33° Vicio

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Arabella

El brazo de Akem cubre todo mi torso, acostada sobre su pecho me da el poder de escuchar el ritmo de su corazón. Una respiración calmada y espesa sobre mi coronilla me avisa que está dormido; llevo tres horas intentando dormir pero se me hace imposible. Akem por los medicamentos se quedó dormido antes pero al despertar y sentir su pecho descubierto sin mi calor, lo molestó un poco.

- ¿Por qué no estás durmiendo sobre mí?. - refunfuñó - Ven para acá Arabella.

- Te puedo hacer daño idiota, a penas tienes 4 días de haber estado en una cirugía muy complicada. No puedo ejercer peso en tú pecho - aclaré.

- Llevo tres putas noches sin poder dormir contigo como se debe. El único daño que me haces es no estar junto a mí, ese es el verdadero daño que tú mi diosa ocasionas - espetó.

Y desde que le hice caso a dormido profundamente. Akem me contó algunas cosas de su pasado en el cual me dijo que su madre no pudo darle el afecto que necesitaba porque su padre no queria que le saliera marica, algo demasiado ridículo a mi punto de vista. Sé que en la mafia los hombres tienen la hombría como su primer potencial y el ego grandísimo por ser deseados por un sin fin de mujeres, pero Akem a penas era un niño que necesitaba un poco de atención, que de vez en cuando lo consintieran y lo llenaran de mimos. Dimitri lo quiso hacer a su semejanza y él como su hijo lo admiraba por el poder, miedo y respeto que transmitía haciendo que en un futuro querer ser como él.

Algo en mí me dice que mi idiota al tomar el puesto como Boss de la Bratva notó lo que realmente hacía su padre. Akem tiene prohibido en su organización que toquen a una mujer sin su consentimiento porque cada quien elige cuando quiere abrirse de piernas, unas de las pocas reglas que a mí me gusta. También prohibió la trata de blanca, mientras que otros mafiosos se llenan los bolsillos vendiendo a niñas y a mujeres, él les da un trabajo digno en su país. Pero tampoco puedo tapar el sol con un dedo, que mi idiota no le agrade esas atrocidades no significa que él sea un santo de mí devoción. Akem elabora y trafica drogas, extorsiona, hace lavado de dinero, no le tiembla el pulso para matar a alguien; yo sé con quien estoy y en que mundo estoy metida, pero aún así continuaré a su lado hasta que tenga vida.

Siento que soy la única persona con quien él se puede abrir sin ninguna vergüenza, ambos hemos llorado, reído, caído y levantado. Él es el hombre que no muestra ni una pizca de afecto a otra persona pero a mí. A mí me trata como una reina, no le importa cuanto tenga que hacer para darme lo que yo quiera; para Akem soy todo lo que tiene, la mujer que le dió dos hijos y uno que nos arrebataron sin nuestro consentimiento. Soy para él la única mujer que está a su nivel, la única que puede batallar en cualquier guerra sin ser la princesa que necesita de su príncipe azul. Él a visto en mí cosas que ni yo misma había descubierto; y me dolió cuando me dijo que le hacia daño cuando no estaba junto a él.

Sé que no lo dijo porque no estuviera durmiendo sobre él sino por todo lo sucedido con Fabrizio.

La mano de Akem toca mi abdomen desabrigado repasando con las llamas de sus dedos la cicatriz reciente que tengo en mi vientre. No dice nada pero siento como su nuez de Adán se mueve de arriba hacia abajo repetidas veces; sé que a él le dolió tanto como a mí enterarse que en mis entrañas crecía un bebé fruto de nosotros dos. Aunque el idiota diga y trate a los niños como unos locos, los ama más que su propia vida. Al tener una nueva ilusión quizás hubiera servido para unirnos más, pero nos quitaron esa dicha de ser padres nuevamente.

- ¿No sabías lo del embarazo? - rompe el hielo con su pregunta un poco áspera a mí parecer.

- Por supuesto que no Akem. Si yo fuese sabido lo hubiera protegido con mi vida, para mí también fue una sorpresa al saber que un ser crecía dentro de mí. - Espeto - ¿Crees que yo sabía? ¿Crees que yo hubiese querido perderlo?. - no dice nada -. ¡Contesta maldita sea! - le grito.

FUEGO +18  [2] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora