CAPITULO 15 LAZOS.

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— Tal vez deberíamos tener mi kevlar en casa – le dijo a su padre.

Luego de limpiar las heridas de Roy, llegó Oliver acompañado de Tommy y Diggle dispuestos a escuchar la historia que el pelirrojo tenía que contarles. Resultaba que luego de sus clases especiales para terminar la preparatoria, Lawrence lo intercepto en su camino hacia Verdant y lo raptó, claro que les dijo de la lucha encarnecida que habia tenido lugar en un callejón, resultaba que en efecto Roy necesitaría más entrenamiento de parte de Artemisa. Les contó también de la bodega, y lo que le había dicho acerca de la joven, y del dichoso mensaje que le habia mandado.

Artemisa se limitó a decirles textualmente lo que decía la nota, omitiendo claro, la fecha, lugar y hora que venían en las hojas arrancadas de su libro infantil.

— ¿Por qué? – le preguntó Oliver.

— Porque es obvio que no volveré a ayudarte cuando hagas el papel de héroe. – respondió ella. – Pero seguramente con todo lo que está pasando lo necesitaré eventualmente, y no puedo ir hasta Verdant por él un una emergencia. – le mintió, a medias, pero seguía siendo una mentira.

La verdadera razón por la que Artemisa quería su kevlar cerca, era por la cita que Lawrence se había encargado que le llegará, y no quería tener que dar una explicación para ir a Verdant, ponérsela y luego desaparecer, le sería infinitamente más fácil sin tener que dar explicación alguna.

— Esta bien. – dijo Oliver. – Pero haremos otro para tener de repuesto en el Bunker.

Artemisa asintió satisfecha. No estaba del todo segura si su padre se tragaría ese cuento.

Zatanna se había ido la mañana siguiente de la cena con los Wayne, dejando sola a Artemisa. Necesitaba salir y seguir con su vida, ya habia vivido con miedo el tiempo suficiente como para seguir escondida. Aun no sabía cómo lo haría, pero convencería a su padre de que debía salir, ir a la escuela, y no estar recluida en una jaula de hora, recibiendo educación a distancia.

Necesitaría ayuda de un tercero, por eso había puesto su objetivo en Tommy, él sería el único que pudiera llegar a ceder ante ella, sin poner, pero alguno. Pues él no habia estado durante los últimos meses y claro, no estaba al tanto del cien por ciento de los acontecimientos pasados. A no ser que Oliver ya lo hubiera puesto al tanto. Así que tenía que aflojar

— ¿Podemos hablar? – le pidió Artemisa a Felicity.

Felicity estaba en el departamento, pasaba gran parte de las tardes ahí, ayudándole en las tareas y en los temas que no entendía. Seguía haciendo su papel de tutora, incluso después de todo.

— ¿Sucede algo? – le preguntó la mayor quitando su mirada de la tableta en sus manos.

— Me agrada que vuelvas a enseñarme y todo eso. – dijo la menor. – Pero... quisiera volver a la escuela. – dijo con suavidad.

La estrategia de la adolescente era tomar ambos lados de Oliver, Felicity ablandaría el terreno y el ultimó golpe lo daría Tommy, aunque claro, Artemisa no sabía si su plan funcionaría.

— Tu padre esta muy nervioso con todo lo que esta sucediendo. – dijo Felicity tomando una mano de la joven. – Es difícil para él salir de casa todos los días y dejarte.

— Créeme, Slade no intentará hacerme daño en público. – aseguró Artemisa. – No es tan estúpido como atacar a plena luz de día.

— Oliver cree que estarás más a salvo aquí.

— Pero papá no lo conoce como yo. – Artemisa tomó amabas manos de la mujer. – Slade no me quiere atacar físicamente, primero querrá romper mi mente. – dijo con seguridad. – Y al tenerme aquí, encerrada, le están facilitando el trabajo. Me volveré loca. – insistió.

Artemisa Queen: The shadows from the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora