Capítulo 54

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Después de unos dias espantosos, Alicia le pidió a Gonzalo llevarse al pequeño Martín a su casa. Así su único objetivo es cuidar a Martín después de estar secuestrado con Mujica.
Sofía venía un rato para estar con su papá y después se iba, Alicia no dormía por qué queria cuidar del sueño de su amado. ¿Por qué la vida siempre le ponía este tipo de obstáculos? Alicia pensaba que si se dormía y que al despertar quizás Martín todavía no estaba ahí.
Una de esas noches, Martín se dio cuenta que ella no dormía y si lo hacia era por ratos y despertaba de golpe para verlo.
— ¿Estás bien? Preguntó él
— por qué lo dices?
— quizás no llevamos tanto tiempo, pero sé cuándo algo que te ocurre ¿Es por mi?

Alicia sabia que no le podría mentir ya que entre ellos se conocen muy bien.

—hablame
—si, es por tí. Casi me muero al saber que Mujica te tenia como rehén y la impotencia de no poder hacer nada.— se calla de golpe
— lo sé y yo también tenía miedo de no poder verlos de nuevo.— dijo Martín.

Ambos se quedan callados y solo se miraban, para ellos sólo ese gesto decía muchísimas cosas. Por eso, como pudo Martín se para y Alicia al verlo colocarse de pié, se apresuró ayudarlo. Ambos se quedaron mirando frente a frente, sintiendo su respiración. Martín sin decirle nada, la abrazo desde su cintura para acercarla aún más a él

—no hay nada en esta vida que me haga separarme de ti, incluso ya me tienes muerto de amor por ti. Desde que me chocaste ¿Lo recuerdas?

Alicia ríe y acierte

— te amo y te amaré siempre Alicia Montiel.

Se acerca a sus labios

—y yo te amo con locura Martín Guerra. — lo besa despacio.

Ahí estaban ellos dos, besándose despacio en medio de la habitación. Sin prisas, ni apuros. Lo necesitaban, se necesitaban cada uno para curar esa ausencia del otro.

—¿Qué te parece que si tenemos un momento tu y yo. Aprovechando que nuestro hijo no está? —le dice cerquita de su boca

—¿Tan necesitado te tengo?— ríe—

— nunca me quedó satisfecho de ti ¿Entonces qué dices?— le besa el cuello

—claro qué sí. Te necesito ahora y siempre— le susurra en el oído

[...]

El secuestro ya había quedado en el olvido, ambos comenzaron a reorganizar su boda. Ya no sería como el de antes, si no ambos querían algo sencillo. Sólo con la Familia y amigos. Sólo tendrían dos meses ya que ambos no aguantaban más las ganas de estar juntos con la ley amparandolos.

[...]

Después de unos meses del secuestró de Martín, llegó el esperado día de su boda. Finalmente Martín y Alicia unirían su vida, el novio no daba más de los nervios y textea a la novia cada momento para saber detalles.
Alicia no daba más de la risa por las clase de mensajes que le enviaba su amado.
Ella se dió un momento para ver lo que realmente estaba pasando, vio a sus amigas y hijas arreglándose ya que todas ellas eran sus damas de honor.
Jamás pensó en su vida que en este momento se estaría casando por segunda vez y con alguien tan especial como es Martín.

—ocurre algo, señorita?— Pregunta Rebeca con una sonrisa, algo que también le daba gracias es que su amiga estaba lúcida ese día.

— sólo estoy nerviosa por este día y doy gracias que después de todo estés aquí— la abraza .

—no podría perdóname si no estaba hoy aquí, además está Paco conversado muy amena con Chela.

— ¿De verdad? Ríe quizás Paco se quedé aquí por más tiempo. —dije

Si se atrevieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora