Estaba sentada en las escaleras del departamento mientras la policía hacia preguntas que aun no acaba de comprender del todo.
Las palabras de Lawrence aun le daban vuelta en su cabeza, repitiéndose una y otra vez, incesantes, insistentes y tormentosas.
Un millón de dólares. Eso valía ella. Un millón de dólares que Oliver habia pagado sin chistar, sin siquiera parpadear o pensar cinco segundos.
La policía habia llegado cinco minutos después de que su familia se fuera, pues al parecer el sistema de seguridad se habia activado, solo que la ineptitud de la aseguradora y del cuerpo policial había sido la causante de la demora.
Los guardias de seguridad que había en el edificio habían sido noqueados y Artemisa lo agradecía internamente, pues por momentos pensó que su familia biológica los había matado a todos, pues los conocía, y sabía de lo que aquellos asesinos eran capaces.
Oliver llegó apenas tres minutos después de la policía, acompañado, claro está, de Felicity, quien apenas entro al departamento corrió hacia Artemisa y la envolvió en brazos.
Apanas habían llegado a la oficina cuando les avisaron de la irrupción en el edificio.
— Creemos que venían por la chica. – dijo el detective. – no falta nada a simple vista, pero si lo hace, háganoslo saber. – le pidió a Oliver.
— Claro. – contestó él, aunque solo quería llegar con su hija y saber que era lo que había pasado realmente.
Conocía a su hija, y la mirada perdida que ella tenia en ese preciso momento solo podía significar una cosa; algo estaba rondando su mente, algo que la tenia realmente consternada.
Los oficiales se fueron luego de la quinta vez que Artemisa les dijo que ella se habia escondido en el cuarto de pánico apenas oyó a los intrusos entrar a la casa.
Todos los empleados habían salido afectados de alguna manera, incluso Raisa, y Oliver les había otorgado el día libre a todos, creía que lo mejor sería hablar a solas con su hija.
Oliver separo a su hija de los brazos maternales de Felicity solo para envolverla en los suyos, como si eso le diera más seguridad de que ella estaba a salvo.
— ¿Estas bien? ¿Qué fue lo que paso? – pregunto Oliver acariciando el cabello rubio de su hija.
Artemisa no lo iba a negar, estaba enojada, furiosa, y sumamente decepcionada. Así que se aparto de golpe de Oliver y lo miro con el ceño fruncido.
— ¿Valgo un millón de dólares? – preguntó ella.
Oliver la miro consternado... ¿acaso ella sabía?
— ¿De qué hablas? – le respondió él.
— ¿Valgo un millón de dólares para ti? – preguntó nuevamente ella. – porque sé que eso fue lo que le pagaste a Lawrence por mí. – revelo ella – como si yo fuese una cosa o una propiedad. – las lágrimas comenzaron a inundar su rostro.
— ¿Qué? – preguntó Felicity con indignación
— ¿Quién te dijo eso? – le pregunto Oliver.
— ¿Tú quien crees? – preguntó sarcástica. – Porque obviamente no estaba en tus planes que yo me enterara de eso. – acusó ella.
Felicity lo miraba con desaprobación, ni siquiera a ella le habia dicho de la visita que le había hecho el progenitor de su hija, solo él y Diggle sabían de aquello, y se suponía que solo ellos debían tener esa información.
Quiso decirle a Artemisa en un principio, advertirle que su padre sabía que ella estaba viva y que sabía donde estaba, pero en esas fechas ya tenían el problema de la custodia y las visitas de Selina Kyle aun estaban muy presentes en su pequeña familia, así que él optó por esconder ese pequeño detalles, con el único propósito de protegerla.
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Artemisa Queen: The shadows from the Past
De TodoSEGUNDA PARTE DE ARTEMISA QUEEN Artemisa sobrevivió. Está viva y por fin tiene una vida normal... o al menos eso es lo que espera. Luego de salvar a Tommy y que el techo de la CNRI le cayera encima, Artemisa estuvo en coma tres meses y muchas cosas...