La primera vez que vio a sus padre con sangre, o al menos la que recuerda, fue a los 4 años. No era algo fácil de ver. Estaban en algún lugar de El Cairo, era de noche y el frio calaba sus huesos. Sus padres se habia ido desde la tarde del día anterior y habían regresado cerca de las 3 de la madrugada del día siguiente.
Pese a que Jade le había leído para dormir, la pequeña Artemisa no habia podido conciliar sueño alguno, estaba genuinamente preocupada por sus padre como para poder dormir con la tranquilidad con la que lo hacia su hermana mayor.
La puerta del micro departamento donde se estaban quedando se abrió alertando a la rubia, ella fingió estar dormida, aunque en el momento que los vio entrar deseo estarlo realmente.
Su madre entro quejándose de la sangre impregnada en su cabello, y las manchas en su traje. Su padre solo se rio de ella, y luego se sentó en el sofá, sacando sus cuchillos tácticos y limpiándolos con un liquido apestoso.
No sabía de dónde venían su padres, pero en ese momento supo que no era nada bueno que ellos llegaran cubiertos de sangre.
El darse cuenta de esos detalles, de la violencia en la que vivía rodeada, de los actos atroces que sus padres cometían y no normalizarlos era algo que cualquier psicólogo alagaría, o al menos eso creía Artemisa. Habia estado en las cloacas rodeada de lo peor de lo peor, educada para matar y aun así repudiaba todo lo que aquel entorno representaba. Ella quería romper ese circulo de violencia y maldad en el que se encontraba encerrada.
Dando un vistazo a du vida, podía comprender que lo mejor que le pudo haber pasado fue negarse a cumplir una orden de Ra's Al'Ghul, que su padre no tuviera remordimiento algo y la apuñalara dejándola en medio del mar. Porque sin ello no sería la persono que era ahora, no sería Artemisa Queen.
Pero por más que quisiese borrar su pasado, Lawrence habia hallado una forma de atormentarla como lo hacia cuando era una niña.
— La liga sabe. – contestó ella.
— Pero... ¿Lo sabe él? – le pregunto con una mirada llena de burla y regocijo. – Porque sería una pena que él se enterara.
— Deja de dar vueltas y dime que carajos quieres. – exigió intentando verse firme ante las amenazas de Lawrence.
¿Qué ganaba él quitándole las cosas que le hacían feliz?
— Solo quiero a mi familia junta una vez más. – dijo él.
— Y te repito que yo no soy tu hija. – siseo ella. – Deje de serlo en el momento que me arrastraste hasta Nanda Parbat, deje de serlo en cuanto me entregaste como tributo a Ra's Al'Ghul. – se acercó a él y con el dedo índice comenzó a picarlo en el pecho. – Deje de ser tu hija cuando decidiste apuñalarme y botarme en medio del mar. – dijo haciendo un esfuerzo por contener su enojo. – Tú mataste a tu hija.
Y con eso Artemisa saco de su manga la daga que habia estado escondiendo, enterrándola en una de las costillas de su padre. irónicamente, en el mismo lugar donde él la apuñalo hacia unos años.
Lawrence debería estar sorprendido por las acciones de la menor de sus hijas, pero no lo estaba del todo. Él la habia educado para esto, solo que al parecer ella necesitaba una... motivación más arraigada. El odio y el rencor pareció ser más efectivo que el miedo y el temor.
Ella no espero a que se recuperara, ella inmediatamente lo volvió a atacar con un patada en la rodilla tumbándolo en el suelo, rápidamente ella se coloco de espaldas a él y lo sujeto por el cuello, solo un movimiento con la suficiente fuerza y el hombre que la habia atormentado toda su vida dejaría de existir, eso claro, suponiendo que no la interrumpiera.
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Artemisa Queen: The shadows from the Past
De TodoSEGUNDA PARTE DE ARTEMISA QUEEN Artemisa sobrevivió. Está viva y por fin tiene una vida normal... o al menos eso es lo que espera. Luego de salvar a Tommy y que el techo de la CNRI le cayera encima, Artemisa estuvo en coma tres meses y muchas cosas...