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Habían pasado exactamente dos semanas, en las cuales habían pasado muchas cosas. 

Viktor había vomitado, se había desmayado, seguía levantándose tarde, le llamaban la atención cada dos por tres. Estaba cansado de ser siempre él ejemplo de como no hacer las cosas para sus compañeros. 

-Menudas semanas de mierda, ¿no?- 

-Que dices Greco, si te lo has currado un huevo, has sido el segundo mejor luego de Segismundo- se encontraba agobiado

-Ya, no hablemos de eso, no es como que me interese ahora. ¿Cómo te sientes?- preguntó por su amigo. 

-Me siento mucho mejor que ayer en verdad, supongo que más al rato estaré mejor, no te preocupes por mí- dijo

Greco no preguntó más y salió de los dormitorios.

 El ruso llevaba dos días tirado en la cama, tanto era el dolor de sus extremidades que le costaba incluso respirar; estaba claro que no pertenecía a una vida así. 

Escuchó que alguien caminaba hacia su cama y decidió abrir los ojos. 

-Volkov, cadete estupendo, número uno de todos aquí- bromeo un poco el de cabello rojo

-Si señor- bufó 

-Mañana tendrás si o si que ir a entrenar, extrañamos tu bella carita en el campo- sonrió- además, que no tienes ningún tipo de exclusividad en este campo mientras estés bajo mi mando

Dicho eso salió, alejándose de la vista del ruso. 

Por otro lado, el ya mencionado decidió dormir. 

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-Vamos coño como pares te hago dar cinco vueltas más- le gritaba Gustabo a Greco. 

Era el día siguientes, el ruso ya se sentía mejor y tenía un buen animo, o eso parecía. 

-Joder, si que te odia- dijo el ruso

-Si, me odia como el Superior Horacio lo hace contigo- 

El de cabellos grises rodó los ojos ante tal comentario

-No se que tienen en contra de nosotros, no hemos hecho nada malo, solo existimos en esto, y ni siquiera porque queramos- 

Ninguno paraba de correr, les faltaban dos vueltas y no lo echarían a perder. 

-Creo que debemos hacer algo para que nos odien con justa razón, me empiezo a cansar- 

Su entrenamiento siguió sin más, vueltas, abdominales, escalar muros, lo típico de siempre antes visto en las películas sobre militares. 

-Creo que debemos de ponerles algún animal en su dormitorio, no tendrían que saber quien lo hizo- dijo el ruso

-Muy infantil, pero me gusta- 

Los dos hicieron su plan mentalmente y lo repasaron algunas veces, lo llevarían a cabo por la noche, antes de que el equipo de Horacio fuera a dormir. 

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-Pss, pss- llamó el de cabello negro

Su amigo ni siquiera se removía de su lugar. Eran apenas las ocho y ese ser ya se encontraba durmiendo. 

-¿Cómo cojones duermes tanto tarado?- 

Bajó de su cama y se puso a un lado de la cama del ruso.

Con cuidado y sin hacer mayor ruido, ya que él no era el único durmiendo, acumulo un poco de saliva en su boca y después la escupió directo a la cara del contrario. 

Al sentir eso se despertó, iba a gritarle lo mas fuetes que pudiera pero el mayor le hizo una señal para que no lo hiciese. 

-¿Por qué cojones me tiras agua?-preguntó en un susurro, en su voz se podía percibir el enojo

-Sisi claro, agua- rio

-Como no haya sido agua me voy a cagar en tus muertos-

-Oh, que grosero serás con mis abuelos- 

Los dos rieron. 

-Vamos no seas tonto, es nuestro momento de ser espías- 

Viktor se quedo analizando lo que su compañero dijo. 

-Sabes, pareces de cinco años con eso de 'espías'- 

-Si tengo, ¿no me ves?-

El peli gris negó, acto seguido se levantó y se puso sus botas. 

¿Militar Yo? | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora