Capítulo 44

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Narra Alicia.
No puedo creer que esto está pasando, ¿Dónde está Martín? A lo lejos escucho un disparó ¿Le habrán disparado? Estoy asustada, Martincito no para de llorar en su cuna. Pobre todo lo que le ha tocado vivir en tan poco tiempo, estoy amarrada de pies y manos. Lloró por mi amado. Noto que a lo lejos viene Miranda con culebra. Gracias a Dios ellos están bien, al ver mi estado corren a verme.

— dios mío, mamá¿Estás bien?— dijo Miranda llorando.

— si estoy bien— dije temblando.

Culebra saca a Martincito de la cuna y me lo entrega. Cómo puedo lo abrazo. Mi pequeño.

—Culebra, ve a ver a mi tita y a Yaya. Yo me quedaré aquí — dijo decidida Miranda.

— está bien — corre y sale del cuarto.

— mamá ¿y Martín?— dijo tocándome el pelo.

—se lo llevaron, esos estúpidos se lo llevaron. — dije llorando— necesito llamar a mi suegro, necesito decirle que se llevaron a Martín.

— Mamá, tranquilízate. Yo llamaré a la policía ¿No se supone que estamos con vigilancia 24/7? — dijo extrañada mientras saca su teléfono.

Martín ¿Dónde estás? ¿Acaso jamás seremos felices.? Al cabo de unos minutos Facundo y Gutiérrez ya estaban aquí inspeccionando el lugar. De los puros nervios no pude soltar a Martincito, este último se quedó dormido en mi pecho.

— esto es culpa del hippie, si no se hubieran involucrado en nuestra familia estas cosas jamás paso estando Sergio aquí—dijo.

—¿Sabes qué mamá? Estoy cansada y estoy tan mal por qué se llevaron al amor de mi vida así como así, mientras tanto tú reclamas. Me cansaste —dije enojada— puedes irte de aquí si lo decides, pero olvídate que te ayudaré. Necesito recuperar a Martín.

— Alicia, ven — dijo mi suegro— vamos al jardín y charlemos.

Salí con mi suegro, si no antes abrigar a Martincito que aún seguía en mis brazos.
Al salir, lloró de impotencia. Facundo me ayuda a sentarme y me agarra la mano.

— ¿Sabes que Martín es testarudo?— dijo— no será fácil para él que se aleje de ti. Tienen mucho por qué vivir.

— y es lo que más me lamento— dije llorando— no nos pueden dejar en paz.

— vamos a encontrarlo— dijo Facundo— y a la persona que lo tenga, haremos que pague.

— y su esposa ¿Sabe de esto?— dije — debe estar angustiada

—no lo sabe, hasta no tener noticias no le diré. — dijo con seguridad. — Alicia ahora más que nunca deben cuidarse, lo más seguro es que pidan dinero para el rescate.

— les daré todo el dinero que quieran, si con eso regresa Martín—dije haciendo pucheros.

No puedo con esto, no ahora. Noto que viene Gutiérrez con un policía.

— ¿Me pueden decir que sucedió? Se supone que está casa debe estar resguardada todo el día— dijo Facundo enojado.

— les dieron un gas para dormir, las personas que secuestraron a su hijo fueron hábiles.— dijo Gutiérrez.

—si es mismo estaré cuidándolos a ustedes, hay que avisarle a Carlota y a Sofía que estén preparadas. —me dijo mirándome — hay que avisarle a Gonzalo y a Yuri.

— eso no se preocupe— dice miranda caminando hacia nosotros.— mis hermanos ya vienen para acá, al igual que mi papá— dijo susurrando.

— si tu papá viene en acción de pelear, creeme hija que no estoy para eso— dije amenzandola.

— te lo prometo— dijo.

Sólo quiero a Martín dije en mi mente.

Si se atrevieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora