta mujer que me cambió la vida.

Después de ese salud, vinieron otros más. Esto se convirtió en una celebración, cada tres segundos miraba el anillo. Es simple pero demasiado hermoso. Después de un rato, nuestra familia se comenzó a irse y de un momento para otro sólo estábamos nuestros hijos, yaya y mi suegro.

que les parece que ya dejemos a la parejita estar un tiempo a solas—dijo Gonzalo a lo que todos les dijeron que si.

— ¿Y Martincito?—dije preocupada.

—Alicia, no te preocupes que con Gonzalo nos haremos cargo.— dice Lorena.

— ¿Están seguros?—dije

—si, yaya nos ayudará con algunas cosas que están en la mansión y mañana te entregaremos a Martincito sano y salvo— dice Gonzalo mientras me abraza.

Al cabo de unos minutos, todos se fueron. Gonzalo y Lorena se llevó a Miranda , a Yaya, , a Yuri con mi nieto y a Martincito. Mientras que Facundo, se llevo a Sofía con Enzo. Al despedirnos, noto como Martín me mirá. Oh oh hoy no vamos a dormir.

Futura señora Guerra, sería tan amable de querer hacer el amor conmigo.—dice con una cierta picardía.

—Futuro esposo, estaría encantada de hacer el amor contigo—dije atrayéndolo hacía mi.

Martín me llevó cargandome hacia las escaleras, como si fuéramos recién casados. Al llegar a nuestra cama, la ropa ya estorbaba. Martín como era de costumbre me dio la vuelta para poder quitarme el vestido y como si hubiera sido nuestra primera vez, no daba más de las ganas de estar en sus brazos. Al darme vuelta para ver sus ojos, veo la lujuria y las ganas de él por hacerme el amor, creo que este nuevo modelito impuesto por Fedora jamás se hubiera imaginado que lo llevaría.

—¿Te gusta?—dije tímidamente.

Él se acerca aún más y me susurra al oído.

Me encanta—dijo seductoramente.

Y cómo ya les dije, la ropa sobra en estos casos y nuestros cuerpos conversaron por horas. No pude sentirme más satisfecha por estar con él.
Mi futuro esposo.

Si se atrevieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora