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Después de aquel día, Viktor no había sido el mismo.

Al regresar al hospital se planteó una sola cosa, y esa era ser el mejor en su trabajo, el cual ahora sabía que era para él y que sin duda se iba a dar a conocer como uno de los mejores que cayó para luego volver a ponerse de pie como nunca antes visto.

Sus piernas poco a poco se fueron curando, sus brazos también, sus heridas cerraron, su mente sano y su dolor cada vez era menos.

Meses después salió del hospital siendo alguien totalmente recuperado listo para dar la batalla de su vida en el ámbito laboral.

Por medio de terapia entendió que a venganza no era buena y mucho menos si era guiada por la rabia.

Sano el hueco que dejo su amigo, claro, no del todo, sin embargo ahora podía hablar de él sin echarse a llorar, podía escuchar su nombre, podía comer helado o una hamburguesa sin sentir culpa, entendió que Gonetti se fue con él por la gran amistad que tenía; sabía en que se metía y lo hizo por él, lo menos que debía hacer era vivir la vida como a su amigo le hubiese gustado hacerlo.

Decidió salir adelante por él y por la memoria de su amigo, era una amistad que jamás iba a olvidar y que siempre iba a llevar con él.

-¿Estás listo? - preguntó alguien detrás de él

-No pensé que fueras a venir tú, ¿Dónde esta el crestas? - preguntó serio

-Conway te necesita - eso basto para que el semblante del ruso cambiara a uno mucho más serio

-¿Ha pasado algo? - preguntó

-Si, han pasado cosas desde los últimos meses, así que creemos que es momento de hacer algo. Anda, vamos -

El ruso se paro de donde estaba, hacía meses había regresado a la base y desde su regreso había entrenado como nunca antes, encantaba el primer lugar de las listas todas las semanas, siempre seguido de sus compañeros, algunos subían otros bajaban, pero él siempre era el que iba a la cabeza.

El rubio y el de cabellos grises caminaron hasta el gran edificio en donde se encontraba la oficina de Conway. Había sido rápido llegar hasta ahí pues iba metido en sus pensamientos y su cuerpo se encontraba en automático.

Gustabo tocó la puerta y ésta fue abierta por un crestas serio.
Viktor no entendía que era lo que pasaba, sin embargo, decidió guardar la postura.

Al pasar a la gran oficina se dio cuenta de que no era el único ahí, todo el equipo que restaba se encontraba sentado en el sofá que la puerta no dejaba ver al abrirse.

-Bien nena, ni te tomes el tiempo de sentarte, de igual forma te vas a ir de culo estés sentado o no - sonrío - todos están despedidos, son dados de baja hoy por mí - sonrío de nuevo

El silencio en aquella oficina no tardo en hacerse presente. Ninguno entendía porque el motivo de su baja, nadie del equipo había cometido alguna falta, todos habían estado trabajando duro oara conseguir subir de rango, no comprendían que estaba mal.

Y fue cuando su alto mando se comenzó a reír a carcajadas que no terminaron de entender. Se miraron unos a los otros esperando una respuesta.

Fue hasta que la risa de Conway cesó que los cadetes y los coronel que estaban ahí posaron su vista nuevamente en él.

- Debí pedirle al chino una de sus cámaras antiguas, esas caras eran dignas de una foto, hubiera quedado perfecto entre esas dos pinturas - señaló el lugar que había entre dos pinturas, una de un gran bote y otra de una cabaña

Todos seguían sin entender

-Que estoy de coña, por dios, no estan dados de baja, sería como pegarme un tiro en el huevo derecho, y miren que el derecho es mi favorito - alzo la ceja

¿Militar Yo? | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora