Arabella
El cachorro que adopté de la calle ha crecido bastante. A regañadientes Akem aceptó que el pobre animal se quedara y aunque he visto cómo juega con él a escondidas, prefiere decir que es un perro sarnoso. Cuando el veterinario lo revisó, me informó que tiene cuatro meses.
Cuatro meses y parece ya un perro adulto. A los niños les encanta jugar con él en el jardín y ambos se duermen juntos solo para que Tormenta duerma entre los dos. Con mi embarazo es otro cantar, solo deja que Akem toque mi tripa mientras que a los demás no.
Ando rodeada de pura gente tóxica. ¡Que karma!
Akem juega con los mellizos en la piscina mientras que el cachorro está sobre mis piernas durmiendo muy plácidamente. Unos gritos de agonía me ponen los pelos en punta, detrás de los arbustos se ven varios zapatos masculinos pero no logro ver el rostro hasta que alguien cae al suelo y veo por un huequillo a Franchesco con sangre por toda la cara. Durante estos dos meses no he querido verlo porque una parte de mi le duele, esa pequeña parte de una Arabella generosa y humanitaria.
Por palabras de el Boss se que el hombre me engendró la está pasando horrible en las cloacas. En manos de Raúl vive pesadillas muy feas y merecido lo tiene, lo único bueno que ha hecho para este mundo fue darnos vida a Bianca y a mi.
Mi idiota me comentó que halla abajo tiene una hermosa compañía, al preguntarle de quien se trataba, declinó delegando que lo tenía que ver con mis propios ojos. La curiosidad ha estado presente en mi, pero una corazonada me dice que no estoy preparada para bajar y ver ese alguien. Una vocecita de mi cabeza encomienda que puede ser Leonaldo, pero me niego de que sea él.
Solo quiero estar tranquila con mis hijos, mi esposo y vivir esta hermosa experiencia de estar embarazada. Cada semana que pasa mido mi panza y anoto las medidas en un pequeño diario que tengo, la galería de mi móvil va a colapsar de tantas fotografías que he tomado. Tengo tantas imagenes del dúo dinamita y Akem durmiendo o distraído, que un dia de estos tendré almacenamiento lleno.
Quiero tener cada momento lindo tallado en fotografías o escritas. Quiero llegar a vieja y ver cada cosa con mucho cariño.
Una gota aterriza en mi frente avisando que la lluvia ha comenzado. Me levanto, camino hasta mis amores con tres toallas y Akem me pasa a Saskia para cubrirla con uno de los paños. Tormenta corre por todo el jardín llenándose de barro, me carcajeo cuando el cachorro pasa por un lado del idiota y le embarra una pierna de barro.
— ¡Eres un perro malo y sarnoso! — grita lleno de cólera, al oírme reír me mira con una de sus miradas asesinas — Esto es tu culpa, no entiendo para qué trajiste a un perro y de paso de la calle.
Ruedo los ojos y le saco la lengua. Entramos rápidamente antes de que la tormenta empiece, Sebastián coge al cachorro para que así no llene toda la casa de barro por sus patas. Akem y yo subimos hasta la recámara de los mellizos y los dejamos en la cama ya secos; Jimena entra con una radiante sonrisa en el rostro.
— Permiso. — agacha la cabeza ante Akem — Ary, tu móvil lo dejaste en la mesita de la sala principal. Chiara ha estado llamando como loca, no se preocupen de cambiarlos que yo me encargo. — me entrega el móvil y exactamente una llamada de mi mejor amiga aparece en la pantalla.
Se escucha bulla, como una cumbia suena de fondo. — ¿Ary? — pregunta una colombiana — Tengo miedo.
— ¿Miedo? ¿Por qué? — camino por el pasillo de un lado a otro — ¿Te encuentras bien?
— No te preocupes parce, solamente que estoy muy nerviosa de parir. Solo faltan un par de semanas para conocer a mi princesa. — sonrio — Boris está más nervioso que yo y eso que no va a estar en labor de parto. — reímos las dos.
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FUEGO +18 [2] ✓ [Borrador]
De TodoFuego: Segundo libro de la trilogía "Entre el fuego y el Infierno". Luego de que Akem Ivanov perdiera al amor de su vida y a sus dos hijos; prefirió irse a vivir a Francia para no estar en el mismo aire que ocurrió lo sucedido. Desde allí se convirt...